Günter Wallraff estuvo en México - Se disfraza para investigar historias
EMBARCADERO: Günter Wallraff (Burscheid, 1942), el reportero de investigación más importante del mundo, innovador en la técnica periodística, estuvo en México… De origen alemán, ha publicado varios libros de sus reportajes, entre ellos, y los más famosos, “Cabeza de turco”, traducido a 30 idiomas, donde a partir de la xenofobia y el racismo en contra de los turcos, adoptó la personalidad de un turco, actuaba como turco, miraba como turco, caminaba como turco, reaccionaba como turco y vestía como turco, y durante varios meses, más de un año, se empleó como migrante en ciudades extranjeras, y logró el más documentado de los textos periodísticos… Otro de sus libros se llama “El periodista indeseable”, para lo que hasta se aplicó una cirugía plástica para quitarse años y solicitó empleo en el periódico “Bild Zeitung, el diario más vendido en Alemania, pero al mismo tiempo, el más sensacionalista que llega al grado de inventar historias donde mezcla mitad realidad y mitad ficción… Incluso, se trata de una vieja técnica informativa, como queda testimoniado en la novela “El todopoderoso”, de Irving Wallace, donde cuenta la historia del dueño de un periódico en Estados Unidos que inventaba historias, de tal forma que creó su red de secuestradores para plagiar a personajes de la vida pública y ganar la exclusiva… Tal cual, Wallraff, disfrazado como un joven y nobel reportero, solicitó chamba en el diario alemán y durante un año estuvo cubriendo los encargos del día, pero al mismo tiempo, reporteando a los colegas y jefes para documentar la forma con que inventaban historias para aumentar la circulación y la publicidad… Wallrraff estuvo en el programa de Carmen Aristegui en la radio y CNN en español…
ROMPEOLAS: Entre las personalidades que el reporterazo alemán ha adoptado para investigar y documentar sus historias están las de un millonario alemán nazi, un obrero en una fábrica de pan y en el call center… Durante dos años trabajó como inmigrante para conocer la discriminación racial en vivo y al rojo vivo… También laboró en una empresa siderúrgica para documentar la explotación obrera… Es más, se contrató en la industria farmacéutica de Alemania que experimentaba nuevas medicinas en cuerpos humanos, con tantas consecuencias para su salud, pues luego debió andar en una silla de ruedas, sometido a entrenamiento hasta que por fortuna pudo rehabilitarse, y que incluyó una operación en la columna vertebral… Años anteriores, pensaba escribir una historia en Sudáfrica sobre el racismo… Entonces, consiguió una peluca rizada, pues es calvo, y se pintó la piel, pero cuando estaba en la víspera, Nelson Mandela, el gran líder de color, fue liberado luego de 27 años de cárcel, y el proyecto se frustró… Obsesivo en su trabajo reporteril, Wallraff tuvo conflictos familiares con su esposa y sus hijos… Un día la esposa le dijo: “No puedo soportar que tu trabajo sea más importante que tu familia. Ya no podemos estar juntos, te pido que nos separemos. Además, conocí a un señor muy amable y muy dedicado… Es un turco”… (Guadalupe Loaeza, Reforma Revista R, 7 de febrero, 2016)… Y ni modo, se divorció y por tanto, alcanzó la libertad absoluta para el ejercicio reporteril… Fue, por ejemplo, la misma historia que viviera Ryzard Kapuscinski, de origen polaco, el mejor cronista del siglo XX, que cubriera 25 frentes bélicos, hablaba 8 idiomas y publicara 50 libros en Europa, de los cuales solo 14 se han traducido al español… Kapuscinski se ausentaba tanto de su casa, incluso, durante años, y cuando lo registró se había vuelto un extraño para su esposa, en tanto su hija nunca, jamás, perdonó sus ausencias… En contraparte, es la misma ausencia que Ernesto “El ché” Guevara sembrara en su familia, atrás de sus molinos de vientos… Y aun cuando todavía hoy significa un ícono idealista para los jóvenes del mundo, vivió lejos de los suyos…
ASTILLEROS: Kapuscinski decía, también Gabriel García Márquez, que para ser un buen reportero primero se necesita ser una buena persona… Y en el caso de Wallraff, la sentencia bíblica del gran cronista polaco se cumple al pie de la letra… Por ejemplo, después de la publicación de sus reportajes de investigación y convertidos en libros, algunas empresas, entre ellas, el periódico alemán, lo han demandado… Y se han ido a juicio… Y todos los ha ganado, de paso, con una indemnización por daño moral… Y el dinero lo ha destinado “para financiar demandas de clientes engañados” en otras empresas y que fueron dejados en la calle, despedidos sin liquidación y que viven al día… En su artículo en Reforma, Guadalupe Loaeza llamó a Wallraff “El infiltrado”, como si fuera el título de una película de Clint Eastwood… En su charla con Aristegui, le dijo que desde hace años quiere disfrazarse sobre algún personaje común y sencillo de México y reportear el tema de la corrupción política que según Latinobarómetro ha llevado al país azteca a ocupar uno de los primeros lugares en el mundo por tanto político corrupto… Por mientras, estudia español, en tanto decide la identidad que asumiría…