El primer abucheo a Javier Duarte, JD, apenas comenzado el sexenio, fue en el Teatro del Estado. En Xalapa. Una tarde/noche en un concierto.
Entonces, llegó tarde. Al parecer, el regreso de Tuxpan se atrasó. Y del aeropuerto “El Lencero” a Casa Veracruz y de ahí al Teatro, la circulación se complicó.
Pero con todo, Harry Grappa, secretario particular, y Adolfo Mota, secretario de Educación, fueron incapaces de controlar el desbordamiento del río social en el ánimo xalapeño.
El siguiente abucheo fue en el estadio Beto Ávila, imagine el lector, en un juego de béisbol.
Así, para el siguiente juego, al que también asistió, ordenó repartir cerveza a la raza, antes de su llegada. El pan y circo planchó a los fanáticos de Las águilas de Veracruz.
También fue abucheado en la inauguración de los Juegos Centroamericanos, en el estadio de fútbol Luis “Pirata” de la Fuente.
Hubo otro abucheo en Córdoba, en la final de voleibol de los Juegos Centroamericanos; el director de Deportes fue cesado.
En los cuatro abucheos, JD estuvo presente. Pero en el último, en el VI año del viaje sexenal, efectuado en el café de “La Parroquia”, el Jefe Máximo de la Revolución Priista estuvo ausente.
“¡Fuera, Duarte” y “ratero” gritaron los pensionados, de los cuales una parte fue apaleada en Xalapa cuando protestaban por el atraso en los pagos, y el pago con cheques de hule, luego de 30 años de servicio ininterrumpido, y en contra de quienes el Oficial Mayor de la SEV, Vicente Benítez, “El señor de las tangas” y “El hombre de las maletas voladoras”, pretendía suspender para siempre la pensión ganada con la chamba de tres décadas.
Y, bueno, si el último abucheo, el lunes 22, fue en ausencia, a primera vista, y sin entrar en el terreno sociológico y sicológico, manifiesta el grado más alto de rechazo y repudio popular al Jefe del Poder Ejecutivo.
Tal cual, ha sembrado violencia, resentimiento, inconformidad social, indignación crónica, tempestades que ahora mismito recoge.
Por eso mismo, quizá, ha andado a salto de mata. Empezó cuando el homenaje a Fernando Gutiérrez Barrios en que de pronto le avisaron que ahí estaba la señora Araceli Salcedo, la misma que lo encarara en Orizaba, y con todo y que se trataba de una parecida, canceló su presencia y envío al líder de “Los bembones”, Ramón Ferrari Pardiño.
Ahora, se abstuvo de coronar a la reina del Carnaval, como ha ocurrido siempre, y también nunca asistió a un desfile.
UNO DE LOS PEORES DÍAS
El abucheo se inserta en otras circunstancias, como es, todo indica, la feroz campaña mediática en su contra de la prensa defeña.
Lo último: Brozo, el payaso conductor de Televisa, tiene una grafóloga que analiza el significado de la firma de los famosos.
Así, el lunes 22 (oh, paradoja, el mismo día del abucheo en “La Parroquia”), le tocó a Javier Duarte, entre otros. Y lo puso como camote.
Según su firma, dijo la especialista, y entre otras observaciones, es un hombre rencoroso y vengativo. Con una ambición fuera de control por el billete y el billete fácil.
Fue también el día cuando el prestigiado reportero, Raymundo Riva Palacio, le dedicó su columna “Estrictamente personal” donde hace un retrato hablado de la compleja identidad psicológica, siquiátrica y neurológica de JD.
Pero, además, desde hace unas semanas, una parte de la prensa de la ciudad de México, la llamada prensa nacional, la prensa que lee el presidente Enrique Peña Nieto, ha dado seguimiento a la atrocidad social y la barbarie en materia de inseguridad en Veracruz.
Insólito: desde el martes 16 de febrero, el periódico “Diario de Xalapa”, de la cadena de “Los soles”, su aliado desde el inicio del sexenio, le está dedicando madrazo limpio en portada.
El titular fue el siguiente:
“Duarte tiene que rendir cuentas… Demandan diputados: antes que irse… Veracruz está hecho un desastre; no se ha visto ningún avance: Fuentes… “Deben irse los titulares de SSP y Fiscalía: les quedó grande el paquete”… En todo le ha ido mal al Estado, pero en seguridad, peor: Franco Castán… Me voy, pero el 30 de noviembre, dice el gobernador”.
Tal cual, en el mundo político local hacen apuestas, plantean escenarios, dibujan perspectivas:
Uno: Javier Duarte debe cantidades millonarias tanto a una parte de la prensa de la ciudad de México y el Diario de Xalapa y por eso lo están madreando.
Dos: JD apaleó a los pensionados, pero como estamos en proceso electoral, sus enemigos manipularon a los jubilados para que lo abuchearan en ausencia en el café de “La Parroquia”.
Tres: si la prensa nacional se ocupa de JD significa que “una mano mece la cuna”. Y la mano se llama Los Pinos. Y Los Pinos lo estarían manejando porque JD ya se va. Sus días como gobernador están contados. Y si se va operará para que lo releve uno de los suyos. Ya Alberto Silva Ramos. Ya Érick Lagos Hernández.
JAVIER DUARTE COSECHA LO QUE SEMBRÓ
En diciembre de 2010, JD soñó con ser el mejor gobernador de Veracruz. Pero ahora cuando ha entrado a su nadir político, arrecian los vientos huracanados por todos lados.
Incluso, el mismo día del abucheo en “La Parroquia”, y el mismo día en que Brozo y Riva Palacio se ocuparan de JD, el precandidato priista a la mini/gubernatura, Héctor Yunes Landa, fue contundente. En Xalapa, dijo:
“Yo no tengo compromiso con nadie. Llegué contracorriente. En la adversidad. Y a quien tenga que meter a la cárcel, quien tenga temas justificados para ser aprehendido y meterlo a la cárcel…lo haré, incluyendo al gobernador”.
Y ni modo que Yunes Landa se haya referido al gobernador del planeta Marte y/o a Rodrigo Medina, el ex de Tamaulipas, a quien Jaime “El bronco” Rodríguez, ha sido incapaz de enviar a prisión, como lo prometiera en su campaña electoral con la que derrotara a la candidata priista.
JD ha sembrado violencia. Dolor. Sufrimiento. Humillaciones y vejámenes. Ahora, los está cosechando…