- Javier Duarte prefirió a Bueno Torio
- Que mucho dinero corrió en la mesa
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Mesiánico como ha sido, un católico radical que, dice, escucha misa todos los días y todos los días se arrodilla ante el sacerdote para confesar sus pecadas y comulgar, Gerardo Buganza Salmerón, camino a Damasco igual que San Pablo, tuvo una revelación.
Y de pronto, zas, la gran sorpresa: luego de cortarse las vestiduras en su última rueda de prensa en palacio como secretario General de Gobierno por segunda ocasión, y después de llamar “mafioso” a Fidel Herrera Beltrán en cadena estatal a través de TV Más, canal oficial, renunció a la candidatura independiente de Javier Duarte, JD, a mini/gobernador.
Entonces, muchas cositas se dijeron. Desde que el cáncer le había vuelto hasta que JD le había cerrado la llave luego de un arañazo en su relación amical.
Incluso, en el pasillo y en corto, como susurro, se aseguraba que Buganza siempre fue el candidato ideal y soñado de JD, por encima de sus “compañeros de proyectos”, el cuarteto de diputados federales, Jorge Carvallo, Érick Lagos, Adolfo Mota y Alberto Silva.
Pero según gente demasiado allegada a Buga, digamos, del primer círculo, comparte la siguiente versión:
Retirado del mundanal ruido de la política, Buga está concentrado por ahora en su rancho en Amatlán, donde igual que Juan Carlos Molina Palacios, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, en su rancho en Medellín, se dedica a la inseminación artificial de ganado.
Más aún: según las versiones, Buga anda apretado de recursos y nunca, jamás, dispuso del billete oficial para resolver el diario vivir con el itacate, a pesar, incluso, de haber sido acusado de distraer 14 millones de pesos de los Juegos Centroamericanos.
Incluso, en su tiempo como secretario de Infraestructura y Obra Pública, siempre rechazó manejar el presupuesto para los Juegos Y con todo haber sido creado un fideicomiso, derivó en el subsecretario, Caleb Navarro, para el manejo correspondiente, y quien en todo caso, estaría en la mira de la Auditoría Superior de la Federación.
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Según su primer círculo que fue de su poder político, Buganza renunció a la candidatura a la mini por un par de razones:
Un día, de los días electorales que corren, platicó con el precandidato priista a la mini, Héctor Yunes Landa.
Y en el diálogo manejaron la siguiente circunstancia:
Buganza sólo restaría votos en las urnas al Yunes rojo, en vez de que se los quitara al Yunes azul, como era la percepción de Javier Duarte.
Así, con todo y los votos priistas que Buganza le quitara a Héctor, en ningún momento le daría para ganar la mini.
Y, por consecuencia, tanto Buganza como el Yunes rojo perderían la elección quedando victorioso el Yunes azul.
Por tanto, el Yunes rojo lo convocó a declinar.
Buganza se levantó de la mesa ofreciendo sopesar la circunstancia.
Pero días después, la revelación de San Pablo camino a Damasco le llegaría.
Según las versiones, fue informado de que JD había ofrecido cien millones de pesos al ex panista, Juan Bueno Torio, para su campaña como precandidato independiente.
Incluso, que le habría entregado 50 millones de pesos de anticipo como una posibilidad más para descarrilar al Yunes azul.
(No obstante, y en contraparte, Bueno Torio, amarrado ya como candidato independiente, rechaza la versión y precisa que “aunque el lodo se caiga… siempre queda una mancha”).
Con todo, Buganza enfureció tanto que de plano decidió retirarse de la contienda.
Y lo hacía, además, porque si bien era cierto que JD le apoyara en su decisión de la candidatura independiente, también era verdad que le habría financiado a cuentagotas.
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Según las versiones, Jaime “El bronco” Rodríguez, el gobernador independiente de Nuevo León, tan metido como anda con la candidatura presidencial del año 2018, ofreció el billete necesario a Buganza para seguir en la lucha.
Pero camino a Damasco, a Buganza le asaltó la duda, refiriendo que si JD, tan bipolar y cambiante, lo había lanzado al vacío, también “El bronco” en algún momento determinado.
Y por eso mismo declinó la oferta regia, prefiriendo retirarse a su rancho para hacer experimentos genéticos ahora con ganado, luego de que los humanos lo han desencantado.
Además, se fue sin rendir cuentas a nadie, dejando en el misterio las razones de su renuncia y dejando alborotados a los casi 200 mil ciudadanos de Veracruz que en tiempo y forma le entregaron su firma para lanzarse a la aventura política por la mini, luego de que en el año 2010 el PAN prefiriera a Miguel Ángel Yunes Linares como su candidato y luego de que en el año 2004, Fidel Herrera Beltrán, mafioso al fin, le ganara en los tribunales.
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De ser así el nuevo bandazo reitera los desaciertos de Javier Duarte en el proceso sucesorio.
Le falló al góber fogoso con imponer a uno de sus “compañeros de proyectos” como el candidato priista.
Le falló al fogoso porque interrumpió el sueño del Maximato jarocho.
Le falló al fogoso porque descarriló a uno de sus candidatos independientes, como era Buganza.
Le falló al fogoso porque Juan Bueno Torio podrá registrarse como candidato ciudadano al recolectar las firmas necesarias, pero que le resultarán insuficientes para ganar en las urnas por encima del Yunes rojo y el Yunes azul.
Y se falló a sí mismo, porque está terminando el sexenio con el peor descrédito político y social.