Igual que Javier Duarte, JD, Héctor Yunes Landa, HYL, precandidato priista a la mini, es un político rencoroso y vengativo.
Pero, además, ingrato.
Por ejemplo: en un operativo armado con el secretario de Desarrollo Agropecuario, el líder de “Los bembones”, dentista Ramón Ferrari Pardiño, y el diputado federal, Jorge Alejandro Carvallo Delfín (“El hijo más ruin que he tenido”), acosaron al secretario de Agricultura y lograron la renuncia del delegado federal en Veracruz, Marco Antonio Torres Hernández.
Ahora, “Los bembones” han convertido la SAGARPA en un avispero (que así operan en la SEDARPA), que era un objetivo pendiente de JD para manejar de forma discrecional, a tono con las denuncias de la Auditoría Superior de la Federación, los programas sociales que como afirma el ideólogo empresarial, el banquero del siglo, Salvador Manzur Díaz, significan “oro molido” para ganar elecciones.
Y es que antes, cuando Torres Hernández despachaba en la delegación nunca permitió que los duartistas echaran mano de los programas ni tampoco del presupuesto, por más ocasiones en que el diputado federal, Érick Lagos Hernández, le envió a sus porros a bloquear la circulación y el acceso a la dependencia.
Por más, incluso, que el delegado federal de la Secretaría de Gobernación, Alberto Amador, lo convocaba a doblegarse ante el Jefe Máximo de la Revolución Priista en el Veracruz del siglo XXI.
Así, cuando por aquí HYL fue ungido precandidato priista a la mini, una de sus primeras acciones fue mover a su amigo, aliado y cómplice, el chihuahueño Octavio Legarreta para la delegación de la SAGARPA, que ya estuviera en el fidelato, con tanta suerte que el fogoso lo declaró en el Congreso local hijo predilecto de Veracruz, con lo que tuvo manos libres para operar con sentido patrimonialista.
Tal cual, HYL empezó a mover a Legarreta y Legarreta a su socio, Carlos Hernández, originario de Coatepec, su ex secretario técnico en la delegación, y que repite.
Entonces, uno y otro llegaban de avanzada a los periplos electorales del aspirante a la mini y luego de dialogar con los productores les decían la siguiente frase bíblica:
“Vamos por todo. Por la delegación y la SEDARPA”.
Ya tienen la delegación. Les falta la SEDARPA.
ABANDONÓ EN LA CÁRCEL A SU ALIADO
Pero el asalto de HYL a la SAGARPA en contra de Marco Antonio Torres es hija de la cólera, el resentimiento y la venganza.
Por ejemplo:
Años anteriores, el precandidato rojo soñó con la candidatura a diputado local. Marco Antonio Torres diputado federal lo convocó a unirse a su cruzada electoral. Pero el ingeniero químico egresado de la UV se resistió, bajo el argumento de que era un arribista en el distrito de La Antigua.
Además, el presidente municipal de La Antigua, Víctor Rojas, tenía demasiado camino andado “y ni el polvo le vería”.
Así, “El potro” se le atravesó como candidato opositor y con el simple y sencillo lema de campaña de no pagar el servicio de la luz a la Comisión Federal de Electricidad que abusaba, lo derrotó en las urnas.
Pero HYL jamás perdonó a Torres Hernández, pues en repetidas ocasiones lo presionó, sin éxito, para unirse a su causa.
Más aún:
En aquel tiempo, HYL buscó de candidato suplente a Luis Heredia, líder de los productores cañeros afiliados a la CNC con base en el ingenio El Modelo.
Y en un arrebato mal calculado, Luis Heredia dispuso de los recursos económicos, desde las cuotas hasta el subsidio, de los cañeros para la campaña.
Y luego de la elección en que salieran derrotados, el mundo se le vino encima porque le descubrieron el trastupije y terminó en el penal de Pacho Viejo.
Luis Heredia murió en el penal. Y Héctor Yunes Landa nunca, jamás, lo visitó ni tampoco le envió emisarios para estar pendiente ni siquiera, vaya, de su salud.
Ingrato, pues.
Y rencoroso y vengativo, igual que Javier Duarte.
EL PODER PRIISTA PARA VENGARSE
Alguna vez, HYL y Marco Antonio Torres coincidieron en un evento priista en Aguascalientes, allí donde Pancho Villa y Emiliano Zapata pactaran la unión de sus fuerzas militares, cada uno con su ejército de campesinos, los campesinos del norte y los del sur.
En un momento estelar, Jorge Uscanga Escobar, ex de todo menos de gobernador en Veracruz, cabildeó con el recién destituido delegado federal de la SAGARPA para fumar la pipa de la paz con HYL.
Pero el exdelegado, pleno de dignidad, y en ejercicio de su libertad humana, se resistió como hasta la fecha, desde aquel tiempo cuando subsecretario General de Gobierno HYL lo bloqueó con todo el aparato gubernamental como aspirante a presidente municipal de La Antigua, su tierra.
Además, en el ex delegado se concita otra circunstancia singular: con sus antiguos compañeros diputados federales, entre ellos, el doctor Pablo Anaya Rivera y Mario Zepahua Valencia, el hombre fuerte de la sierra de Zongolica, estaban con el senador Pepe Yunes Zorrilla para la candidatura priista a la mini.
Pepe Yunes, un político respetuoso, pero además, honesto a prueba de bomba, sencillo y cordial, el político de Veracruz con más relaciones amicales y afectivas en el gobierno federal (Luis Videgaray Caso, José Antonio Meade, Fernando Aportela, José Antonio González Anaya, Mikel Arreola, Cumnings, etcétera) quiso, digamos, declinar a favor de Héctor.
Y como Pepe quedó en el camino, ahora, Héctor Yunes, trepado en un ladrillo, ha mostrado su talante y, entre otras cositas, ha empezado a utilizar el poder priista para vengarse.
Si Javier Duarte ha llevado a Veracruz a la turbulencia social, ninguna lucecita en el largo y extenso túnel se asoma para la población.
Una vez más, la cleptocracia al poder político, social y económico.