ABOGA RECTORA DE UV POR DERECHOS HUMANOS
La rectora de la Universidad Veracruzana, UV, doctora Sara Ladrón, está jugando en varios carriles políticos.
Por ejemplo, sigue cabildeando en los medios el pago pendiente de los dos mil millones de pesos que el duartismo le adeuda, de los cuales, 400 millones corresponden al subsidio federal.
Pero también ha anunciado la apertura de la UV a los candidatos a gobernador, en que todos van en paquete, desde el priista y el aliancista PAN y PRD hasta el trío de independientes, más el de Morena, más el del Movimiento Ciudadano.
Siete en total, pues ha de cumplir el sentido universal de la casa de estudios, toda vez que del mini/gobernador dependerá la suerte de la UV durante 24 meses.
Ahora, se ha metido en los derechos humanos de la población que en Veracruz, como se sabe, están rafagueados, al grado de la humillación.
Claro, su discurso se incrustó en el Simposium Internacional sobre Seguridad Ciudadana y Derechos Humanos, con un enfoque general hablando del continente, pero al mismo tiempo, y de paso, se habría referido al Veracruz de Javier Duarte.
Tal cual, lamentó “la situación que prevalece al vulnerarse las garantías constitucionales de los diferentes grupos sociales”.
Habló, por ejemplo, de los más de cien mil homicidios anuales en la región, más la inseguridad “que impide el desarrollo humano”, más “la difícil impartición de la justicia”, más “la impunidad alarmante”.
Cualquiera diría que la rectora se ha referido a Veracruz, que sin duda, pero al mismo tiempo, universal como es, miró más allá del árbol y se metió al bosque global.
De cualquier manera, por tratarse de la máxima autoridad universitaria de la tierra jarocha donde hay 240 universidades privadas, su voz suena y resuena en el palacio principal de gobierno de Xalapa.
Más todavía en estas horas de los cinco jóvenes levantados por elementos policiacos en Tierra Blanca, cuyos padres permanecen acampados desde el 11 de enero en la agencia del Ministerio Público, confiando en que sus hijos regresen cuando al más alto nivel se habla de que nunca, jamás, volverán.
EL DUARTISMO TODO LO NIEGA
Un hecho, sin embargo, predomina: Javier Duarte padece el peor mal del mundo que es creer, estar seguro de que es un político infalible, poseedor único y exclusivo de la verdad, y más aún, de la verdad absoluta.
Si Luis XIV dijo que “Yo soy el Estado” y Jesús de Nazareth que “Yo soy la verdad”, Duarte se sentiría las dos cosas.
Y por tanto, desconoce ex profeso que hay muchos otros valores en la calle y en la sociedad.
Por eso y de igual manera como sucediera en la transición de Agustín Acosta Lagunes a Fernando Gutiérrez Barrios y de Patricio Chirinos Calero a Miguel Alemán Velasco, la inseguridad y la impunidad se han vuelto el asunto prioritario número uno de la política pública.
Y más porque la inseguridad y la impunidad han lastimado y herido y vejado los derechos humanos y las garantías constitucionales de la población de Veracruz.
Y lo peor, con un gabinete duartista que niega todo y que ante tantos pendientes siempre tiene excusas y se sale por la tangente, además de que con frecuencia se pitorrea como la frase bíblica de Minatitlán donde el góber asegurara que “hay 99 cosas que en materia de seguridad han salido muy bien y una sola cosa (la tragedia de Tierra Blanca) salió mal”.
Así, se reconoce y admira la entereza moral de la rectora de la UV que se ocupa de los homicidios, la inseguridad, el déficit de justicia y la impunidad alarmante.
NINGÚN RESPETO A LA VIDA
Alguien por ahí dice que cuando en un pueblo la represión se instala desde el poder, la opresión se perpetúa.
Pero, además, sin respeto a los derechos humanos, y por tanto, se está ante un gobierno que todo lo aplasta.
Tal es la percepción ciudadana que se tiene sobre el estilo personal de gobernar y ejercer el poder duartista.
Terrible y espantosa la pobreza, la miseria y la jodidez.
Y el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la migración y la prostitución para llevar el dinero a casa.
Y la pésima calidad educativa y de salud pública.
Y “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política”.
Pero más terrorífico es el agravio a los elementales derechos humanos en que estamos atrapados y sin salida por culpa del gabinete duartista.
Ningún respeto por la vida humana desde el momento que a plena luz del día, elementos policiacos secuestran y desaparecen en Tierra Blanca a 5 jóvenes originarios de Playa Vicente.
Y todavía cuando después, el Fiscal, actuando como el vocero del secretario de Seguridad Pública, declara que la PGR absorbió el caso pues los polis entregaron a los jóvenes a los narcos.
En las circunstancias anteriores, el góber quiere duartianar a la población para que todos piensen igual que él, porque solo así se ama a Veracruz.