Huachicoleros a la caza del voto

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Foto: Especial
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El pasado 4 de julio la mayoría de los operadores políticos en busca de la alcaldía de Hidalgotitlán peleaban el voto en las calles tratando de convencer a los electores de manera tradicional: promesas, despensas, verduras, láminas, cemento, etc.

Sólo uno puso en marcha una estrategia novedosa que, dicen sus detractores, lo llevó al triunfo.
Ese fue Santana Cruz Bahena, quien marginó el acarreo y la compra de votos por 500 o mil pesos. 
En su caso, lo que sus operadores y mapaches electorales incentivaron el voto regalando litros de gasolina y diésel de dudosa procedencia, inscribiendo así una nueva estrategia en los métodos para coaccionar el voto.
Además, dejando abierta la puerta a los intereses de los grupos dedicados al robo de combustible en el sureste mexicano, una de las actividades ilegales con mayor auge en estos momentos, en el contexto de las próximas elecciones para el estado de Veracruz.
Todo esto, además, en un Veracruz que ya está entre los cinco estados donde más se detectan tomas clandestinas a los ductos de Pemex, y que se prepara para el relevo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, los diputados locales, los distritos federales, senadores y Presidente de la República.
Encima, donde las estrategias de la lucha contra la delincuencia y contra la pobreza, han sido un fracaso, pues el último reporte del subdesarrollo dado por el Coneval, ubica a Veracruz entre los estados con más incremento de pobres, poco más de un millón en el sexenio de Javier Duarte de Ochoa y de Enrique Peña Nieto, y a los que se deben agregar otros 200 mil en pobreza extrema.
En un Veracruz donde los ductos de Pemex corren por la mayor parte del territorio y se han vuelto testigos del incremento de la violencia a lo largo de los municipios por donde van sin ser vistos. Bajo la tierra. 
Alcaldes, actores políticos, empresarios, policías, líderes cañeros, personas comunes se suman a las muertes anuales en municipios por donde corren ductos de Pemex, pues si diez años atrás la arena de lucha entre cárteles rivales eran las ciudades portuarias, ahora lo son municipios con localidades en donde no hay posibilidades de vender ni una bolsita de polvo blanco, pero sí tan remotos y con geografía ideal para la actividad extractiva ilegal. 
Tan sólo en Coatzacoalcos, asiento del 95 por ciento de la infraestructura petroquímica, han sido asesinadas 91 personas, gran parte de ellas por la lucha entre organizaciones criminales que pelean la renta de la droga; sin embargo, esas estructuras también lucran con el tráfico de migrantes centroamericanos y el robo de gasolinas. 
Así lo indicó la Fiscalía General del estado en los comunicados relacionados a las actividades ilícitas encabezadas por Hernán Martínez Zavaleta, Comandante H, a quien se le atribuye ser capo de la organización criminal más fuerte en el sur de Veracruz ligada a Los Zetas.
Y aunque en Hidalgotitlán no corren ductos de Pemex, colindancia con la infraestructura de la refinería Lázaro Cárdenas, de Minatitlán, además, cuenta con una red compleja de caminos rurales por donde se desplazan tanto delincuentes como el grupo que se hace llamar autodefensas rurales. 
«Todos sabían a que se dedicaba Santana Cruz Bahena pero nadie lo iba a denunciar porque tenía esta peculiaridad de repartir un poco de lo que robaba a Pemex, era un delincuentazo», dijo una fuente allegada al caso que pide anonimato.
Así, poco o nada pudieron hacer los otros rivales ante Santana Cruz Bahena y su maquinaría electoral, literalmente, impulsada por combustible de la mejor calidad saqueado a los ductos de Pemex. 
«Los otros candidatos quisieron reclamar, otros lo hicieron, pero después ya no siguieron peleando porque sabían a que se enfrentaban», dijo otro personaje de la política regional bajo anonimato. 
Gasolina de dudosa procedencia que en su mayoría había sido extraída de propiedades en donde contaba con toda una red de extracción paralela a los ductos de Petróleos Mexicanos (PEMEX).
En contraste, en Hidaltotitlán los habitantes incluso describen al finado como un hombre generoso que no le importaba quitarse la camisa para darla al necesitado.
El día de su entierro, docenas de personas viajaron durante nueve horas desde la cabecera hasta su pueblo natal, Ejido Primero de Mayo, siguiendo la carroza fúnebre con sus restos, al ritmo de música de banda, levantando el polvo por caminos sinuosos. 
«Adiós al amigo del pueblo», le decían en cada localidad por la cual pasaba el cortejo fúnebre. Antes de partir, los deudos repartieron cuatro tambos de barbacoa de búfalo que había sido cocinada el día de su muerte para alimentar a los participantes de la cabalgata del 20 de Noviembre, la cual se enlutó con la muerte de su protagonista. 
Eventualmente ayudaba al necesitado con dinero, o en el mejor de los casos, en especie, con gasolina producto del huachicoleo.
«Ya lo tenían en la mira por el decomiso de un rancho con gasolina robada que el ejército le detectó en una localidad conocida como Cahuapan, en marzo pasado», dijo una fuente de la Fiscalía General del Estado allegada a las investigaciones. 
El día de su muerte, además, el gobierno de Veracruz se apresuró a informar mediante un comunicado que el principal móvil de su muerte, era el huachicoleo.
La «FGE investiga la posible participación en los hechos de un grupo armado delictivo vinculado al tráfico de combustible robado», dijo el comunicado enviado por ese organismo autónomo.
Uno de los principales indicios era el hallazgo en el rancho parte de una red de huachicoleros. En total se contabilizaron 113 mil litros de gasolina listos para ser comercializados, en 113 bidones de mil litros cada uno, y 15 vehículos presuntamente empleados para el trasiego de la gasolina, dio a conocer la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en un comunicado el primero de abril pasado.
Otro elemento que dimensiona la proximidad de los intereses huachicoleros de las elecciones, se dio con la detención de Dagoberto Peralta Méndez, El Inge, en enero pasado, durante una redada a ladrones de gasolina.
Junto al Inge se detuvo a 11 personas más en el rancho Casa Blanca, de Oluta. La policía llegó al sitio ante el reporte de intenso olor a combustible. Cuando los oficiales arribaron los recibieron a tiros, por lo que se desplegó el operativo y se logró detener a esas personas y 16 vehículos empleados en el trasiego.
En ese momento se desconocía la identidad de Peratal Méndez, no obstante, fue el mismo alcalde de Hidalgotitlán, Octavio Omar López Castillejos, quien lo señaló como uno de los aspirantes a reemplazarlo en el cargo, y de inmediato lo reprobó. 
«Nosotros no avalamos, no amparamos y exhortamos a que todos los partidos políticos, sea el color que sea, escudriñen de manera fehaciente en cada uno de los aspirantes o precandidatos en estos momentos, para que sean gente honorable la que llegue al frente de esas aspiraciones», declaró el edil al diario del Istmo el pasado 23 de enero.
Antes de ser detenido Dagoberto Peralta Méndez ya había trabajado en el municipio, en el primer periodo de Santana Cruz Bahena, y formaba parte de su círculo inmediato de hombres de confianza.
Reportes de Petróleos Mexicanos indican que de enero a mayo de 2017 fueron detectadas 4 mil 259 tomas clandestinas de combustible, en contraste con el 2016, un incremento del 60 por ciento, y Veracruz, con 760 tomas, está entre los cinco estados con más huachicoleo. Actividad que al año representa pérdidas por 10 mil 800 millones de dólares a Pemex.