El alcalde de Xalapa ha tocado fondo. Se tardó un poquito, pero igual que otros presidentes municipales, ya clausuró obra social. No hay dinero. Arrastra deudas pasadas. Y la única esperanza es que la Yunicidad cubra los pendientes. Y la Yunicidad, por desgracia está igual o peor.
Américo Zúñiga lo anunció el viernes anterior. Fue en junta de Cabildo. Ha bajado el telón sobre 28 obras de infraestructura. Javier Duarte, el prófugo de la justicia desde hace 57 días, lo dejó atrapado y sin salida con 35.5 millones de pesos.
Todavía peor. Como millones de mexicanos, el edil de la capital apuesta a la esperanza, con todo y que Albert Camus afirmaba que la esperanza es una virtud cristiana que significa resignación.
Con todo, anunció su legítimo sueño de más obra pública con cargo a los programas de inversión, entre ellos, Fortafin, Prodere y Fortaseg.
¡Ah!, pero hasta que el gobernador deposite los recursos pendientes.
Y ahí es donde “a Chuchita” la bolsearon.
Solo para cubrir salarios, aguinaldos, pensiones y bonos, el gobierno de Veracruz necesita una cantidad ultra contra súper millonaria.
Y con un secretario de Hacienda y Crédito Público, el presidenciable José Antonio Meade (antiguo conocido del góber azul desde el sexenio panista de Vicente Fox Quesada), que le marcó la raya diciéndole que en ningún momento la Federación saldrá a su rescate y que si le urge dinerito fresco se endrogue y/o solicite el pago anticipado de las participaciones federales, entonces, la esperanza del alcalde de Xalapa descarrilada por completo.
Se están viviendo y padeciendo, los peores estragos del duartismo.
El saqueo del fugitivo continúa sorprendiendo a todos.
“Juro y perjuro, dice un ex funcionario, que nunca imaginé tanta fechoría en menos de un sexenio”.
“CON EL AGUA AL CUELLO”
Igual que un montón de alcaldes, los estragos de Xalapa empezaron desde hace tiempo.
Y aun cuando Américo ha seguido luchando, el fruto tarda demasiado en llegar.
Por ejemplo, mientras los ediles del PAN y PRD se atrincheraron durante 18 días en el palacio de Xalapa, Américo aglutinó a los ediles del PRI y se fueron a una caminata en la avenida Reforma de la Ciudad de México…, con el mismo objetivo. El pago de los pendientes federales.
Tocó puertas en el Senado y en la secretaría de Hacienda. Compareció en Milenio TV, entre otros medios.
Publicó desplegados clamando ayuda federal. Cabildeó con los ediles en Xalapa. Interpuso una controversia constitucional en la Suprema Corte de Justicia. Se acercó a la secretaría de Finanzas y Planeación. Soñó con un movimiento municipalista, líder como es de los presidentes municipales del país.
Avisó a tiempo y a todos el atraso en el pago. Luchó. Insistió. Persistió.
Y ahora, “con el agua al cuello”, suspendió obras.
Por desgracia, a otros ediles ha ido peor.
Unos, por ejemplo, hasta cerraron el palacio, ya pa’qué en tales circunstancias.
Otros, despidieron personal. Otros más, redujeron salarios y/o de plano renunciaron a seguir cobrando.
Unos pueblos quedaron, incluso, sin el servicio policiaco. A duras penas mantuvieron el alumbrado público, antes, mucho antes, digamos, de dejar a la población sin el servicio del agua.
Y aun cuando se dirá que bien pudieron acometer tales acciones en tiempo y forma, ante y frente a Javier Duarte, a quien el Orfis, Organo de Fiscalización Superior, y la Comisión de Vigilancia del Congreso, y los Contralores y los seis secretarios de Finanzas y Planeación, se le arrodillaron, “el daño ya está hecho”.
La única enseñanza y moraleja sería que de aquí pa’lante, y como expresa el dicho popular, “más vale morir de pie” y con dignidad.
Y defender, “con la espada en prenda” el bienestar social.
“NUNCA NOS RENDIMOS”
El góber azul habría de levantar una estatua a Duarte, igual que la de Vicente Fox en Boca del Río (que tiraran Adolfo Mota y Raúl Zarrabal y sus falanges), pues gracias a Duarte ganó en las urnas el 5 de junio.
Pero a los alcaldes solo resta el resentimiento y el odio social en su contra.
Lo dijo en cuatro palabras Miguel Angel Yunes Márquez, de Boca del Río, en el tercer informe de gobierno:
“Duarte fue un obstáculo”.
Y lo dijo, igual que Américo Zúñiga, luego de enlistar la obra pública que difirió porque el prófugo de la justicia le retuvo el recurso económico, sin ninguna duda, con más furia y saña que el resto de los ediles, pues el acoso fue durante los casi 3 años.
“Me da mucho coraje decir que esta parte del informe está lleno de hubiéramos…, nunca pensaron que cada peso que se robaron era un parque menos”.
En su momento, advirtió que “Boca del Río nunca se doblegó ante estos abusos, nunca nos rendimos, somos una sociedad digna que nunca se venció”. (Notiver, 7 de diciembre, 2016)
Tampoco se ha rendido Américo Zúñiga, como tampoco el resto de alcaldes.
Ahora, solo resta seguir cabildeando.
Américo, por ejemplo, igual que Yunes hijo, tendió la mano al góber azul.
Pero también, toca puertas para quE la Federación deposite las participaciones federales en forma directa, sin intermediarios, y que significa la misma lucha, por ejemplo, de la rectora de la Universidad Veracruzana.
La mula, reza el dicho, no era arisca. La hicieron.
En todo caso, se trata de una lucha por el municipio libre, tan vejado y estafado por un prófugo de la justicia que se hace el gracioso reapareciendo en las redes sociales, como si nada, desvergonzado y desfachatado.