Estreno mundial; Valenzuela, verdugo yanqui

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Sandy Koufax realizó el lanzamiento de la primera bola en la ceremonia previa del Juego 3 de la Serie Mundial de 1981, aunque la mágica presencia del legendario zurdo de los Dodgers pareció no inspirar a un irreconocible Fernando Valenzuela que batalló en las primeras tres entradas frente a los Yanquis de Nueva York en lo que parecía su peor salida desde que desató la Fernandomanía.

Hace 40 años, El Toro Valenzuela se convertía en el primer mexicano en abrir un partido del Clásico de Otoño. Luego de superar un inicio complicado, en el que aceptó dos cuadrangulares y cuatro carreras, enderezó el camino para llevarse la victoria de 5-4.

El Dodger Stadium rugía con una multitud de 56,374 aficionados, una asistencia récord en la historia del inmueble. El duelo ante Dave Righetti, era el primer entre dos lanzadores novatos desde la Serie Mundial de 1950, cuando se enfrentaron Whitey Ford, de Yanquis frente Bob Miller, de los Filis.

Valenzuela, quien maravilló por su aplomo y fuerza mental en la loma durante toda la temporada, conocía por primera vez la presión ante los poderosos bateadores de la novena neoyorquina, que había ganado los dos primeros juegos de la Serie Mundial.

El zurdo colgó el primer cero, pero luego recibió dos carreras en la segunda entrada y otro par en la tercera, que ponía adelante a Yanquis 4-3.

Los practicantes de la Fernandomanía estaban petrificados”, relataba la crónica de la agencia AP, luego del jonrón de dos carreras de Rick Cerone en el tercer inning.

Ha sido el partido más difícil que he lanzado en mi carrera”, aceptaba Valenzuela al término del encuentro. “Trate de poner más velocidad a mis lanzamientos y ponerle más efecto a mis otras pitcheadas, el resultado fue negativo sobre todo en la primera parte porque no tuve el control. Yo me sentía bien, fuerte, pero no encontraba el pentágono”, agregó el mexicano, quien regaló siete pasaportes.

Tommy Lasorda pensó en par de ocasiones retirar del juego a Fernando Valenzuela aquel viernes 23 de octubre de 1981, de hecho en la quinta entrada en la que Dodgers tomó la ventaja, Reggie Smith se preparaba para entrar a batear de emergente por el mexicano, pero el manager dejó al pitcher tomar su turno y seguir en el juego.

Gracias a Dios lo dejé, cuando me dije: este es el año de Fernando”, expresaba un eufórico Lasorda luego de la primera victoria de su equipo.

Un dato de gran importancia en la mejoría de Fernando Valenzuela y que pasó un tanto desapercibido se presentó en la receptoría.

Fernando Valenzuela se felicita con Ron Cey al consumarse el triunfo frente a Yanquis en el tercer juego de la Serie Mundial.

Steve Yeager fue el titular de Dodgers, pero el habitual catcher de Valenzuela era Mike Scioscia. Con Yeager ¡hecho batería en sólo dos partidos de temporada regular (triunfo y derrota) y en ninguno de la postemporada.

Scioscia se hizo cargo de la receptoría a partir del cuarto episodio. Entonces El Toro se afianzó en la loma y comenzó con su cadena de seis ceros, luciendo en la novena entrada al retirar en orden y cerrar su extraordinaria actuación  con un ponche a  Lou Piniella en lo que fue el out 27 y su lanzamiento 145.

Fernando estuvo batallando todo el tiempo, su mejor inning fue el noveno, cuando verdaderamente contaba”, expresaba el tercera base Ron Cey, el famoso Pingüino quien se convirtió en el ángel de Valenzuela al pegar un jonrón y empujar tres carreras.

El antesalista sonorense Aurelio Rodríguez vio acción por Yanquis y se fue de 4-2 ante el Toro.

Dodgers se encaminó luego de esa primera victoria y se coronó en seis juegos.

El cronista Jaime Jarrín, quien en aquel año de 1981 asistía a Valenzuela como traductor, recuerda para Excélsior la hazaña de vencer a los Yanquis hace 40 años.

Ha sido el juego más dramático y el juego más espectacular de su carrera. No tenía su mejor repertorio, pero por su valentía y por su coraje se quedó en el montículo. ‘A mí me gusta terminar lo que yo empiezo’, decía Fernando. De todos sus juegos que tuvo en Grandes Ligas es el más espectacular”, opina Jarrín, quien ahora comparte las transmisiones

radiales de Dodgers con Fernando Valenzuela.

*EXCELSIOR