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Xalapa

Barandal: Salvaje amanecer jarocho

LUIS_VELAZQUEZ
•40 kilómetros de infierno
•Autobús asaltado

Luis Velázquez
A modo de Jan Martínez Ahrens

18 de febrero de 2019

ESCALERAS: Veracruz busca a unos demonios. Son unos malandros que la madrugada del sábado 16 cometieron el peor de los atracos en los últimos 9 años. Hacia las 6 de la mañana, quizá a las 6am, todavía de noche, cuando acaso pronto amanecería, asaltaron un autobús de pasajeros. Y sembraron el terror y el horror.
«Por ahora no tienen nombre ni rostro ni edad», al fin demonios que son, fantasmas que pudieran volverse si se considera el grado de impunidad. Fantasmas que habrían asaltado en medio de las sombras, aleteando la noche las luces del amanecer.
En las diez semanas que van del sexenio de la izquierda demasiada sangre ha chorreado. 354 muertos en 77 días. 38 feminicidios. Dos infanticidios. 88 secuestros.
Pero el asalto a un autobús de pasajeros rebasa todo.
El camión de pasajeros de la línea Transportes Los Tuxtlas salió a las 5 de la mañana de la central en San Andrés. Cada fin de semana, la unidad parte a Coatzacoalcos, autobús de segunda. Iba totalmente lleno. Trabajadores en la región, avecindados en otros pueblos. Por eso, la mayoría iba con una o dos maletas de artículos personales. Incluso, ropa sucia para ser lavada en casa.
Y cuando iban en la carretera, a la altura del municipio de Cosoleacaque, tres hombres hicieron el alto y treparon.
Armados, luego enseguida sometieron al chofer y al cobrador.
Y les obligaron a cambiar de rumbo. Ahora, en vez de Coatzacoalcos como destino de regreso a Acayucan.
40 kilómetros, promedio, en el infierno.
En el camino, ninguna patrulla estatal ni federal, tampoco la Fuerza Civil, encontraron.
Los pasajeros, clavada la mirada en el trío de hombres, y en sus pistolas, sin desayunar, sintieron el fin del mundo.
Un disparo que hiriera o matara a uno de ellos desataría el peor infierno en la historia local.
La noche se había agotado. Amanecía. Y la carretera estaba solitaria. En el autobús apenas y se escuchaba la respiración contenida de los pasajeros.

PASAMANOS: Y más, en un Veracruz donde los carteles y cartelitos riñen por la jugosa plaza estatal.
Y lo peor, cuando los malandros siguen imponiendo la agenda pública y la policía solo tiene una política reactiva y como siempre, llegar tarde al centro del infierno.
En el autobús los demonios se desataron.
El trío de asaltantes, pistola en manos, rostros patibularios, facinerosos puros, fueron quitando sus pertenencias a los pasajeros. Desde el anillo de matrimonio hasta el equipaje. Algunas maletas llenas de ropa sucia vaciadas para guardar el botín.
Incluso, insultaron a uno que otro pasajero. Y los amenazaron. Y les dijeron que eran de la delincuencia organizada. Es más, se acreditaron como miembros de tres carteles distintos.
Entonces, formaron en hilera a los hombres.
Y de uno en uno les fueron quitando sus carteras, ahorritos que llevaban para la familia, y objetos de valor.
Y luego, otro infierno.
El autobús rodando fueron lanzado a los hombres al vacío, a la carretera,
Antes de llegar a Acayucan, la unidad se detuvo.
Y bajaron al resto de las víctimas.
Y se llevaron al chofer y al cobrador, con todo y autobús.
Los cuatro se perdieron en el salvaje amanecer jarocho.

CORREDORES: El tramo de la carretera federal a la altura de Acayucan es riesgoso. Un peligro para los pasajeros de autobuses, una bendición para los malandros. Incluso, en el mismo camino han asaltado a varios ADO.
Enrique Peña Nieto presidente de la república, Javier Duarte gobernador de Veracruz, el tramo fue considerado para la ampliación de la carpeta asfáltica.
Pero el tiempo se les vino encima. Y también la cacareada corrupción.
Numerosos puentes quedaron en obra negra.
Tramos de la carretera, de un solo carril.
Baches, zanjas y cráteres nucleares que dejaron las constructoras sin que nadie autoridad asestara el manotazo.
Nada más circunstancial para crear y recrear «el infierno tan temido».
Tierra fértil para los malandros.

BALCONES: Cada vez, Veracruz se va pareciendo a la Sicilia de Don Vito Corleone y a Los Angeles de Al Capone y a la Sinaloa de Joaquín «El chapo» Guzmán.
Y ni Kalimán, El Llanero Solitario y Toro, tampoco Batman y Robin, Superman, «Los rápidos y furiosos» ni la bruja mala en la narrativa de Blanca Nieves, impedirían la ola de violencia en los 212 municipios de la entidad jarocha.
«La noche tibia y callada» de Agustín Lara, convertida en el infierno de cara al Golfo de México.
En el sexenio de Javier Duarte, los malandros llegaron de Tamaulipas. Fue cuando, entre otras cositas, rafaguearon en el país el primer autobús de pasajeros en el camino de Pánuco a Tantoyuca y un bebé fue asesinada en los brazos de su señora madre, una pasajera.
En la Cuitlalandia, tres autobuses de pasajeros han sido rafagueados. Dos, por ejemplo, en Río Blanco, con cuatro heridos. Otro más, en el sur.
Y cuando los malandros asaltan a los feligreses de una iglesia y atracan a los comensales de una taquería como en Córdoba…
Y cuando asesinan a una niña de doce años de edad como en Santa Ana Atzacan…
Y cuando asesinan a adolescentes y jóvenes y señoras secuestradas porque los familiares carecían de liquidez para pagar el rescate como en Los Naranjos y Coatzacoalcos…
Y cuando se han metido al corazón de Xalapa, la sede de los tres poderes, la oficina del gobernador…
Y cuando, caray, se han recrudecido asaltando autobuses de pasajeros donde por lo regular suele viajar la gente de la clase baja, y más, en un autobús de San Andrés Tuxtla a Coatzacoalcos cargado de trabajadores…entonces, Don Corleone se queda corto con su Sicilia.
Y más porque el tsunami de la violencia, el secuestro, la desaparición, el asesinato, las decapitaciones, los cadáveres tirados en la vía pública y en los cañaverales y a la orilla de los caminos y flotando en los ríos y lagunas crecen y crecen y crecen y la Cuitlamanía sigue bendiciendo al secretario de Seguridad Pública asegurando que el culpable de tanta inseguridad es el Fiscal, a quien solo desea y sueña con destituir. (Con datos del cronista Ignacio Carvajal, que escurrieron como agua limpia en el relato descriptivo).

Las ideas y opiniones expresadas por el autor de ésta columna periodística, no reflejan necesariamente el punto de vista de Crónica de Xalapa ©️

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