- Ruptura con la Federación
- El fajador callejero
PASAMANOS: El góber azul está desafiando al poder central. Le asiste la razón: el lastre y el desastre económico, social, moral y político heredado por el prófugo de la justicia (62 días hoy) fue y es tan brutal que los estragos durarán más de los dos años de su bienio.
Por eso, cuando dice que depositó 350 millones de pesos a la Universidad Veracruzana (le deben más de 2,500 millones) y advierte que “ya no hay más dinero”…
Y cuando cabildea “la desincorporación fiscal de Veracruz para cobrar algunos impuestos”…
Y precisa que en ningún momento significa “romper con el gobierno federal”, ajá…
Y cuando recuerda que Enrique Peña Nieto “le ha dado dinero extra a Oaxaca y el estado de México” (con todo y la elección de gobernador en el 2017…), es congruente consigo mismo.
Fajador callejero, pues.
Nunca antes un gobernador del país.
Ni siquiera, vaya, Carlos Alberto Madrazo, “El ciclón del sureste” con su temeridad encendida, llena de fuego, volcán eructando coraje.
Al mismo tiempo, sin embargo, y con toda su experiencia pareciera víctima de sí mismo, cuando, por ejemplo, dice lo siguiente:
“Me extraña que el secretario de Hacienda no cumpla la instrucción del presidente”, digamos, de rescatar al gobierno de Veracruz.
Ojo, se entendería, sin embargo, que el calambre en ningún momento es para José Antonio Meade, sino derecho, derechito, al corazón de Los Pinos.
Aun así, estaríamos ante un doble, triple mensaje, el habitual de los políticos.
Por ejemplo, una cosita le habría dicho Enrique Peña Nieto al góber azul en su audiencia, ajá, de dos horas, tal cual en su actitud institucional. Te apoyaré. Todo contigo. Me la juego a tu lado.
Y otra cosita habría ordenado al presidenciable secretario de Hacienda y Crédito Público, quien por cierto desempeñara el mismo cargo con Felipe Calderón Hinojosa, en que el Yunes azul era director del ISSSTE, pero también compañeros en el Foxismo, por tanto, antiguos conocidos.
Diríase, entonces, que Los Pinos cabecearon al góber azul.
Pero…
BALAUSTRADAS: Pero con todo el Yunes azul sigue exigiendo a la secretaría de Hacienda que “no actúe de manera política”.
“No estoy pidiendo más ni menos. No puede haber disparidad. No debe haber manejo político del presupuesto. Veracruz es parte importante de la Federación y tiene derecho a que la Federación aporte recursos”.
La historia se vuelve inapelable.
Habría, por ejemplo, recordar al senador electo, Rafael Arriola Molina, en el sexenio de Rafael Murillo Vidal, 1968/1974, cuando dijera, primero, que había obtenido más votos en las urnas que Luis Echeverría Álvarez y cuando luego expresara a que “la Federación era un pulpo”.
Días después, fue congelado y quedó en la antesala del Senado, tiempo en que un petrolero, líder nacional, ocupara la curul, el gentleman Samuel Terrazas Zozaya.
Además, la conseja popular es infalible, cuando expresa que si al gobernador le va bien con el presidente, a Veracruz, también. Y si le va mal, a Veracruz de igual manera.
Y es que el Yunes azul formalizó la cloaca que ya andaba en la versión social de los trastupijes de Javier Duarte (cuyos caminos llevarían a Los Pinos) e interpuso las denuncias penales en la Fiscalía y en la Procuraduría General dela República, PGR.
Logró así que Duarte fuera desaforado, aun cuando le llaman solicitud de licencia.
Siguió destapando la cloaca con los negocios ilícitos disponiendo de los recursos federales.
Derrotó en las urnas a su ex primo, candidato priista a la gubernatura.
Ganó la mayoría de curules para su partido, el PAN.
Se está fortaleciendo de cara, cierto, a la elección de alcaldes el año entrante, pero más aún para el 2018 cuando se jugará la sucesión presidencial.
Y por tanto, en Los Pinos lo batearon.
Y es que la historia reciente de Veracruz es brutal. El cochinero en la SEFIPLAN. El desplome de la vida económica. El quiebre de muchas empresas. El desempleo. El descrédito político para el PRI, cierto, pero todavía peor, el hundimiento moral de la población. Pobreza y miseria. Seis de cada diez habitantes de Veracruz en la jodidez. Un millón y medio sólo hacen dos comidas al día. Secuestrados, desaparecidos, muertos y fosas clandestinas. Feminicidios. Niños ejecutados.
La peor crisis en la historia local considerado el paraíso terrenal. “El infierno está aquí” diría el padrino de Demián Alcázar en la película de Luis Estrada.
Miguel Ángel Yunes Linares se arruga ante Los Pinos o sigue luchando, digamos, y con optimismo, por los jodidos… que “los ricos, diría Luiz Ignacio Lula da Silva, solitos se cuidan”.
ESCALERAS: En el otro lado, el senador Pepe Yunes Zorrilla tirando “su espada en prenda”.
Dijo, por ejemplo:
La desincorporación fiscal de Veracruz “sería irresponsable y generaría más costos que beneficios.
Y de aprobarse en el Congreso local, la población tendría que seguir pagando gravámenes como el Impuesto sobre la Renta y el Impuesto del Valor Agregado, la extracción de hidrocarburos, pero dicho recurso quedaría en el ámbito federal y no llegaría en dinero a Veracruz, sino en programas o infraestructura”.
Peor tantito: los bancos harían efectiva la deuda pública para ser cobrada en automático, cuando ahora se carga a las participaciones federales.
“Sería desastroso. La idea de desincorporar a Veracruz es falaz”, dijo.
En contraparte, el peñismo ha dispuesto apoyo millonaria al góber de Oaxaca, el priista Alejandro Murat para arreglarse con los profes de la CNTE (tan satanizada por Aurelio Nuño, titular de la SEP), mientras la Yunicidad anuncia que el gabinete se abstendrá de cobrar salarios “hasta en tanto no haya recursos”.
Oh paradoja, el líder de los taxistas de la Ciudad de México (tiene 50) y presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza (liquidación millonaria en la CFE), dice que en el caso de Javier Duarte “hubo alertas de corrupción y de impunidad que debieron haberse atendido”.
Pero nunca da nombres de los culpables, todos políticos, y políticos priistas.
Juega así con el escore político.
Y entre tanto, Veracruz naufragando, con un timón inseguro que ha llegado al extremo de sopesar un estado independiente, autónomo y soberano a la Federación, casi casi una lucha separatista.
Por un lado, el golpe de Estado de Javier Duarte a las finanzas, y por el otro, porque en Los Pinos lo apapacharon.
Y lo peor, lo apapacharon… con el silencio, el silencio raro y extraño, silencio cómplice, silencio aprobatorio.