- Desaparición forzada
- Ultimo plagio de su sexenio
PASAMANOS: 40 días antes de terminar el sexenio, Fidel Herrera Beltrán enfrentó el último secuestro y desaparición de un joven en Poza Rica que ahora lo tiene en las cuerdas de la ONU, Organización de las Nacionales Unidas.
Pero además, casi noqueado, porque tal secuestro, con dos más en el país, son los únicos de México denunciados en la ONU como desaparición forzada, aun cuando nada fácil sería que con el Alto Comisionado de la ONU en México de visita antier domingo en Tierra Blanca y que ampliara a Cosamaloapan (el proceso penal a siete policías) y a Xalapa (hablar con el Fiscal) también llegarían al máximo tribunal de los derechos humanos en el mundo sentando a Javier Duarte, JD, en “el banquillo de los acusados”.
Tal cual, tanto el maestro, el góber fogoso, como el discípulo, Javier Duarte, compartiendo los mismos honores con que el general Augusto Pinochet fue acusado por el ex juez internacional, Baltazar Garzón, por cierto, contratado por el duartismo para defenderlo cuando el caso del par de tuiteros que desequilibraron Veracruz y terminaron en el penal de Pacho Viejo.
Fue el 20 de octubre de 2010. JD, gobernador electo. En Poza Rica, Christian Téllez Padilla, de 35 años, fue levantado por elementos policiacos.
Desde enfrente, su esposa, en otra camioneta, fue testigo del secuestro a las 3:30 pm, de igual manera como a plena luz del día, entre las 10 y las 11 de la mañana, en Tierra Blanca, los policías de Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública, se llevaron a cinco jóvenes originarios de Playa Vicente y los entregaron a los malandros, según Javier Duarte, del Cartel Jalisco Nueva Generación.
Entonces, su esposa siguió a los patrulleros. Pero en un alto un par de policías en motocicletas la interceptaron y los polis con su esposo se perdieron en otras calles, según contó su señora madre, Eugenia Padilla García, de 54 años, a la reportera Thelma Gómez Durán, del semanario Newsweek en español edición del 29 de enero, 2016.
BALAUSTRADAS: “A partir de ese día, a mi hijo no lo hemos vuelto a ver ni hemos sabido nada. Créame que hemos ido a todas las instancias que hemos podido, pero nada”.
Ahora, el caso está en el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, Suiza, “un órgano de expertos que supervisa la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos”.
“Queremos abrir otras vías de acceso a la justicia para las víctimas de violaciones de derechos humanos en México”, dice Juan Carlos Gutiérrez, coordinador general de I(dh)eas, Litigio Estratégico en Derechos humanos, una organización civil que con la Comisión Mexicana de Defensa y Protección de los Derechos Humanos, “acompañan a los padres en la búsqueda de justicia”.
Fidel Herrera, pues, igual que Javier Duarte, en las grandes ligas de la represión, a tono con los políticos que han gobernado y ejercen el poder en Michoacán, Guerrero y Tamaulipas, pues cada gobernador es co/rresponsable con el gobierno federal de garantizar el Estado de Derecho en sus demarcaciones.
Al momento, hay en México más de 26 mil desaparecidos, aun cuando, y como ha dicho Alejandro Solalinde, el sacerdote satanizado por Javier Duarte y Flavino Ríos Alvarado, secretario General de Gobierno, “Veracruz es el cementerio de migrantes más largo y extenso del país”.
El góber fogoso dejó el Poder Ejecutivo estatal y ahora despacha en Barcelona como cónsul del presidente Enrique Peña Nieto.
Pero en sus andares jarochos dejó un Veracruz polvoriento y revolcado que ahora lo tiene bajo las cuerdas en la ONU.
El juicio de la historia es inapelable dicen los viejitos del pueblo, algunos de los cuales integran el consejo de ancianos.
ESCALERAS: Newsweek en español (el fogoso tenía ¿tiene? la franquicia en Veracruz) reproduce un mapa estadístico del semanario ZETA de las ejecuciones en el sexenio peñista, y en donde el duartismo ocupa el octavo lugar en una violencia sórdida que ha llevado a 1,200 mil desaparecidos, de los cuales 144 son menores, según la Fiscalía General.
El Estado de México, 8,845 ejecuciones. Guerrero, 6040. Chihuahua, 5,176.
Jalisco, 3,946. Michoacán, 3,629. Sinaloa, 3,514.
Tamaulipas, donde Peña Nieto ya nombró un Comisionado, 2660. Veracruz, 2,600.
El último lugar en la escala de ejecuciones lo ocupan los estados de Aguascalientes y Yucatán con 149 asesinatos en cada caso.
En México, dice la señora Eugenia Padilla, la madre del joven desaparecido en Poza Rica, Veracruz, “hay muchos casos de desaparecidos… que nadie voltea a mirar. Y si mi caso y de los otros compañeros son aceptados por la ONU, tengo la esperanza de que se abra una nueva puerta para que podamos encontrar justicia”.
Ella, como tantas otras, han perdido la confianza en el gobierno mexicano. Ahora, llevaron sus reclamos al campo internacional.
Tres casos revisa la ONU ahora de desaparición forzada, pero han de ser muchos, muchísimas más.
El México de Peña Nieto. El Veracruz de Javier Duarte. “Tan malo el pinto como el colorado”.