Ahued en campaña, ahora la batucada y los chalecos son guindas

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CRÓNICA

La batucada suena con fuerza afuera del Mercado Galeana en la parte alta del centro de Xalapa. Una valla humana de una veintena de brigadas de Morena con chalecos guinda montan una desorganizada cadena alrededor de los candidatos de la alianza “Juntos Haremos Historia” en Xalapa. Segundo día de campaña, rumbo al seis de junio.

Ana Miriam Farráez quien busca repetir en la curul local y Rafael Hernández Villalpando quien busca reelección en San Lázaro van “guindados” del brazo del candidato a la presidencia municipal, Ricardo Ahued Bardahuill. En dos horas de recorrido por los mercados y calles del centro de Xalapa, ninguno de los dos aspirantes se les despegó ni un segundo.

El empresario Ahued va a su quinta campaña, pero la segunda donde va enfundado con militancia enfundada en chalecos guindas con las siglas de Morena y la primera que será netamente en Xalapa. El rojo del PRI quedó atrás, es pasado. “Honestidad y transparencia” dice la espalda de la camisa blanca con vivos guinda que porta el candidato del arrastre.

En el camino, Ahued saluda a “compadres”, “amigos”, “ahijados”, “hermanos”, “líder”, “sobrino”. A algunos de sus simpatizantes incluso los llama por su nombre.

Una señora se desprende del cubrebocas como si se hiciera “calzón chino” para organizar un “chiquitibum” para Ricardo Ahued. Mientras su cubrebocas sirve de hamaca para su papada, una lluvia de micropartículas de saliva baña a unos diez militantes de Morena, nadie se queja. “A la bio, a la bao, a la bim bom ba, Ricardo, Ricardo, ra, ra, ra”. En la báscula político-ciudadana, primero son las elecciones 2021, que la pandemia por Coronavirus.

Sana distancia nada, si acaso, distancia con unos panistas y priistas que andan por ahí por casualidad o por causalidad.  

Un bolero del mercado Jáuregui se abre paso entre el ejército guinda para abrazarse con Ahued y agradecer el apoyo de cuando fue alcalde. Una señora, se mete a base de “codazos” entre la valla humana que rodea a los tres candidatos, para decirle al exalcalde xalapeño que “está con él” y que no se olvida del día que la apoyó para una compra de medicinas.

Otro líder de mercados se le acerca a Ahued y al oído le ofrece el apoyo que requiera y mande. El aspirante a la alcaldía le reitera que va a caminar Xalapa a lado de dos bellas “damitas” en alusión a la diputada federal, Dorenhy García y a la legisladora local y aspirante a reelegirse, Ana Miriam Ferráez.

Ahued busca integrar a la fiesta de la democracia, a los recorridos con batucada a las dos “damitas”, pero a ellas les cuesta trabajo. Apenas Ferráez reparte algunos volantes en los alrededores del Mercado Jauregui, Dorenhy García un poco más tímida, le cuesta entrarle al jolgorio humano. Dos líderes de colonia, señoras ya entradas en los cincuenta, estridentes como de la vieja escuela priista, son las que se niegan a soltarse del brazo del candidato.    

El “señor carisma” de la Atenas Veracruzana continúa saludando: “Aquí, allá y acullá”. El atropellado recorrido se ve entorpecido por la nula coordinación de los brigadistas de Villalpando y los del propio Ahued, la desorganización que priva en Morena es la misma desde hace cinco años cuando se fundaron como partido. Si los brigadistas de Ahued dicen que tomarán camino hacia la izquierda, los de Villalpando dicen que a la derecha. Los caminos del llamado gobierno de izquierda son inescrutables. Manotazos y gritos, entre la militancia de la cuarta transformación.

Una veintena de fotógrafos, camarógrafos y reporteros “sudan la gota gorda” para poder hacer su trabajo. Empujones nada amistosos con los brigadistas, la etiqueta de “chayoteros” y “aliados del partido conservador” que ha puesto “ya saben quién” desde la mañanera, complica el ejercicio periodístico y vuelve hostiles a los brigadistas para con los medios de comunicación y viceversa.

El parlante estridente con canciones de Byron, hablando del PRIAN, los conservadores, la corrupción, la cuchara grande, la mafia del poder, los sicarios de la información, los chayoteros del régimen, va amenizando la verbena popular. En el segundo día de campaña, apenas hay dos jingles para el candidato: Un son jarocho y una canción tropical con un ritmo muy cuadrado.    

En breve entrevista, Ahued anuncia una caminata el próximo domingo del Teatro del Estado hacía la Plaza Lerdo; reitera que CMAS dejará de ser la caja chica de los líderes del gobierno y que tendrá un gobierno honesto y transparente; ante las críticas hacía su compañero de partido, Rafael Hernández Villalpando: Ahued sale en su defensa y asegura que el hoy aspirante a diputado federal dignificó el cargo de Alcalde en Xalapa: Aquí, llueven aplausos de los morenistas, silencios incomodos de la prensa.

Se llega a la Plazoleta del Árbol, Ahued y Villalpando piden un micrófono: “El candidato quiere hablar”, grita un brigadista y el micrófono no llega. Un militante de Morena ve la fórmula muy simple y pide quitarle el micrófono a los de la radiodifusora de “El Patrón”, miradas de desconcierto.

Lo que pretendía ser una pequeña verbena con un mensaje del candidato o de los candidatos en la Plazuela del Árbol, terminó, a falta de micrófono, en una fila interminable de selfies y fotografías con quienes aspiran a volver a administrar y a legislar los destinos de casi 500 mil xalapeños. Total de lo que se trataba era que Morena mostrara el músculo en la Atenas Veracruzana y hoy en el corazón de Xalapa lo demostró.