Van 18 cuerpos identificados en Campo Grande; todos estaban “desarticulados”

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El Colectivo de Familias Desaparecidos Orizaba-Córdoba (FDOC) y la Fiscalía General del Estado (FGE) han sacado hasta ahora, 53 cuerpos de la fosa clandestina de Campo Grande en Ixtaczoquitlan, Veracruz, un cementerio clandestino del que se sospechaba existía desde el 2020, pero fue hasta el 2022 cuando se realizaron los trabajos de exhumación.

De los 53 cuerpos, 18 ya fueron reconocidos y entregados a sus familiares. Aracely Salcedo, líder del Colectivo de Familias Desaparecidas Orizaba-Córdoba asegura que estos cuerpos eran de “data reciente”, es decir, no tenían ni dos años de haber sido inhumados clandestinamente.

Salcedo, explica que el trabajo pericial forense consignó que de los 53 cuerpos, 50 pertenecen al sexo masculino y solo hay tres mujeres.

Y hasta ahora, por este delito no hay nadie, absolutamente nadie en la cárcel.

Aracely Salcedo Jiménez, lleva más de diez años y medios buscando rastro de su hija, Fernando Rubí Salcedo quien en el 2012 fue secuestrada por un comando armado de los Zetas en el interior de una discoteca en Orizaba, en la zona central de Veracruz; a partir de ahí y con la conformación de un colectivo que liderea han encontrado más de cinco fosas clandestinas en la región.

 “Duele a veces tanta indiferencia en la procuración de justicia. Tanto desdén de no querer investigar a las células criminales”.

En otros puntos positivos, en los Arenales en Río Blanco, han sido sacados 23 cuerpos, aquí, apenas se han logrado identificar a cinco personas y regresarlos con dignidad a sus familias para que les den cristiana sepultura.

En el predio Santa Ana en Atzacan, el colectivo de Aracely Salcedo ha logrado extraer quince cuerpos. Está fosa es la más avanzada en cuanto a identificaciones, pues 12 osamentas ya fueron identificadas y volvieron a las tumbas familiares.

El gran dolor de cabeza para el gobierno federal y local, tanto el de la cuarta transformación, como el anterior, es el de Calería en Córdoba, en la congregación de El Porvenir, pues de ahí fueron extraídos más de 15 mil fragmentos óseos, de un número indeterminado de cuerpos. Autoridades y Fiscalías no saben ni por donde comenzar la identificación de este macro rompecabezas.

El reto para este año, apunta Salcedo, es iniciar los trabajos en El Rancho El Cali, ubicado en Río Blanco, más de once hectáreas de un terreno plano, en donde colectivos han sido advertidos, que ahí podría ser un punto de fosas clandestinas.

En el caso de Campo Grande, los 18 cuerpos ya identificados e identificados, fueron sacados de la tierra “desarticulados”. No desmembrados, que es una cosa muy distinta.

Es decir –explica Salcedo- los victimarios contrataron a un especialista para hacer cortes muy finos y calculados de las personas que ahí enterraron en dicha fosa clandestina. Este especialista cortaba brazos, cabeza, piernas, torso y otras extremidades, con la misma destreza, como se diseccionan las partes de una res.

En Campo Grande se tuvieron que suspender las labores de búsqueda, no porqué haya la certeza de que ya no hay cuerpo, ni tampoco por desidia del Colectivo FDOC, sino por las intimidaciones, halconeo y mensajes velados del nuevo grupo delincuencial que ahí domina.