Lo intentó, tuvo las ocasiones pero al final perdió.
Perú no pudo celebrar con una victoria su regreso a un Mundial después de 36 años al caer 0-1 contra Dinamarca en un encuentro en el que fue mejor y solo hubo una estadísticas en su contra, la más importante, la del marcador.
Todo estaba listo para la fiesta, con la grada llena de hinchas peruanos que se dejaron los pulmones alentando a sus jugadores y los mismos futbolistas dispuestos a dejar el alma en el campo.
Ni así se pudo sacar un resultado favorable en un partido que se presentaba crucial para las aspiraciones de Perú en Rusia 2018.
Es sabido que el fútbol no sabe de justicias y eso fue lo que pasó esta tarde con Perú, de lejos el equipo que busco ser protagonista sobre la cancha del estadio Mordovia Arena en Saransk.
Lo que preocupa es que este era el partido que Perú no podía perder y lo hizo por una jugada aislada que encontró mal parada a la defensa.
De poco servirán los elogios por las grandes actuaciones de André Carrillo o el mismo Christian Cueva, quien tuvo el infortunio de fallar el penalti que le hubiera dado sentido a una primera parte en la que Perú mereció más.
Siempre quedará la duda sobre la extraña decisión de Ricardo Gareca de dejar en el banquillo a Paolo Guerrero, quien generó mucho peligro desde sui entrada al campo en el segundo tiempo.
No se puede decir que el Mundial acabó para Perú, en especial por la forma valiente en la que jugó, generando ocasiones y moviendo muy bien el balón, pero ahora está obligada a sacar un resultado favorable contra Francia en su próximo partido, de lo contrario podría llegar a la última fecha ya eliminada.
Un desenlace que sería muy cruel para una hinchada que se siente de local en Rusia.
TOMADO DE BBC.