POR ROSA VÁZQUEZ
La catedrática e investigadora de la Universidad Veracruzana, Estela Casados, alertó que la relación que mantiene ahora la clase política con el crimen organizado está volviendo más vulnerables a sectores que realizan protestas sociales, como los estudiantes.
Entrevistada sobre las recientes agresiones a jóvenes normalistas de Ayotzinampa, en el estado de Guerrero, lamentó que esta crisis esté siendo reflejada en crímenes tan atroces como los ocurridos contra los estudiantes.
«Es un tema muy complejo, hay un entramado de delincuencia organizada que supera el estado de derecho que podamos tener los ciudadanos, en ese contexto están inmersos los movimientos de la población estudiantil».
Señaló que lo ocurrido en Ayotzinampa demuestra que se están vulnerando los derechos ciudadanos de la libre expresión y manifestación, y que además continúa la criminalización hacia los movimientos estudiantiles.
«Se criminaliza el movimiento y a sujetos concretos, pero al mismo tiempo se agrega ahora un ingrediente más, que es precisamente este contexto de contubernio entre la clase política y el crimen organizado».