Las químicas Ana Laura y Cristina llevaban 7 años trabajando en el Laboratorio AQCX en Xalapa cuando llegó la pandemia de Covid-19 a nuestro estado.
Habían egresado tres años antes de la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana.
En febrero y marzo, cuando aún tenían tiempo, dieron pláticas en escuelas primarias sobre prácticas de prevención ante la pandemia, como lavado correcto de manos, uso de gel antibacterial, estornudos de etiqueta, etc., en ese entonces no sabían lo que estaba por venir.
Actualmente, el laboratorio donde se desempeñan, es uno de los pocos lugares en la capital donde hay disponibles pruebas Covid-19.
Ahí tienen disponibles los dos tipos de pruebas, la prueba PCR que es para diagnosticar si se tiene el virus al momento de realizarte la prueba y la Prueba de ⁻Anticuerpor Anti Covid-19 IgG e IgM que permite detectar si alguien coronavirus, haya o no presentado síntomas, además de que permite saber si ya se generaron anticuerpos protectores.
Por increíble que parezca, una persona que quiera hacerse una prueba en la capital del Estado de Veracruz, suponiendo que cuenta con los 4mil pesos que en promedio cuesta la prueba PCR, (en algunos laboratorios llega a costar hasta 5 mil 300 pesos), no le será sencillo encontrar disponibilidad.
Algunos te sugieren el lugar más cercano dónde hacértela, que sería el puerto de Veracruz, y otros te dan cita para dentro de 3 semanas, tiempo eterno para una persona con síntomas o sospechas de tener el virus.
Además, si eres de las personas que se rigen por lo que las instituciones oficiales dicen, tendrías que revisar la lista publicada en el portal de la Secretaría de Salud Federal, con los laboratorios autorizados por Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) para realizar las pruebas, los cuales, a la fecha del 10 de agosto, eran sólo 159 laboratorios en todo el país.
En el estado de Veracruz, al corte del domingo 23 de agosto, han sido estudiados 42 mil 732 casos, de los cuales, 13 mil 405 resultaron negativos y aún 2 mil 356 sospechosos, de 146 municipios, continúan en investigación. Las defunciones alcanzan ya la lamentable cifra de 3 mil 534 veraruzanos.
Es por ello que la jornada laboral de Ana Laura y Cristina, no es sencilla. Trabajan doble turno y su horario de trabajo es de 7am a 6pm.
Ellas tomaron cursos de capacitación en línea para uso de equipo de protección personal (EPP), toma de muestra y transporte para COVID-19 para poder brindar el servicio sin complicaciones y sin riesgo de contagio para ellas y sus clientes.
Ambas están distanciadas de sus familias, para protegerlos de cualquier contagio. Y tienen un estricto protocolo de limpieza al llegar a sus hogares, desde el lavado de manos obligatorio, posteriormente lavado de ropa y ducha.
“Hemos vivido situaciones terribles, somos testigos de la angustia, desesperación y sufrimiento de muchas familias. Hemos vivido con ellos su enfermedad, su recuperación y algunos casos lamentablemente fallecimiento”, relatan Cristina y Ana Laura.
Ellas lamentan que muchas personas a pesar de las estadísticas de contagios y muertes, sigan sin tomar las medidas de prevención. Por lo que insisten a la sociedad a realizar prácticas sencillas que pueden salvar sus vidas y las de los suyos, como: lavado de manos frecuente, evitar tocar ojos, nariz y boca, uso adecuado de cubrebocas, desinfección constante de superficies, no automedicarse y si presenta algún síntoma buscar atención médica.
Ana Laura y Cristina coinciden en que la mayoría de sus pacientes tienen temor al qué dirán los vecinos cuando van a hacerles las pruebas a domicilio, les asusta cómo van vestidas, les preguntan si podrían ir en la madrugada para no ser vistas, hay mucho miedo a la discriminación.
“No es motivo de vergüenza; nadie está infectado por voluntad propia. Hacemos un llamado a la solidaridad ciudadana para cambiar las actitudes hacia las familias y el personal de salud”, finalizan las químicas.