Algunos comiéndose las uñas, otros sudando, con ojos nerviosos, tronándose los dedos, con caras serias, ansiosas y otros risueños, es como se les ve a los padres de los aspirantes a la Universidad Veracruzana que hoy presentaron su examen de admisión en los diferentes planteles ubicados en Xalapa.
Este fin de semana más de 45 mil 374 jóvenes presentarán su examen para buscar obtener uno de los 14 mil 416 lugares que ofrece la máxima casa de estudios en Veracruz.
El sábado en Xalapa, pintó con un buen clima, 22 grados y un día soleado pero no tan caluroso fue el escenario de los jóvenes que llegaron a las diversas facultades en busca de cumplir su sueño de ser profesionistas.
Desde las 8:30 de la mañana la zona universitaria se llenaba tanto de jóvenes como de padres de familia, que buscaban dar confianza a los aspirantes en uno de los días más importantes de su vida.
Alrededor de los planteles, hacían su agosto algunos comerciantes con la venta de lápices, calculadoras, gomas y otros utensilios para aquellos olvidadizos que entre los nervios dejaron lo más básico para presentar su examen.
También se veían los vendedores de comida, aunque algunos papás daban a sus hijos el sándwich que prepararon para que no tuvieran el estómago vacío, mientras hacían la fila para el ingreso a los planteles; otros papás y mamás, iban enlistando las recomendaciones necesarias: “fíjate bien”, “no dejes espacios sin rellenar”, “lee todo detenidamente”, “no corras”.
Ya fuera dentro del coche al dejarlos, a mitad de la fila, a la llegada de la entrada, a lo lejos o algunos inclusos desde casa, dibujaron la cruz en la frente y pecho de sus hijos a quienes encomendaron a Dios en el proyecto.
La espera fue larga, la confianza en los hijos fue necesaria y por horas los padres se sentaron a esperar que el examen concluyera, algunos leían, otros comían, otros rezaban.
Pero a veces la encomienda a Dios no es suficiente, y en la espera a que sus hijos salieran, se acercaron a los stands de las distintas universidades para preguntar costos y opciones para que sus hijos cursen los estudios superiores.
Rosario Morales, maestra de bachillerato de Pacho Viejo, acompaño su hija Nadia Monserrat Méndez que anhela ser arquitecta.
[quote]“Para mí, es un orgullo, son muchos nervios y es una responsabilidad como padre para apoyar a sus hijos en momentos difíciles, estresantes , de nerviosismo, porque aunque ya están grandes aparentemente todavía necesitan apoyo emocional”.[/quote]
Para ella, que su hija quede en la UV seria un orgullo pues es una universidad con prestigio y reconocimiento, que considera que abrirá las puertas a su hija en el ámbito laboral, además de sería un apoyo económica pues las universidades privadas cuestan de 5 mil hasta 20 mil pesos.