Policías, mayoría de asistentes al desfile cívico

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*Militares y policías vestidos de civil “rellenaron” los espacios vacíos en la plaza Lerdo ante la mínima asistencia de ciudadanos *Las calles lucieron vacías y por primera ocasión no participaron estudiantes 

 

POR ROSA VÁZQUEZ/ CRÓNICA

 

Sin estudiantes, sin asistentes, con mucha presencia policiaca y con un gobernador sonriente, se llevó a cabo el desfile cívico, que se convirtió en policiaco en conmemoración a los 104 años de la Independencia de México.

Sin entusiasmo ni alegría transcurrió el desfile de casi una hora. Bajo la lluvia pocos asistentes apreciaron el desfile de elementos policiacos, e incluso hubo necesidad de rellenar la falta de asistentes con militares y policías vestidos de civil.

Estaba programado a las nueve pero empezó poco antes de las 10 de la mañana. Apenas una decena de familias pegado a las vallas, en la plaza Lerdo o sobre las escaleras de la Catedral se dieron cita para presenciar el desfile.

A pesar del retraso originado por el enorme discurso de lealtad, patria y valentía de los veracruzanos que anunciaba el maestro de ceremonias, la población nunca llegó. Por eso algunas mujeres policías corrieron de un lugar a otro para regresar con al menos media centena de hombres con corte militar vestidos de civil.

Con un aspecto similar al del desvelo, el gobernador Javier Duarte de Ochoa ingresó al palco de honor en compañía de algunos secretarios, diputados y representantes municipales.

Y al fin, el desfile inició: la vigésimo sexta región militar encabezando el contingente, un pequeño grupo de militares saludando al palco de honor. Personal de la Secretaría de Educación de Veracruz, personal del Colegio de Veracruz.

En seguida, los únicos estudiantes que se vieron forzados a marchar; el Cobaev 35 Xalapa. Al frente los directivos bien abrigados con chamarras impermeables, atrás las niñas de la vanguardia con las piernas descubiertas enfrentando el frío. Todos sin suéter y bajo la lluvia, como si hubiese estado el sol en lugar de la época de lluvias y tormentas.

¿Dónde está el aplauso? Pedía, casi imploraba el maestro de ceremonias a la gente, y nada. Sólo un par de niños que tuvieron consideración y un integrante de la ayudantía del gobierno del estado que no dejaba de chocar sus manos para hacer un ruido inexistente: el de la alegría.

Luego un pequeño contingente de la dirección de educación normal, la Universidad Pedagógica de Veracruz y los miembros del Pentatlón que lograron los únicos reconocimientos del público cuando pasaron desfilando los miembros infantiles con su uniforme gris.

Un enorme espacio vacío, la gente asomada hacia Ávila Camacho esperando a la banda de música de la general 5, a los estudiantes de las general 4, a los de la técnica 3, a algún grupo juvenil que diera vida al desfile, pero nada

De pronto el desfile cívico se convirtió en un desfile de la Secretaría de Seguridad Pública, en un desfile extraño con elementos femeniles que con nerviosismo conducían los vehículos y montaban a caballo.

Mujeres policías con sonrisas de anuncio publicitario y cuerpos esculturales. Elementos que según el presentador, forman parte de la policía que cuida el centro de la ciudad de Xalapa aunque nadie las había visto.