- «Desganado e incompetente» califican las madres del colectivo Solecito Veracruzano a Luis Ángel Bravo Contreras
- Laguna en Paso del Macho, el último destino de docenas de personas torturadas, asesinadas y disueltas en ácido por carteles
- Expertos de la Fiscalía sólo fueron de paseo
- Pero fue el paseo descarado de ineptitud
- Estrenaban palos y picos recién comprados en una ferretería
Ignacio Carvajal, Paso del Macho/blog.expediente.mx
“Desganado e incompetente”, así calificaron las madres del colectivo Solecito Veracruzano los trabajos realizados por personal de la Fiscalía General en la búsqueda de indicios de restos humanos en una laguna de Paso del Macho que, desde hace dos semanas, se menciona como último destino de docenas de personas que habrían sido torturadas, asesinadas y disueltas en ácido por miembros de la delincuencia organizada.
La primera visita al predio ubicado en la salida de Paso del Macho rumbo a Córdoba, por parte de las madres y personal de la Fiscalía, fue el sábado seis de febrero. Se trató de una búsqueda preliminar que se acordó sería profundizada, con equipo, personal especializado y perros rastreadores, para los días 13 y 14 del mismo mes, esto por acuerdo de los colectivos con el Fiscal General, Luis Ángel Bravo.
Sin embargo, en esos dos días, el personal de la Fiscalía realizó una búsqueda “bochornosa, negligente, desidiosa”, informaron las integrantes del colectivo Solecito en un comunicado.
“En realidad fue un simulacro de búsqueda, los peritos se presentaron sin varillas ni perros rastreadores, los supuestos binomios brillaron por su ausencia” asentó el documento.
SÓLO FUERON DE PASEO
Fueron unos 15 elementos de la Fiscalía los que participaron en las tareas realizadas en campo los días mencionados con mayor atención a la laguna conocida como Real o El Escape, ubicada a unos metros de la carretera estatal Soledad de Doblado-Córdoba, a menos de cinco minutos de la cabecera de Paso del Macho.
El cuerpo de agua se alza en los márgenes de la zona cañera de Paso del Macho, muy cerca de las localidades de Cristo de Piedra y El Zapotal. Es una laguna alimentada por el agua de lluvia, sin salida a ningún río. Cerca de ella existen al menos otras cinco lagunas menores que son empleadas para labores agrícolas.
En esas lagunas, y en el rancho Gasperín, en la misma área de influencia, según la información que tienen en su poder los colectivos –producto de informes dados a conocer en foros de noticias sobre delincuencia organizada- terminaron los restos de docenas de persona jóvenes levantadas en los municipios vecinos de Atoyac, Córdoba, Orizaba, Soledad de Doblado y Camarón de Tejeda. Y es que esa laguna fueron arrojados –según esos reportes no confirmados por alguna autoridad- los restos que quedaban en los tambos donde disolvían a las personas con ácido o por medio de grandes cantidades de combustible y fuego.
En el lecho de esas lagunas –están seguras- hay restos óseos que por lo regular sobreviven al proceso de “cocina”, como extremidades duras como el fémur, cráneo o dientes. Esto no se pudo saber en el fin de semana que pasó, según el Solecito, ya que la labor del personal enviado por Luis Ángel Bravo Contreras “fue una verdadera falta de vergüenza, un descaro de ineptitud y abandono”.
Si el primer día, sábado 13, los peritajes sólo se concentraron en limpiar las orillas de la laguna, en remover tierra y picar aquí y allá. Para el día domingo, “se volvió a intentar la búsqueda, esta vez con más negligencia y falsedad”.
“Se presentaron de nuevo sin herramientas, se supone que iban a dragar la laguna somera que recorre una extensión del mencionado rancho, la realidad es que sólo removieron la tierra de las orillas y nada más”.
Las que participaron como observadoras no podían cruzar el perímetro establecido con cinta amarilla. El sábado llegaron ocho personas, el domingo, sólo dos padres. Los tuvieron bajo la sombra de un árbol y antes de las 2 de la tarde de ese mismo día fueron exhortados por los peritos de la Fiscalía a retirarse, pues ellos harían lo mismo sin mostrar grandes avances en las tareas.
“El sábado 13 de febrero se llevó a cabo un intento por realizar la búsqueda. Al lugar se apersonaron ocho compañeras de diferentes colectivos, el número tan reducido de compañeras se debió a que la licenciada Rosario Zamora dijo que no era posible resguardar a más personas”.
Marcela Zurita Rosas, una de las integrantes del colectivo, indicó que la salida del sábado se hizo en medio de la desorganización y la impuntualidad del personal de la Fiscalía. “La salida al campo era de Córdoba a las ocho de la mañana, pero tuvimos que esperar hasta tres horas a los peritos de Xalapa. Al sitio llegamos como a las 12 y media. Sin embargo, el día domingo no todos pudimos ir, nos dejaron, se fueron bien temprano y allá al terreno sólo arribaron dos papás, a quienes les pidieron irse tan pronto como llegaron, pues el personal de la Fiscalía también se iba a marchar, cuando el acuerdo era dejar el área en resguardo”.
Esta búsqueda resultó de una serie de acuerdos pactados con el Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras y las madres de los colectivos, luego de que a inicios de febrero éstas le tomaran la Fiscalía ante los nulos resultados con sus hijos ausentes en contraste a la atención brindada a los padres de los cinco chicos de Playa Vicente plagiados por la policía en Tierra Blanca.
En relación a Paso del Macho, la Fiscalía dijo que su personal sí realizó labores “exhaustivas de búsqueda en una zona del municipio de Paso del Macho”; pero “no encontrándose ningún indicio”.
Y aunque ellas alegan poca competencia de los enviados por la Fiscalía, este organismo alegó que su personal “se encuentra altamente capacitado en este tipo de labor”, y ahora la dependencia está en la tarea de “complementar la información proporcionada por quienes propusieron el lugar para su rastreo, a fin de establecer si en la zona se han presentado hallazgos o eventos delictivos que orientaran la búsqueda hacia algún área específica o definir nuevas estrategias de localización de desaparecidos”.
No sería la primera vez que hay desavenencias entre la Fiscalía y los colectivos; esto recuerda el conflicto de los huesos de perro encontrados en uno de los tres puntos peinados por los forenses en marzo de 2015 en el bar Mi gente de Las Bajadas, Veracruz, en un terreno baldío cercano y en una serie de terrenos de la zona norte del puerto jarocho, frente al fraccionamiento Colinas de Santa Fe.
Sólo encontramos restos óseos de un perro, anunció el Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras en el marco de esas tareas; posteriormente se tuvo que tragar sus palabras pues las madres, como ahora ocurre en Paso del Macho, no quedaron conformes y recurrieron a la Procuraduría General de la República (PGR), que arribó con binomios caninos para rastreo, equipo especializado y resguardo de la Policía Federal.
Los federales checaron el mismo terreno que días antes había sido peinado por el personal “altamente capacitado” de la Fiscalía, y una vez liberados de sus jaulas, los canes, en menos de diez minutos, “ubicaron” un punto del cual se exhumaron cinco cráneos y restos de extremidades humanas. Además de ropa con sangre y machas de tejido que aún sigue siendo analizado en laboratorios en la ciudad de México para determinar la identidad de esas víctimas.
Otra desavenencia entre las activistas y la Fiscalía por negar la aparición de restos humanos se vivió en septiembre de 2015, tras el reporte de restos humanos en una isleta en el municipio de Alvarado, frente a la localidad de Paso Nacional.
Noé Zavaleta, corresponsal en Veracruz del semanario Proceso, escribió en sobre ese tema en el reportaje intitulado “Las narcofosas que se pretendieron ocultar”:
“Respecto a la última fosa descubierta, en Alvarado el pasado septiembre, reporteros de nota roja fueron avisados por cooperativas de pescadores y por familiares de personas desaparecidas del hallazgo de un nuevo cementerio clandestino en la comunidad de Paso Nacional, a donde sólo se podía acceder por lancha. Toda la tarde y noche del día 10 y la mañana del 11 de septiembre el hecho fue negado por la Fiscalía General del Estado.
“Se recibió la alerta, hay diligencias; pero hasta ahora sólo han encontrado caca de vaca (sic)’, dijo el vocero de la Fiscalía, Omar Zúñiga”.
“El reconocimiento de nueve cuerpos llegaría la tarde del 11 de septiembre, luego de que integrantes del Colectivo por la Paz y Solecito, así como periodistas, se atrincheraran en las instalaciones del Servicio Médico Forense”. Las madres se enteraron sobre la presencia de los cadáveres, y de inmediato se plantaron a las afueras del Forense, con pancartas, demandando respuestas. También dieron parte a la PGR.
Al igual que en Paso del Macho, en Alvarado los elementos ministeriales arribaron con herramienta, como palas y picos, envuelta en plástico, recién compradas en la ferretería. De la identidad de las víctimas de Alvarado, la dependencia tampoco ha aportado más informes. “Sabemos que esos cuerpos tenían pocos meses de haber sido puestos en ese lugar, nos deja tranquilas saber que no puede ser alguno de nuestros hijos, ya que llevan la mayoría entre dos y tres años de desaparecidos, pero nos pusimos a exigir cuentas por ese entierro porque seguramente están siendo buscados por sus familiares y sabemos de qué es ese dolor”, contó una de las integrantes del Colectivo Solecito.
Pero el gobierno de Duarte ya arrastra un sistema para ocultar este tipo de hechos a la sociedad y sobre todo a las madres en busca de sus seres queridos, como se comprobó con la masacre descubierta en noviembre de 2011 en la localidad de Portezuelos, municipio de Manlio Fabio Altamirano, de donde exhumaron, de dos fosas, 28 cadáveres; cinco eran de mujeres.
Esto se dio a conocer por la PGR mediante una respuesta a la solicitud de información 0001700251115; pero apenas se hizo público en noviembre de 2015. Es una de las peores masacres en los municipios aledaños a la zona conurbada Veracruz-Boca del Río y de este hecho, durante cuatro años, no se escribió nada. El gobierno de Veracruz no emitió ni una sola línea oficial.