No todos los médicos son héroes: Veracruz padece violencia obstétrica

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7C409E61-C150-461D-A303-C1CAF951834DDurante la contingencia por SARS-Cov2 se ha destacado el desempeño de los médicos y enfermeras para tratar a los pacientes con enfermedad, incluso, en redes sociales los han llamado “héroes sin capa”. En el peor de los casos, también han sido víctimas de agresión física, verbal y en algunos casos perdieron la vida al infectarse de Covid-19 por atender a los enfermos. 

Estos “héroes sin capa” no son la excepción en Veracruz, que se han enfrentado a la contingencia a pesar de las carencias de insumos. 

Sin embargo, no todos los médicos son héroes, en Veracruz la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) emitió seis recomendaciones a la Secretaría de Salud del Estado por acusaciones de violencia obstétrica, derecho a la vida, a la salud, a una vida libre de violencia y a la integridad personal, violando así el jurando hipocrático “la salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones”. 

De acuerdo con la recomendación 15/2020, emanado del expediente CEDH/1VG/ZON/0594/2017, por la negligencia médica en el Hospital Regional de Tlaquilpa, que derivó en la muerte de un bebé, donde la CEDH consideró que se violó el derecho a la salud, a la vida y a la integridad personal.

Este caso, la madre del pequeño denunció que el 19 de octubre de 2017 acudió a la sala de urgencias del Hospital Regional de Tlaquilpa al presentar dolores de parto. 

Según su testimonio, llevaba dolores de parto y fue revisada por un médico y una doctora, quienes le dijeron que “todo iba bien y que me iba a aliviar normal”. Sin embargo, los dolores se intensificaron y los doctores justificaron que se debía a las contracciones. 

Al cambio de turno, según su testimonio, otro médico la revisó y le dijo que me tenían que operar de emergencia. Su bebé solo vivió cinco horas, por lo que consideró negligencia médica desde su ingreso al hospital. 

“Tu hijo está muerto”

Otro caso ocurrió en el Hospital de la Comunidad de Naranjos, donde se presentó una queja en contra del ginecólogo y médico de guardia por violencia obstétrica, derecho a una vida libre de violencia y derecho a la integridad personal.

Fue el 28 de diciembre de 2018, cuando la madre acudió al hospital a las 8 de la mañana, siendo ingresada de inmediato, donde los médicos le fueron a tomar una pastilla para -según el testimonio- para provocarle dolores. 

“A la media hora de eso nos pidieron la ropita del bebé, por lo que creí que mi hijo nacería ya en poco tiempo, tiempo después de ingresarla vi que el médico que salía del hospital, andaba en la calle, lo vi comprarse un refresco y andar afuera sin darme una explicación del estado de salud de mi esposa”, relató la pareja sentimental. 

El afectado señaló que no tuvo noticias de su esposa por varias horas y solo le decían que ella “estaba en trabajo de parto”. 

“El médico mandó hacer un ultrasonido a mi bebé ya que según manifestó que mi hijo venía con el cordón enredado en el cuello, por lo que acudí de manera particular con el ginecólogo a un laboratorio particular de Naranjos, y ahí me dijo el médico que mi bebé estaba bien que no me preocupara, y me dio una hoja donde venía explicado el diagnóstico del ultrasonido”. 

Sin embargo, cuenta, que aunque sabían que el bebé traía el cordón umbilical enredado no tomaron ninguna medida para prevenir alguna complicación, “el doctor con la mano llena de sangre me dijo que le tuvo que romper la fuente y se volvió a meter a su consultorio, es decir, dejó a mi esposa sola en el cuarto de labor de parto, que durante casi todo el proceso anterior y aún después de romper la fuente dejó sola a mi esposa así aun sabiendo las necesidades especiales que podían presentarse como la presión alta de ella o el hecho de que el bebé tenía enredado el cordón, fue mucho tiempo el que ella estuvo en ese estado”. 

Fue hasta las 2 de la tarde que el médico le indicó con una seña que con la mano que fuera a su consultorio, “y ahí solo me dijo ‘tu hijo está muerto’. Me salí a ver a mi esposa y él no volvió a salir, ni nadie más salió a darme mayor explicación, aun cuando la directora del hospital estaba ahí, tampoco salió, después de eso nadie daba la cara”.

Agregó que su esposa la encontré llena de sangre, muy lastimada física y emocionalmente, “con el cuerpo de mi hijo muerto en brazos, el bebé lleno de sangre, nadie estaba con ella, y me narró mi esposa que los dos médicos tanto el ginecólogo como el médico de guardia, la habían maltratado física y verbalmente que cuando el segundo de estos llegó mi hijo aún estaba vivo se movía pero que la hicieron pararse entre otras cosas y la pasaron a otra área y que ahí fue cuando sintió que el bebé dejó de moverse”. 

Esta versión fue corroborada por la madre, quien después ratificó queja asentada en el expediente CEDH/2VG/TUX/001/2019, por lo que tras una serie de investigaciones, se realizó la recomendación 25/2020 por mala atención médica por personal del Hospital de la Comunidad de Naranjos, Veracruz que derivó en la muerte del bebé, siendo violado el derecho a la vida, a la salud en su modalidad de violencia obstétrica, a una vida libre de violencia y a la integridad personal.

“Me dijeron que me estaba muriendo” 

Una mujer denunció que acudió el 28 de agosto de 2018 al Hospital Regional “Dr. Emilio Alcázar” para extirpar una vesícula.208F3200-FEBB-4AFC-BC3D-96037691E859

Sin embargo, después de la cirugía quedo internada para la recuperación pero nadie se presentó a informar sobre su estado de salud, “ni a darme ningún tipo de explicación o atención, solo pasaban los médicos pasantes; al tercer día comencé a tener dolores en la herida de la cirugía y mi piel comienzó a ponerse en un tono amarillo, así estuve varios días con el dolor y el color amarillo de piel y ojos”. 

Expuso que ninguno de los médicos o enfermeras que participaron en la cirugía le dieron explicación alguna, pero si le suministraban medicamentos. 

“Los médicos de guardia que pasaban me decían que no sabían nada, me puse grave y me aislaron en una habitación del tercer piso, mi hija pidió la intervención de director del hospital y fue que le dijo que me harían análisis a ver si no tenía hepatitis (…) fue que hasta entonces se dieron cuenta que tenía niveles muy elevados de bilirrubina” 

Mencionó que pedido 36 kilos y la mantenían con un tratamiento para contrarrestar el dolor e infección. 

“Hasta que una noche, siguiendo aislada llegó un doctor gastroenterólogo de Poza Rica, que me dijo que prestaba servicios sábados y domingos en el hospital, me hizo una serie de preguntas sobre mi condición y me dijo que se estaba reincorporando apenas que si me hubiera visto antes no habría sufrido tanto daño en mi físico, me dijo que me estaba muriendo”. 

Agregó que el médico, de Poza Rica, le dijo que en el hospital sabían que le habían hecho, “que el personal médico del hospital estaba dejando que me subiera más la bilirrubina para que me diera un coma y el hospital pudiera decir que había sufrido un paro respiratorio y lavarse las manos, este mismo médico me hace un dibujo del error que habían cometido en mi operación y que me habían dañado una vía biliar y el colédoco por eso tenía esos síntomas”. 

Tras una recuperación de más de dos semanas, acudió a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz qué abrió el expediente CEDH/1VG/TUX/1091/2018 mismo que arrojó la recomendación número 28/2020 por la mala praxis médica por parte del personal del Hospital General “Emilio Alcázar” de Tuxpan, donde se violó el derecho a la salud con relación a la integridad personal. 

Otra de las recomendaciones es la 85/2020 emanada del expediente CEDH/1VG/PAP/0241/2019, por el fallecimiento de una mujer de 29 años de edad a causa de una mala atención del personal médico y de enfermería  del Hospital General “José Buill Belenguer”, en Papantla, cuando daba a luz a un bebé. 

Derechos Humanos también emitió la recomendación 68/2020 por negligencia en el Hospital General “doctor Emilio Alcazar”, en Tuxpan, donde una mujer perdió a su hijo por presunta negligencia médica. 

El expediente CEDH/1VG/VER/1096/2017, generó la recomendación 29/2020 por otorgamiento de licencia, falta de supervisión y control de los Servicios de Salud de una clínica privada que ni contaba con equipo y personal especializado, resultando en la muerte de una mujer en labor de parto. 

Cuatro de los expedientes fueron iniciados durante la administración del extitular de la Secretaría de Salud Arturo Irán Suárez Villa, durante el gobierno del panista-perredista Miguel Ángel Yunes Linares, pero será la gestión de Roberto Ramos Alor quien acate las recomendaciones de la Secretaría de Salud. 

Además, Ramos Alor tendrá que responder por la recomendaciones 25/2020 y 85/2020, por negligencia médica que se registraron durante su administración al frente de la Secretaría de Salud.