Niñas exhiben indiferencia de autoridades en Guerrero ante denuncias de abuso sexual

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Mi nombre es Julia, tengo 15 años, mi papá me violó y mi familia me obligó a perdonarlo”, se lee en la cartulina que sostiene una niña de la montaña alta de Guerrero en una serie de fotografías que circulan en redes sociales.

El testimonio de Julia es uno de los seis que fueron compartidos en la página de Marea Verde Guerrero, para visibilizar la violencia que viven las niñas de la región y criticar una propuesta en el Congreso que pretendía limitar aún más el derecho al aborto para víctimas de violación.

La serie de fotografías fue compartida nuevamente en la página de Facebook “La Masquerida de Guerrero” y volvió a hacerse viral, a más de cinco meses de haber sido publicadas.

Martina, de 13 años, denunció que su tío la violó y, cuando acudió al ministerio público, las autoridades no le creyeron.

Andrea, también de 13 años, acudió al ministerio público para denunciar que su vecino abusó sexualmente de ella, sin embargo, las autoridades les dijeron que llegaran a un acuerdo, por lo que el agresor continúa libre.

Reina, de 8 años, acusó a su maestro por abusar de ella, pero nadie creyó en su palabra. Esta situación la llevó a dejar la escuela, sin embargo, el agresor continúa dando clases.

“Me vendieron con un señor, me violó y embarazó. Cuando escapé, la autoridad me regresó con él”, apuntó Petra, de 16 años.

Mientras que Victoria, de 14 años, confesó que planifica a escondidas por temor a quedar embarazada de su agresor, con el que convive todos los días.

Estas situaciones son comunes en la región, donde ya se registraron dos casos de feminicidios en lo que va del año, mismos que se suman a los 20 que fueron documentados por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan” en 2020.

El Centro anunció que esta semana llevará a cabo la “Campaña por la vida: Mar de agravios, Montaña de quebrantos” para visibilizar la situación de violencia que enfrentan las mujeres indígenas de la montaña de Guerrero y los obstáculos estructurales que existen para hacer efectiva la protección de sus derechos. 

Sus integrantes denunciaron que pese a la violencia que continúa en aumento en la región, las autoridades hacen oídos sordos a las denuncias de las víctimas y han concentrado sus energías en las campañas electorales, por lo que son las propias víctimas y los defensores de derechos humanos de la región los que trabajan todos los días por hacer justicia. 

Con esta campaña, el Centro pretende visibilizar las problemáticas de la región, así como los riesgos que enfrentan sus defensores de derechos humanos, ya que no tienen acceso al Mecanismo de Protección a Personas Defensoras y Periodistas, debido a la lejanía de las instituciones y “porque se deja toda la responsabilidad a las víctimas, para que hagan valer sus derechos”.

Tomado de Proceso