“Muñecos sanadores” en las montañas de Veracruz; para paliar la desaparición de un hijo…

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En las montañas de Orizaba, con la ayuda de una artesana, madres rellenaron con ropa de sus hijos desaparecidos unos muñecos de trapo que ahora llevan a todas las protestas y marchas.

Es una terapia de recordar al ser querido ausente. Aquí, hay historias por demás intrépidas: Eloísa Campos se vistió de forma vulgar para ir a pedír trabajo de “fichera” en un bar de mala muerte, donde creía poder estar secuestrado su hijo, Randy Mendoza.

Laura Hernández aceptó ir envuelta en una cobija, dentro de una camioneta para preguntarle al jefe de plaza de los Zetas sí tenía a su hijo Orlando Pérez o lo habían matado. O la historia de Aracely Salcedo quien siempre regaño a su hija Fernanda Rubí por querer hacerse un tatuaje y ahora ella se ha tatuado el rostro de su hija y un par de serpientes, para paliar el dolor de su desaparición. Norma Veronica Alvarado busca a su hijo, Edgar Isaias Aguirre, el solo salió a ver un partido de fútbol, mientras Veronica habla y perfuma al muñeco avatar de Isaias.

O más aún, Sara Huber tiene 73 años y lleva más de diez buscando a su nieto, Ramón Antonio Ponce o María Elena García quien busca a su sobrino Miguel Angel García, pues la mamá de este ya falleció.