Monaguillo lanza porras futboleras a La Guadalupana

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Foto: Fabián Delgado
Foto: Fabián Delgado
Foto: Fabián Delgado

Algunos menores ni siquiera conocían el trasfondo de la tradición por el 485 aniversario de las apariciones de la Virgen.

«¡Yo sí le voy, le voy, a la Virgen!», gritaba un monaguillo desde el ambón de la Basílica Menor de Nuestra Señora de Guadalupe, como si se tratase de una porra en un partido de fútbol.

Daba la bienvenida a cientos de feligreses que lo observaban mientras tomaba el micrófono del púlpito, donde se hace la lectura y se pronuncia la homilía o sermón.

La voz chillona del acólito se escuchaba a un par de cuadras de distancia de la capilla, ubicada en el barrio de El Dique. El equipo de sonido había sido montado dentro y fuera del recinto religioso.

El ayudante portaba una alba blanca (túnica) mientras levantaba las manos y aplaudía a los peregrinos que caminaban sobre el atrio para entrar iglesia.

Los feligreses dejaban ofrendas florales y llevaban cuadros con la fotografía de la Virgen de Guadalupe para que fuesen bendecidos por el Padre.

También acudían con sus hijos vestidos de indios, en memoria de Juan Diego, quien presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro Tepeyac.

Algunos arribaron en bicicletas y con antorchas encendidas, provenían de los municipios de Xico y Cardel.

Isaías Lozada Costeña encabezaba un grupo de 45 ciclistas, de entre 13 y 30 años. Habían padecido las pésimas condiciones de la carretera Xico-Xalapa.

Después de dos horas de recorrido, los jóvenes de la comunidad El Haya, Xico, fueron recibidos en la Basílica Menor con cantos religiosos y rociados con agua bendita.

Algunos menores ni siquiera conocían el trasfondo de la tradición por el 485 aniversario de las apariciones de La Guadalupana.

En ocasiones, se observó más gente en la feria montada sobre la calle Venustiano Carranza, adornada con juegos mecánicos y puestos de tacos, hot dogs y demás comida.