Ni el retraso de hora y media, ni la falta de aire acondicionado en el auditorio «Benito Juárez», mermaron las ganas de las fanaticas de la cantautora chilena, Norma Monserrat Bustamante Laferte, desde que salió al escenario y desde la primera estrofa de «Tormento» conectó con el público.
El lugar no lucía abarrotado, quizá a la mitad de su capacidad, pero dominado por mujeres, jovenes y adultas que coreaban cada frase de las melodías con pasión, le imprimían ese sentimiento que probablemente deseaba la chilena impregnaran sus almas al momento de escribir sus letras.
Una parte emotiva, fue cuando pidió un momento para platicar que antes del concierto recibió una carta de los padres de Guadalupe, una joven veracruzana que renunció a su trabajo porque su jefe no le había otorgado permiso para viajar a la Ciudad de México, precisamente a un concierto suyo, por lo que aprovechó para pedir a la gente que haga lo que más los haga felices.
[quote]»Lo que más quiero es dedicarle este concierto a ella, pero también recordarles que la vida es bien cortita y es ahora, y tenemos que hacer lo que nos llena, nos hace felices».[/quote]
Sensual, carismatica, electrica y siempre sonriente, cautivó a su público minuto a minuto, «El Cristal», «El Diablo», «Amor Completo», fueron coreados a todo pulmón.
La chilena, dijo estar muy contenta de regresar a Veracruz, una de las primeras ciudades que visitó cuando llegó a México hace 12 años, incluso, a su llegada hizo casting en un bar de la ciudad y trabajó durante un año en dicho establecimiento, aquel reconocido espacio llamado «La Casona».
En la euforia del concierto un grupo de jovenes le lanzó un pañuelo morado, una de las insignias del feminismo, la chilena recibió el regalo, lo miró y se lo colocó en el cuello, extendió los brazos y alzó la cara hacia el cielo, causando euforia entre los asistentes, posteriormente, lo colocó sobre su cabello como una diadema.
Hora y media de extasis duró el recital de la chilena, y punto máximo de euforia fue cuando cantó «Tú Falta de Querer», donde practicamente el público cantó la melodía, y se esbozó una sonrisa de satisfación de la cantante sudamericana.
Mon Laferte logró el objetivo, cautivar, enamorar y satisfacer al público veracruzano que esperó tanto tiempo este momento.