“Mi lugar en las artes visuales consiste en encontrar una manera distinta de escribir o leer”: Jorge Méndez Blake

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Por Héctor González

El trabajo de Jorge Méndez Blake (Guadalajara, 1974) oscila entre el arte visual y la literatura, “pareciera que soy un escritor frustrado, pero creo que mi lugar entre las marañas de las artes visuales consiste en encontrar una manera distinta de escribir, traducir o leer”, reconoce.

Cada una de las 103 piezas que integran Proscenios literarios, su actual exposición en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey enfatiza un diálogo entre ambas disciplinas que por momentos recuerda a Ulises Carrión, por quien Méndez Blake siente admiración.

Después presentarse en el Hospicio Cabañas, en Guadalajara, el artista vuelve montar esta suerte de revisión de su carrera en una versión ampliada, la primera estuvo conformada por 59 piezas, bajo la curaduría de Víctor Palacios.

El proscenio es un espacio entre el público y el montaje, supongo que el título alude a que tu trabajo tiene pone los pies en al menos dos disciplinas.

Cierto, así me siento respecto a mi obra y mi vida cotidiana. Mi trabajo está colocado entre la literatura y las artes visuales; por momentos siento que escribo, pero al final todo aterriza en las artes visuales.

En este sentido, ¿qué relación tienes con la obra de Ulises Carrión?

Siento mucha admiración. Hay muchos intereses comunes, como la transición entre artista y escritor. Pareciera que soy un escritor frustrado, pero creo que mi lugar entre las marañas de las artes visuales consiste en encontrar una manera distinta de escribir, traducir o leer.

¿De dónde viene tu interés por las artes visuales y la literatura?

Siempre me ha atraído la creación en general, aunque mí familia nunca tuvo que ver con las artes. Recuerdo que mí madre me compraba colecciones de clásicos y en casa había enciclopedias. Ojear libros me atrajo desde niño, pero me formé como arquitecto y la parte que más me interesó de esta disciplina fue la relacionada con las artes visuales y la historia de las artes. Al terminar de montar la exposición encontré muchas referencias a clásicos como Moby Dick, Kafka o Tomás Moro, lecturas que hice hace tiempo y con las cuales me sigo identificando.

¿Cómo es tu percepción estética de un libro o texto?

No hay un plan preciso, cada lectura te da infinitas posibilidades, solo hay que ver cómo las encausamos. Últimamente he estado muy interesado en la poesía visual, es decir, en la gran tradición de la poesía concreta. Todas las letras tienen una forma y la manera en que se acomodan en una página es única o personal, esa decisión tiene un impacto en el espectador, esas pequeñas variaciones me interesan mucho. Una “,” puede cambiar el sentido de una página.

Ya citaste a Moby Dick y Kafka, como ejemplos de autores que te interesan, mexicanos has trabajado textos de Josefina Vicens, ¿qué otros escritores te mueven para trabajar?

Ahora estoy leyendo a José Juan Tablada, de quien me interesan mucho sus haikus, son fantásticos, además los ilustraba. Al final terminé haciendo unas cosas llamadas Arquihaikus. También me he clavado en los Contemporáneos, Gorostiza, Gilberto Owen, Salvador Novo, protagonizaron una época fantástica de la literatura mexicana que sentó las bases de mucho de lo que leemos hoy.  La poesía y en general la literatura son inagotables.

Esta exposición representa una especie de corte de caja de tu carrera, ¿qué balance haces hasta ahora?

Tienes razón, la exposición es un corte caja. Veo ciertos caminos muy claros hacia donde voy y que tienen que ver con el tema del anfiteatro, apenas empiezo a ver cómo funciona la poesía visual en términos de espacios a gran escala; veo cosas que se quedaron en el aire, pero también hay cierta nostalgia, cuando la obra se hace pública deja de ser tuya y eso implica el cierre de un proceso de trabajo, por eso procuro no regresar a mis exposiciones, prefiero moverme a lo que sigue.

*ARISTEGUI NOTICIAS