POR DAVID ARCOS/EXCLUSIVA
El autor del libro “Sam no es mi tío: 24 crónicas migrantes y un sueño americano” indicó que los migrantes en la República Mexicana enfrentan un gran riesgo que pone en peligro sus vidas. En Veracruz es común que los migrantes centroamericanos mueran al caer del tren conocido como La Bestia o sean amenazados, agredidos y utilizados por bandas de la delincuencia organizada o redes de trata de blancas.
La muerte y la violación de derechos humanos de migrantes centroamericanos en México continuarán a la alza en México si no hay una responsabilidad por parte del Estado para garantizar un “tránsito seguro” en el país.
Esto lo expresó el periodista y escritor argentino, Diego Fonseca, quien actualmente es editor de varias revistas de crónica, entre ellas Etiqueta Negra, una de las más importantes en Latinoamérica.
“El Estado tiene que tratar de tener cuidado en el tratamiento de las personas, no puedes hacerle a los otros lo que no quiere que le hagan a su propia gente, particularmente de casos de centroamericanos”, añadió.
El autor del libro “Sam no es mi tío: 24 crónicas migrantes y un sueño americano” indicó que los migrantes en la República Mexicana enfrentan un gran riesgo que pone en peligro sus vidas.
“Un centroamericano que atraviesa México enfrenta no sólo el problema del coyote que le va a sacar los ahorros de toda su vida, si no que puede morir en un viaje de tren, entre el sur y el norte, puede estar secuestrado, puede ser secuestrado, puede ser transformado en correo, puede ser violado”, repudió.
Estas personas, provenientes de países como Guatemala, Honduras y El Salavador, pueden ser objeto de redes de trata de blancas o de grupos del crimen organizado.
“Estoy mirando la migración de manera general. Miro el estado de migración, estuve siguiendo la reforma migratoria hasta hace poco y ahora estoy empezando a mirar cuestiones trasfronterizas cera de la frontera”, aclaró.
En Veracruz es común que los migrantes centroamericanos mueran al caer del tren conocido como La Bestia o sean amenazados, agredidos y utilizados por bandas de la delincuencia organizada.
“Hay una responsabilidad por parte del Estado para tratar de garantizar a las personas que tengan no sólo una vida segura en México, sino un trato seguro en México”, culminó.