Más pronto que a EZ, Fox o FCH, el olor de la corrupción manchó el sexenio de EPN y pegó a su partido

0
292

pena-nieto

 

Al Presidente Enrique Peña Nieto le explotaron casos de corrupción muy temprano en su sexenio. Y su nivel de aprobación entró en un tobogán, y la confianza en su Gobierno se desvaneció muy pronto.

Desde 2014, con el escándalo de la “casa blanca” y, posteriormente, la filtración de grabaciones de la constructora OHL México que manchó a diversos funcionarios públicos, así como la lluvia de desvíos de recursos públicos de diversos gobernadores priistas, Peña Nieto no ha hecho más que caer en las encuestas.

Peña es, de acuerdo con las más recientes encuestas, el Presidente más impopular en la historia moderna del país. De acuerdo con un texto de Ulises Beltrán, de la casa encuestadora BGC, Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) se fue con 66 por ciento de aprobación; Vicente Fox Quesada (2000-2006), con 57 por ciento y Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) dejó el cargo con 62 por ciento.

El trabajo del actual mandatario, aún en su quinto año de gobierno, sólo es aprobado por el 12 por ciento de la ciudadanía, revela la más reciente encuesta publicada por Grupo Reforma. En 2013, antes de que la corrupción saliera a la luz y a nivel internacional se alabaran sus reformas estructurales, el 50 por ciento validaba su labor.
Aunque Enrique Peña Nieto prometió un sistema de transparencia, hasta la fecha organizaciones como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) enfatizan que sólo Puebla, Nayarit y Chiapas de las 32 entidades cuentan con reforma constitucional e implementación de la Ley del Sistema Local Anticorrupción. Además, sigue sin designarse al Fiscal Anticorrupción y a los magistrados especializados administrativos para el Sistema Nacional Anticorrupción.

En 2014, una investigación periodística reveló que la Primera Dama, Angélica Rivera Hurtado, poseía una mansión en Lomas de Chapultepec con un valor por 86 millones de pesos. La denominada “casa blanca” fue construida por Grupo Higa, una de las empresas que ganó la licitación del tren México-Querétaro [proyecto cancelado[, y que antes levantó obras por miles de millones en el Estado de México, cuando Enrique Peña Nieto fue Gobernador.

La Secretaría de la Función Pública (SFP), bajo la dirección de Virgilio Andrade Martínez, descartó la existencia de conflicto de interés. Pero en julio del año pasado, cuando el Presidente promulgó las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción, pidió perdón por la “indignación” y “percepción” generada.

ADEMÁS

El nexo PRI-Edomex-OHL es el caso de corrupción más grave en los últimos años, acusa Díez Gargari
Durante 2015, la empresa Infraiber reveló una serie de audios que evidenciaban actos de corrupción entre OHL México –que construyó el Viaducto Bicentenario y el Circuito Exterior Mexiquense– y funcionarios públicos, entre ellos, el ex titular de Pemex, Emilio Lozoya Austin; el ex director general de la CFE, Enrique Ochoa Reza, y el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza.

La empresa, filial de una española, lo negó. Sin embargo, la semana pasada la organización Ahora reveló que OHL México sostiene económicamente desde 2002 las campañas del PRI en el Estado de México y, además, miente en sus reportes financieros enviados a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

“Es el acto de corrupción más grave de los últimos años en México”, dijo a SinEmbargo recientemente el abogado Pablo Díez Gargari, quien ha seguido el caso.

Asimismo, su Gobierno no movió un dedo para atrapar al ex Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa [hoy preso en Guatemala], y a otros gobernadores ahora señalados por corrupción, desvío de recursos públicos y enriquecimiento ilícito, entre otros delitos. Incluso, cuando Peña Nieto estaba en plena campaña para la elección presidencial de 2012, los presumió como gobernadores destacados que conformaban al “nuevo PRI”. César Duarte Jáquez y Roberto Borge Angulo, ex mandatarios de Chihuahua y Quintana Roo, tienen órdenes de aprehensión, pero se ignora dónde están.

En resumen, en cinco años de ejercicio gubernamental, la administración de Peña se nota desgastada y es señalada como de las más opacas en la historia moderna de México.