Luchar «lo traía en la sangre»: cachorra Flores

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POR ROSA VÁZQUEZ

 

Se hace llamar la cachorra Flores, cada semana se pone sus mallas cortadas, un top con flecos sobre la panza y se sube al ring, con el entrenamiento de una deportista y la pasión de una mujer guerrera.

No es que viva de la lucha libre, en cada función apenas y se sacan 200 pesos. En realidad es secretaria en un sindicato de deportistas, es madre de familia y hasta abuela de seis pequeños.

Desde que nació conoció el ruido del ring, los gritos, aplausos, mentadas de madre y porras. El poder de dos puños triunfadores, el respeto por una mascara y el entrenamiento de cada tarde.

En realidad nunca pensó en convertirse en luchadora, pero crecer con muchos primos varones y un padre luchador la hizo volverse amante de los pleitos. «Mi padre era el perro Flores, siempre me llevaba a las luchas y yo lo veía, se puede decir que ya lo traía yo en la sangre».

Su padre murió antes de poder enseñarle a su hija todo lo que necesitaba saber de la lucha libre, así que por su cuenta buscó entrenamiento en el club «el costalazo» de maestros tuvo al diamante rojo, Chucho Monrroy y otros.

Durante algún tiempo participó en la AAA, ahora sólo se dedica a tener peleas en la región, especialmente en el municipio de Banderilla donde ha sido bien acogida y reconocida por el público.

Para continuar con la tradición se casó con un luchador, y aunque sus hijos no siguieron la misma ruta, les gusta ir a ver a su mamá en algunas competencias.

Con sus 45 años se ha tenido que enfrentar a algunos obstáculos, el primero de ellos es que la lucha sigue siendo un espacio donde las mujeres son minoría, por eso casi siempre compite contra hombres.

La lucha libre le ha dejado una fractura en el tobillo derecho, la clavícula fracturada y múltiples cicatrices en los brazos, piernas, estómago y en la frente. Pero también le queda una sonrisa enorme cada vez que habla de subirse al ring y escuchar los gritos, aplausos y abucheos.

Cada semana otorgan un espectáculo. Y para celebrar que este 25 de octubre cumple 25 años como luchadora, buscará realizar una ruleta en los próximos días «si me tiran la cabellera, yo busco una máscara».