“Los Fieles” grupo de “tortura” y desaparición para presuntos Zetas

0
312
Foto: Carlos Hernández
Foto: Carlos Hernández
Foto: Carlos Hernández

En medio de la tortura y el llanto, “El Charro” dijo llevar dos meses trabajando para Los Zetas. La policía élite de Bermúdez Zurita fue verdugo y juez al llevar al joven de 23 años a una muerte segura, su cuerpo, sus ropas, su alma, se las llevó el viento a un viaje sin retorno.

Es Alberto Huerta Acosta, desaparecido desde el 30 de abril aproximadamente a las 10 de la mañana cuando fue levantado por un grupo de encapuchados que portaban armas de alto poder, vehículos y uniformes oficiales con la estrella de siete picos, con letras pequeñas pero más claras que el agua “Gobierno del Estado de Veracruz-Secretaría de Seguridad Pública”.

De acuerdo con un parte informativo firmado por el Segundo comandante de Fuerza de Reacción Manuel Alejandro Trujillo Rivera, expuso que Huerta Acosta tenía vínculos con Los Zetas.

Este dato de prueba fue aportado por la fiscalía veracruzana a la Jueza Alma Aleida Sosa Jiménez, mismo que sirvió para dar cuenta que “El Charro” fue detenido por policías estatales en las inmediaciones de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) de Veracruz, al ser sorprendido con “actitud sospechosa”.

Tras ser privado de la libertad de manera por demás ilegal, Huesca Acosta fue sometido a un interrogatorio basado en puñetazos forrados de odio y rencor azotados en las costillas, patadas y tortura con toques eléctricos para que -culpable o no- dijera ser de Los Zetas.

En la refriega, el joven dijo que dos meses atrás -febrero de 2013- fue abordado por un grupo de hombres para obligarlo a trabajar como halcón de Los Zetas. Ese centinela que se encargaba de reportar los movimientos de la policía a las células delincuenciales.

Los policías afirmaron “sus sospechas” al cotejarlas con el teléfono celular de Alberto Huerta, donde encontraron mensajes de texto enviados a presuntos integrantes de la delincuencia organizada.

El Segundo Comandante de la Fuerza de Reacción de Seguridad Pública, fiel como perro de caza, obedeció a la instrucción recibida desde septiembre de 2012 por el titular de la dependencia Arturo “Jaguar” Bermúdez Zurita que era detener, interrogar y desaparecer personas vinculadas con la delincuencia organizada.

Trujillo Rivera reportó la detención a su jefe inmediato, Arturo Paredes Guevara, encargado de los grupos Fuerza de Reacción y Fuerza Especial. La instrucción fue O-16 “llevar al detenido al punto correspondiente”.

O-16 es la clave al interior de la Secretaría de Seguridad Pública que significa “orden superior” y que es irrefutable para cualquier policía subordinado, es la instrucción de la más alta esfera al interior de la policia, la palabra de Bermúdez Zurita.

Alberto Huerta con el rostro cubierto con su propia playera, esposado, sufriendo el embargo de la salvaje golpiza que le propinaron los policías, fue entregado a la Fuerza Especial, “La Fría”, mote con el que fueron bautizados por dejar frías a sus víctimas y desaparecerlas.

Pero también eran llamados “Fiel” o “Los Fieles”, grupo paramilitar que formó Bermúdez Zurita para detener, interrogar y desaparecer personas. Solo en la región Xalapa, la Fiscalía General de Veracruz registró y acreditó 15 casos, pero pudiera haber más.

Pese a lo esfuerzos de la familia de Alberto Huerta Acosta para conocer su paradero, únicamente lograron saber -y bajo investigaciones propias- que el joven de 23 años fue detenido por la policía aquel 30 de abril, Día del Niño, donde nada pudo festejar pero que seguramente antes de ser eliminado por sus verdugos recordó bellos paisajes de su niñez.