Analistas y elementos de la Policía Científica de la Gendarmería Nacional arribaron a la Agencia del Ministerio Público de Tierra Blanca para tomar cartas en el asunto de los otros desaparecidos de la Cuenca del Papaloapan y cuyos casos llevan estancados uno, dos y hasta tres años.
En los pasillos de la Fiscalía Regional establecieron mesas de trabajo con familiares de personas que fueron «levantados» en esta región y cuyos expedientes ministeriales quedaron estancados.
Policías federales empezaron de cero a recabar indicios que pudieran dar con el paradero de desapariciones forzadas: Número de teléfonos celulares, dispositivos electrónicos llevados al momento de su desaparición, tatuajes, lunares, cicatrices, intervenciones quirúrgicas hechas, problemas vecinales, laborales y hasta sospecha de amante fueron algunos de los tópicos tocados por las fuerzas federales con los familiares.
Allegados de Miguel Ángel Pulido (18 años), José Abraham Barrera (21 años) y Hugo Trujillo Hernández (36 años), desaparecidos en el 2015, fueron los primeros tres casos que atrajo la Gendarmería Nacional.
En los pasillos de la Fiscalía Regional de Tierra Blanca todo transcurre con la misma rutina de los últimos 25 días, los Benitez, los Arroniz, los Garibo, los Sánchez se levantan muy temprano, hacen café, desayunan y esperan noticias o alguna novedad de la autoridad gubernamental sobre los cinco desaparecidos de Playa Vicente, el pasado lunes once de enero y que la Policía Estatal entregó a una célula delincuencial del Cartel de Jalisco Nueva Generación.