Línea Caliente

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POR EDGAR HERNÁNDEZ*

Pepe, la opción

Los primeros escarceos de diálogo por separado con Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla se iniciaron este martes como paso previo a un acuerdo definitorio con el primer priista, el gobernador Javier Duarte.
Un secretario de estado, un diputado federal y el particular de Javier, Enrique Ampudia, comenzaron el tejido fino para suturar el desgarre priista sucedido tras la manifiesta inconformidad de los senadores arriba citados.
Teniendo encima la mirada del centro no hubo más remedio que aguantar el berrinche, tragarse el sapo y empezar a recomponer acuerdos que permitan al PRI ir adelante en su proyecto de un gobierno de transición de dos años, para después abrir las compuertas de participación de todo el priismo y la misma sociedad civil en la construcción de un nuevo gobierno.
Será el del 2016-2022 un gobierno diferente, de apertura, de participación y alejado de prácticas de corrupción que han desquiciado como nunca las finanzas públicas.
Será un gobierno para ocho millones de veracruzanos, lo cual es más que un país, es la tercera ciudad en densidad de población.
El punto es que ya sucedió el primer round de sombra entre el decantado gobierno de Javier Duarte y los dos poderosos senadores en donde se busca el consenso de las partes, la conciliación.
El tema, el objetivo, la meta habrá de ser la unidad a partir de la realidad política que vive Veracruz, hoy dividido por decisiones inopinadas.
Sobre el escritorio de quien manda en estas tierras están las dos últimas encuestas que muestran de manera clara que ni Erick Lagos Hernández, ni Alberto Silva Ramos tienen la presencia y penetración que han alcanzado los actores disidentes Pepe y Héctor.
El muestreo estadístico arroja que tan solo en una parte del sur se mueve Erick, acaso en Isla y con duda, y para el caso de Silva es lo mismo ya que fuera de Tuxpan es un desconocido.
Y así, imposible que gane el PRI. Ora sí que ni con todo el presupuesto.
Ello de tal suerte que la cúpula de poder ve en la impronta resolver el diferendo que trae con los Yunes rojos y evitar que se les cuele Miguel Angel Yunes Linares quien sigue creciendo por más que le manden al CEN del PAN en el DF, a los encuerados de los 400 pueblos en tosca manifestación de repudio por la inminente designación del choleño como diputado plurinominal.
Así, la primera propuesta a debatir es poner en la mesa del debate y decisión cupular una candidatura por la gubernatura de dos años misma que encabezaría quien va arriba en las encuestas que mandó a hacer Javier Duarte, que es Héctor Yunes Landa.
Yunes Landa, si hay acuerdo, prepararía el terreno para fijar las bases de un gobierno sexenal que encabezaría José Francisco Yunes Zorrilla con lo cual se cubriría al mismo tiempo el apoyo pactado con Luis Videgaray que aun cuando no vive sus mejores momentos de fortaleza política sigue siendo uno de los dos más poderosos del régimen peñista.
Pepe Yunes Zorrilla ha sido de hecho el compromiso incumplido de Fidel, de doña Rosa y de Javier.
Pepe ha sido el que ha aguantado vara. Pepe incluso en estos momentos de desgarre y estridencia en donde ha sostenido que “el PRI no es un solo hombre” en clara alusión a Javier Duarte, se ha mantenido respetuoso, institucional, fiel a su trabajo interno, resolviéndole a la gente necesitada.
A Pepe Yunes es, en síntesis, a quien menos se le ha cumplido; ha sido el más sacrificados por dos regímenes; ha invertido toda la fortuna de la familia en la construcción de su sueño y es, a no dudar, quien más vínculos de carácter político y económico tiene con la federación.
Pepe Yunes ha guardado la discreción institucional que marcan estos tiempos de gritería, incluso ha observado cómo las autoridades estatales han desviado los recursos federales que ha traído de México para su pueblo, pero ha confiado paciente en que retornen, aunque sea en abonos.
Siempre leal, pero no pendejo sabe que en esta ronda habrá de definirse su futuro político y no quiere equivocarse particularmente cuando bien sabe que tiene la sartén por el mango.
En tanto Héctor Yunes Landa es un político confiable.
Abandera con Pepe causas comunes; no tiene problema en ir de la mano con él. Héctor es un hombre de palabra, recio, atrabancado, pero muy viril, sabio y con experiencia.
Pepe, en la contraparte, es más serrano, más para adentro, pero igual de firme y sin dobleces.
Es un ortodoxo que abrevó de su papá, Don José, el don de la hombría y el profundo respeto a la palabra, como siempre fue la política en Veracruz hasta que llegó un fuereño con otros fuereños Fidel Herrera Beltrán, apersonados en estas tierras hasta que arrebataron el poder.
Ha sucedido pues el primer acercamiento.
El fin de semana habrá una nueva ronda de la cual se confía salga el primer acuerdo en torno a la unidad priista que no querrá decir el arrío de banderas e ir del brazo a combatir a Miguel Angel Yunes Linares, eso jamás lo permitirán los Yunes rojos.
Será tan solo un acuerdo, pero un acuerdo político que se cumpla, que se traduzca en los hechos y que abra las puertas a una intermitente precampaña –igual a la que vienen desarrollando los senadores- pero con la bendición y apoyo de toda índole.
Veracruz ni sus políticos, incluida la clase política desplazada de manera por demás arbitraria, ya no aguantan otra tomadura de pelo.
Es el momento que lleguen a su fin los berrinches.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo