La política en tacones

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PILAR RAMÍREZ

 

Viáticos

 

¿Usted qué haría con millón y medio de pesos? Son legión los que podrían adquirir una casa. Claro, no una casa en la playa de Malibú, ni en Polanco o Coyoacán, vamos, ni siquiera en la Roma, pero sí en Peralvillo o en la Industrial. Ni qué decir si la adquisición se realiza fuera de la capital. Podría ser una casa muy muy decente.

Si los intereses son distintos y de altos vuelos, se podrían pagar casi dos semestres en la Universidad de Princeton, la mismísima Alma Mater de la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, sí, una de las ocho de la elitista y supercara Ivy League. También podrían recibir su salario mensual 300 personas, a razón de cinco mil pesos por mes, que las hay y muchas, claro que también hay otros tantos trabajadores cuyo salario está todavía por debajo de esta cifra, con lo cual, los beneficiarios del millón y medio aumentaría considerablemente.

Podríamos continuar imaginando asuntos que resolverían millón y medio de pesos, que fue la cantidad que recibieron los legisladores panistas en el mes de enero para realizar su reunión plenaria en Puerto Vallarta, en la que definieron la agenda legislativa de 2014. Millón y medio de pesos nada más para los gastos de la reunión: pago del salón, servicio de coffee break, por no decir de café para los que se aburren o para no dormirse, sonido, papelería, proyector. Como si el PAN no tuviera un lugar donde realizar este tipo de reuniones, ¿acaso el gran edificio de Ángel Urraza es una casa de interés social?. Qué más da pellizcarle milloncito y medio a las arcas públicas para que lleguen ideas frescas con la brisa del mar. Frescas y admirables, allí tenemos el resultado de las reformas legislativas.

El millón y medio no incluye los gastos de traslado de los legisladores, hospedaje y alimentos, eso es aparte, eso, como lo sabe todo iniciado en el lenguaje burocrático son precisamente los viáticos. En todo caso, reunión y viáticos son con cargo al erario público, a los contribuyentes para más claridad. Esos impuestos que de mala gana usted, querido lector, y yo, entregamos a las arcas públicas en el mes de abril, supuestamente para recibir mejores servicios, también van para los gastos de la legislatura. Se dice que es el costo de la democracia.

Y aparentemente para tener democracia también hay que gastar en tener contentos a los legisladores. Una forma de combatir el cansancio que les produjo el trabajo extenuante al que estuvieron sometidos los panistas en su reunión plenaria fue hacer una (¿o unas?) reunioncita nocturna en una lujosa villa, que tiene un costo de tres mil dólares al día, más de 40 mil pesos a la paridad actual, con compañía femenina pagada.

El video que se difundió con imágenes de la fiesta y que ha corrido por las redes sociales no deja lugar a dudas del tipo de reunión que hicieron los legisladores del PAN. El vicecoordinador de la bancada, Jorge Iván Villalobos, al igual que Luis Alberto Villarreal, Martín López, Máximo Othón Zayas, Alejandro Zapata Perogordo y José Alfredo Labastida Cuadra se ven muy entregados a sacarse el enorme cansancio que les dejó discutir el futuro de la Nación y haber dado lo mejor de sí a la Patria, con una buenas bebidas espirituosas que no deben ser de Ron Bacardí o Pon Potosí, sino algo a la altura de Villa Balboa y de la jerarquía de los personajes, con una selección musical de muy dudosa calidad y con compañía femenina profesional que las notas informativas ubican como trabajadoras de dos centros nocturnos conocidos en la costa de Jalisco. Se puede ver a los legisladores haciendo algo semejante a bailar, acariciar a las mujeres y deslizar condones mientras uno de ellos pregunta “¿cuándo se va a acabar el viagra?”

Sí, son los mismos legisladores que se dan golpes de pecho y se oponen a las leyes de convivencia para hacer legal el matrimonio entre personas del mismo sexo, los que criminalizan el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, porque dizque “defienden la vida” y la moral, los representantes del partido que puso objeciones a las cuotas de género. Se puede ver por qué, seguramente prefieren a las mujeres para complacer a los hombres que haciéndoles competencia en la política. Son los legisladores del partido que más afinidades ha tenido (supuestamente) con la Iglesia católica; el mismo que le dio al país un presidente que se sentía Miguel Hidalgo y enarbolaba un estandarte con la Virgen de Guadalupe en su campaña electoral. Estos legisladores hoy nos demuestran que las reglas morales que dicen defender son sumamente flexibles, y cuando son rígidas, sólo aplicables “a los bueyes de mi compadre”. “Se trató de una fiesta privada” se defienden los legisladores fiesteros, “nada tuvo que ver con la reunión plenaria”, pero bien que aprovecharon los viáticos, “estuve un rato y me fui” dice Zapata Perogordo, ¿a qué le llamará un rato? ¿las esposas sabían cómo estaban “descansando” sus sacrificados maridos?

No se trata de un reclamo moral sino uno de congruencia y de transparencia, pues estuvieron involucrados recursos públicos en gastos escandalosos. Sólo esperemos que los votantes recuerden estos episodios cuando alguno de estos personajes se atreva a postularse a un cargo de elección popular. Porque con toda seguridad lo harán, total, qué tanto es tantito. Es el costo de la democracia, dicen.

ramirezmorales.pilar@gmail.com