“La cosa está muy caliente”, taxistas de la Francisco Villa

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La estridencia de los cláxones y el ruido que provoca el encender los motores son las únicas respuestas que tienen los taxistas del sitio “Los Caguamos” cuando se les pregunta su sentir sobre el ataque a su centro de trabajo la noche del jueves y en donde dos ruleteros perdieron la vida, cinco fueron heridos –algunos de ellos de gravedad- y otra decena de taxistas se llevaron el susto de su vida.

-Yo no estuve, no puedo hablar. Apenas entre de taxista. La verdad, es que no sé nada. Ni carro tengo, me agarraste aquí parado porque sí, van evadiendo los ruleteros ante los cuestionamientos de la prensa.

¿Hay temor?, ¿miedo?.

Un señor que ronda las cinco décadas, llaves de un Tsuru en mano, abre los ojos y mira de frente al reportero: “La verdad es que la cosa está muy caliente hermano”, sueltan contundente, mientras avanza paso aprisa hacía la avenida para ofertar “viaje colectivo” a la congregación 6 de enero. El último reducto poblacional de la capital del estado.

En las dos pequeñas oficinitas blancas del sitio “Los Caguamos” -baleadas por un grupo armado la noche anterior- la sangre aun está viscoza. Los vecinos que ahí transitan y los peatones chismosos que circulan a proposito por el lugar, van desdibujando poco a poco las manchas hemáticas con su calzado. Dos pequeños stickers de clausurado, son los únicos elementos que quedan como resaca de la refriega ocurrida doce horas antes.

En el lugar de la masacre, ni una cinta amarilla de seguridad, ni inspecciones o diligencias por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE), ni tampoco algún patrullaje o apersonamiento de alguna patrulla de la Fuerza Civil o Secretaría de Seguridad Pública (SSP). El conflicto político y de inmadurez institucional entre el gobierno morenista y la fiscalía panista, está dejando a los capitalinos y veracruzanos a la –como dicen los vecinos- voluntad de Dios.

A espaldas del centro comercial, está la capital de los taxistas de Xalapa. Cinco, seis sitios de coche de alquiler que abarcan gran parte de la calle Francisco Villa, Tatahuicapan, Motealban y Chedraui Karam. En donde los ruleteros de nada quieren hablar. Solo hacen enfasis en una cosa: “Tenemos que seguir trabajando”.

Sitios de taxi para salir en viaje privado o en colectivo a la cabecera municipal de Actopan, El Descabezadero, Trapiche del Rosario, Seis de Enero, Las Cruces, Alto Lucero. Pero el ánimo luce decaído, ya no son los taxistas hablando del cliente codo, del que subio borracho o llevaba una “novia buenisima”, ni tampoco de la competencia de taxistas. Son los ruleteros, como ellos mismos los dicen, “aguantando los madrazos”. Caguamos

¿Cobro de piso?, ¿advertencia por no pagar extorsión?, ¿infiltración al sitio de narcomenudistas?, ¿Incompetencia gubernamental?, ¿inseguridad que les toca a todos los sectores?, ¿ataque dirigido a alguien en particular?, son preguntas que quedaron en el aire.

Sobre la Francisco Villa y la avenida Tatahuicapan, los vecinos “cuchichean” en las puertas de sus casas la balacera ocurrida el día anterior, rememoran el auxilio de vecinos y familiares de taxistas, comentan la llegada tardía de la Cruz Roja y el “montón de patrullas” que llegó el día anterior. La llegada de la prensa, la transmisión “desde el Face” apoyados en el celular. Pero sus “rumores” y “comentarios” son en secreto, con los extraños, no tienen nada que comentar.

Apenas algunos vecinos, señalan al fotografo, el lugar de la balacera, comentan de forma escueta, el cámino de la sangre y él como los taxistas de la Atenas Veracruzana tienen que seguir su vida normal, pese a que en está semana cuatro trabajadores del volante han sido privados de la vida.