Jesús María, el médico de anteojos

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FOTO: GINA COLLINS
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Jesús María es el fundador del primer hospital de lentes en Xalapa, la capital del estado. Su hospital sigue en pie, sobrevive a pesar de que los materiales con los que se fabrica el armazón de lentes han cambiado y se han vuelto, como muchos objetos de la modernidad, desechables.

El acetato de celulosa es un material que dejó de fabricarse y que Jesús María asegura era el material idóneo para armazón, que podría ser flexible y duradero; sin embargo, advierte que fue sustituido por lo que se conoce como pasta, que es un material de pésima calidad y que en cuanto el armazón sufre alguna avería no queda más remedio que ser remplazado.

De pasta son los que ahora la gran mayoría usa; sin embargo, el médico de anteojos es especialista en reparar todo tipo de armazón de metal.

FOTO: GINA COLLINS
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Jesús María recuerda aquellos años mozos en que todo podía ser reparado y la utilidad del objeto podría pasar de generación en generación, incluso los lentes.

Desde hace 60 años Jesús María Aguirre López es el médico de anteojos de su Hospital de Lentes, con 87 años y oriundo de Otatitlán, recuerda haber sido el primero en ese oficio en Xalapa, ciudad que lo acogió y dónde ha hecho vida por más de seis décadas.

Si bien inició su trabajo en la óptica Moderna, donde trabajó por más de 25 años, se recuerda como el miembro de un grupo de nueve hermanos más interesado por los trabajos de soldadura.

FOTO: GINA COLLINS
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Recuerda que de chamaco siempre le interesó estar cerca de su padrino que cargaba a todos lados un soplete y realizaba trabajos en el barrio donde vivía.

Jesús María, en su infancia, cada sábado y domingo se dedicaba a soldar cubetas, vecinos del pueblo hacían una larga fila para que el niño pudiera soldar las cubetas que cargaban leche, mandado, y que diariamente llevaban el trajín de aquella época. Recuerda que sacaba para sus dulces y algo más.

Aunque el soplete de lentes que usa es casi creado en su totalidad por Jesús María, al igual que toda la herramienta que utiliza, asegura que su interés y pasión viene de entonces y que el conocimiento adquirido en aquella época le dio la base para aplicarlo en lo que es este oficio.

FOTO: GINA COLLINS
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Jesús María, xalapeño por adopción, es un personaje conocido ya que su hospital ha estado en diferentes puntos de la capital. En estos 60 años estuvo un tiempo en el callejón de Milán, otra época la calle Francisco Javier Clavijero, estuvo varios años en Poeta Jesús Díaz, frente al Mercado Galeana, recién creado el Tianguis Revolución, en Veracruz puerto, por tres años, y actualmente desde hace 11 años se encuentra sobre la avenida 20 de Noviembre número 234.

Sin embargo, recuerda una época en particular, fue cuando en Xalapa se inauguró la primera plaza comercial, justo donde ahora se encuentran las oficinas de Infonavit, frente al Panteón Palo Verde.

Varios comercios ofertaban productos en ese espacio, y ahí montó con éxito su hospital de lentes. Recuerda también haber encontrado al amor de su vida, casi a simple vista se enamoró de una chica que ayudaba en el negocio familiar, cada día ese amor iba creciendo;?sin embargo Jesús María no tenía la aprobación de la familia ya que era 18 años mayor.

FOTO: GINA COLLINS
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Nunca desistió y esa chica ha sido su compañera de vida hasta ahora, una mujer que ha estado en todas las épocas del médico y de su hospital y que recuerda con ese humor tan peculiar aquella ocasión –no hace mucho, ni poco- cuando una clienta llegó al hospital a recoger sus lentes que habían sido reparados de armazón, cuando se los entregaron, la mujer les reclamó que las micas habían sido cambiadas y que esas no eran las micas con las que ella había dejado sus lentes, para sorpresa de ambos, la mujer nunca pudo creerles que eso no podría ser verdad, y todos los argumentos que esta pareja daba fueron desestimados por la iracunda mujer, que los amenazó con denunciarlos en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

El enojo no paró ahí, la mujer cumplió su promesa, y al otro día estaban recibiendo una cita para presentarse a la Profeco por esta denuncia. La esposa de Jesús María recuerda estar muy molesta; sin embargo, él estaba entre deprimido y confundido, nunca nadie había podido poner en duda su honra, su honor, no entendía la razón de esta situación y no sabía que es lo que se hacía en estos casos.

Fue idea de Gina, su esposa “que fuese armado a la cita” con su desarmador de armazones. Llegaron en punto de la hora  a la cita, la parte acusatoria no se presentó, aún así el médico y su esposa quisieron hacer una demostración desarmando los lentes y mostrando toda la basura que tenían entre las micas y el armazón y con esto comprobar que no habían sido removidos sino hasta ese momento.

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El abogado de la Profeco quedó sorprendido y les pregunto qué querían hacer, estaba claro que eran inocentes. Gina pidió que los lentes fueran directo al basurero, estaba claro que el honor del hospital de anteojos seguía intacto.

Hubo más anécdotas y risas, y otras que les hicieron tomar medidas, lo cierto es que este hospital sigue operando gafas de lunes a viernes de 10:00 a 14:00 horas y de 15:00 a 17:00, los sábados de 10:09 0 a 14:00 horas.

“Todo trabajo requiere la mitad de anticipo y no se entrega si no trae su nota”, advierte Jesús María, el más viejo de los doctores de anteojos.

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