Funciona a medias, área de urgencias del Issste

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POR ROSA VÁZQUEZ/ EXCLUSIVA

 

 

Martina comenzó a desangrarse alrededor de la media noche, fue tan abundante el sangrado vaginal que comenzó a perder la razón mientras era subida a un taxi y llevada al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) tardó en llegar más de media hora porque vive en una colonia periférica. «No tenemos servicio de urgencias» le dijeron los trabajadores a la familia.

Martina se desmayó poco después de haber sido rechazada en hospital, de donde es beneficiaria por su esposo que trabajó como profesor de una secundaria varios años pero ahora se encuentra con discapacidad sin poder moverse sólo por la distrofia muscular que padece.

Las hijas de Martina ni siquiera se detuvieron a discutir, ¿cómo hacerlo cuando tu madre se va muriendo a media madrugada? el lugar más cercano era el Centro de Especialidades Médicas «Dr. Rafael Lucio», ahí la internaron y dos días después han logrado estabilizarla.

Sin embargo, la trabajadora social del lugar le puso una categoría cinco, que a decir del personal, es la categoría más alta en costos. A nueve mil pesos ha ascendido la cuenta y seguirá subiendo porque aún no se encuentra fuera de peligro, perdió mucha sangre.

Días después, en el Issste les dijeron a los familiares que el área de urgencia sí está funcionando pero «cuando ya vienen muy mal no se pueden atender», a decir del personal, les otorgan una ambulancia para trasladarlos al hospital civil, pero eso es mentira.

Martina casi muere aquel día por miomas uterinos que le provocaron increíbles sangrados. Su esposo durante años sirviendo como profesor vio su sueldo reducirse para pagar la cuota correspondiente al Issste y ahora que realmente ha necesitado el servicio, han rechazado otorgar la ayuda a su esposa.

El área de urgencias del Issste en efecto funciona, con condiciones no aptas porque no hay personal que oriente a la gente que llega para pasar a algún consultorio. Y se da el lujo de rechazar a los pacientes que en realidad acuden con urgencias médicas donde un minuto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.