Si es cierto, como se afirma, que en política nada es casual, entonces, el rafagueo a la UPAV lleva chanfle.
Incluso, luego de que el secretario de Educación Pública, el exduartista Aurelio Nuño, dijo que la Universidad Popular Autónoma de Veracruz constituye un fraude, el bombardeo mediático se ha acrecentado.
Y aun cuando sin ninguna duda hay razón de por medio, en los días turbulentos que se viven y padecen “una mano mece la cuna”.
En realidad se trata de un apretón de tuercas desde la Yunicidad en contra de Américo Zúñiga Martínez, alcalde de Xalapa, quien anda con su movimiento municipalista, entre otras cositas, además de reclamando el dinero federal pendiente de pago, ya entregado a la SEFIPLAN, el cabildeo para que la secretaría de Hacienda y Crédito Público deposite en forma directa y sin intermediarios las participaciones federales de cada mes a los Ayuntamientos.
Y en el palacio de enfrente están trinando.
Es más, según las versiones, el góber azul se entrevistó con Aurelio Nuño en la Ciudad de México y un día después, en rara y extraña circunstancia luego de tanto aplauso a Javier Duarte, despotricó en contra de la UPAV.
Y despotricó para apretar al presidente municipal.
Y es que como habrá de recordarse, el profesor Guillermo Zúñiga Martínez, padre de Américo, fue uno de los fundadores de la UPAV junto con el asesor de Duarte, José Murat Casab.
Por eso el rafagueo a la UPAV, digamos, una espiral para que el hijo amarre sus demonios y deje de cacarear el municipio libre, establecido en la Constitución General de la República.
Pero, bueno, y en todo caso, cada quien su tiempo y momento, y como dijera Enrique Peña Nieto, que “cada quien asuma su responsabilidad”.
Y cada quien, porque, cierto, Memo Zúñiga y Murat plantearon la iniciativa a Duarte y Duarte la envió al Congreso y el Congreso la aprobó y los “celosos vigilantes” de la política educativa debieron ser Adolfo Mota Hernández, Flavino Ríos Alvarado y Xóchitl Adela Osorio.
“LA VÍBORA CHILLANDO”
Desde hace 14 días el discurso oficial en Veracruz ha tenido un eje rector: todos los anteriores eran corruptos y los que llegamos somos impolutos.
Tal cual, el bombardeo “constante y sonante” en contra de Javier Duarte, prófugo de la justicia desde hace 59 días, y a quien los ciudadanos, la historia, la PGR y la Interpol han juzgado como un político ligado a la delincuencia organizada, el lavado de dinero, el enriquecimiento ilícito (ilícito, en ningún momento inexplicable) y el peculado.
Pero Duarte sólo constituye apenas, apenitas, apenititas la punta del iceberg, porque el objetivo número uno es la denuncia penal en contra de Fidel Herrera Beltrán, y por añadidura, la cárcel.
Una hebra tendrán ya, como por ejemplo, las 60 hectáreas donadas en Coatzacoalcos a Tony Macías, el suegro de Duarte, y que formaban parte del fundo legal con un valor aproximado de mil millones de pesos.
Ahora, no obstante, y para seguir pegando a la piñata y mantener a todos con un calambre perpetuo y dejar “la víbora chillando”, la UPAV se ha atravesado.
Y más, con los 400 mil certificados de bachillerato falsos descubiertos tan sólo en Sinaloa, ni más ni menos, que por el presidente municipal de Culiacán.
Sin contar, por ejemplo, las denuncias de fraude que en su oportunidad levantaran las secretarías de Educación de Puebla y Tabasco.
Y entre más descrédito en contra de la UPAV y que entraría en el apartado moral de “hacer leña del árbol caído”, más apretones de tuerca a Américo Zúñiga Martínez.
ARRODILLAR A AMÉRICO ZÚÑIGA
El mismo discurso incendiario se reproduce en otras áreas, por ejemplo, las notarías públicas.
Desde el aparato oficial han lanzado calambres de más de 180 grados a 13 notarios involucrados en la constitución de las llamadas empresas fantasmas.
Además, el fuego se ha extendido a otros 26 notarios con permisos especiales para desempeñar un cargo público (establecido en la ley) y con un notario adscrito.
Con todo y existan delitos, basta y sobra con que el secretario General de Gobierno revise los expedientes para determinar irregularidades y proceder, en todo caso.
Pero como se trata de levantar “una polvareda de humo”, digamos, con el único objetivo electoral de las 212 alcaldías y 3,500 sindicaturas y regidurías a jugarse en el año 2017, entonces, el reality-show, alrededor de un solo eje:
Todos los que se fueron son ladrones y pillos.
Todos los que llegamos y estamos llegando somos impolutos, ángeles de la pureza, incorruptibles.
En el mismo boleto han metido a la UPAV, la que luego de tanto descrédito alentado desde la Yunicidad, más vale desaparecer a la universidad que darle aire artificial.
Pero… como se trata de arrodillar a Américo Zúñiga, entonces, el horno político está fermentando.
Muchas “cosas más veréis, mi querido Cid”, dijo el hombre flaco y huesudo que soñaba con los molinos de viento…