- Vidas paralelas. Jesús y Duarte
- Una palabra suya sanará a todos
1
Javier Duarte, JD, en nombre de Jesús de Nazareth, en cuyo nombre los evangélicos bendijeron tu oficina y ahuyentaron la mala vibra y llegó el buen karma, piedad, misericordia, para los 8 millones de habitantes de Veracruz.
Piedad, góber tuitero, porque Veracruz huele a sangre y cada familia tiene un hijo, un tío, un primo, un pariente, un compadre, un vecino, un conocido, secuestrado y desaparecido y asesinado.
Piedad, JD, y si no puedes, entonces, que tus bufones te acerquen una palangana con agua y jabón para lavarte las manos, igual que Poncio Pilotos, y una toalla blanca, limpia, desinfectada, para secarte el agua y la sangre.
Y si continúas en el cargo público, como todo indica no obstante los juicios políticos solicitados por el PRD, Morena y el PAN en el Congreso de la Unión, entonces, camino al Gólgota, podrás elegir entre Dimas y Gestas, el ladrón bueno y el ladrón malo crucificados a un lado de Jesús.
También, claro, podrías ser el Judas de Veracruz, aquel que entregó a Jesús a cambio de 30 monedas, y luego, arrepentido, las tiró y colgó de un árbol.
Nadie, desde luego, quiere que tú también te cuelgues de un árbol a la orilla del camino como los realistas colgaban a los insurgentes para atemorizar a la población.
Pero cuando menos, en un acto de contrición, piedad, JD, piedad para este Veracruz que estás dejando devastado por la rapiña, pero también por el terror, el horror, el miedo, la incertidumbre y la zozobra.
“Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso” dijo Jesús al ladrón bueno.
Y porque en algún rincón de Veracruz existirá un habitante solidario contigo, quizá siguiendo a Jesús que todo lo perdonaba (perdonó a San Pedro y eso que lo negó antes de que el gallo cantara tres veces, perdonó a María Magdalena, la trabajadora sexual de que habla la Biblia, perdonó a los fariseos) que de igual manera también te perdone.
El resto de la población está canijo te perdone “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política” de que habla el senador Pepe Yunes Zorrilla bajo tu mandato constitucional.
2
En el Gólgota, Jesús, crucificado, dijo:
“¡Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?
Todos los que me ven de mí se burlan. Me hacen gestos.
Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros.
Reparten entre sí mis vestiduras y se juegan mi túnica a los dados.
Señor, auxilio mío, ven y ayúdame”.
Tú, también, JD, son tantos los agravios a la población de Veracruz que hasta nos ha quitado “el legítimo derecho a soñar” como dice la rectora de la UV.
Y, por eso mismo, la población te ha abandonado. Y te inventa apodos. Y se burla. Y pitorrea. Y hace escarnio de ti.
Serías, acaso, digamos, el Jesús del Gólgota jarocho en el siglo XXI, año 2016, cuando un milagro ocurrió en el mundo, en que con un presidente de color en Estados Unidos y un Papa latinoamericano en el Vaticano, Barack Obama se fue a Cuba a mirar un juego de béisbol con Raúl Castro.
Y si el milagro sucedió en aquella región del Golfo de México, entonces aquí también.
Y aquí sería que antes de irte, JD, tu lengua fuera como la lengua de Isaías (50, 4-7) y con tus “palabras de aliento confortaras al abatido”.
Y tal cual, asestaras un manotazo, tú, admirador de Francisco Franco, tú, hijo putativo del góber fogoso, y los carteles huyeran de Veracruz para esconderse, como alardeara el Fiscal, “en las cuevas de las montañas de otros estados vecinos” y aquí, de nuevo se escuchara la risa y la sonrisa de la esperanza de un nuevo día, un hermoso y bello día, el día de la humanidad, el día de la paz, el día de la tranquilidad.
Oh, mi JD bíblico.
3
Tú, JD, que “llegaste lleno de bondad y misericordia” a la silla embrujada de palacio, que el hermano de Emiliano Zapata, Eufemio, confundió con una silla de montar caballos porque a todos suele enloquecer, todos desearíamos que así como el pueblo de Israel siempre adoró a su Señor, también te respetaran a ti.
Tú, JD, “estás en medio de todos como el que sirve”, y como gobiernas, debiste “gobernar como si fueras un servidor, como está escrito en San Lucas 22, 14-23, 56.
Pero, bueno, los vientos huracanados se te aparecieron y advirtieron que “vendrían tiempos peores” este año, como llegaron y, bueno, contra la profecía nadie puede luchar, pues el mismo Jesús fue crucificado, no obstante ser el hijo del Señor.
Luchaste, pero perdiste, por ejemplo, el mandato divino de dejar un sucesor como traje a la medida.
Luchaste, pero perdiste, por culpa de los policías aliados de los carteles.
Luchaste, pero perdiste, debido a la ambición sin límites de algunos de tus discípulos, por más que uno que otro diga que su padre le heredó fortunas millonarias.
Y aun cuando “estás dispuesto a ir incluso a la cárcel y a la muerte” para salvar a tus discípulos, “antes, mucho antes de que el gallo cante tres veces”, bien podrías resucitar a la vida nueva, dejando que la Gendarmería y los soldados y los marinos pacifiquen Veracruz y levantando la Alerta de Género y retirando la ley anti-aborto y apareciendo en las bóvedas de SEFIPLAN los dineros públicos desviados.
JD, “Satanás ha pedido permiso para zarandearte como trigo, pero habrá quienes están orando por ti para que tu fe no desfallezca, y si estás dispuesto”, entonces, una palabra tuya bastará para sanar a la población de Veracruz.
Acuérdate, JD, de los arrepentidos se vale Dios…