Pobladores de la marginal localidad de Limonta llevaron a enterrar a una adulta mayor que no quiso dejar su pueblo pese al golpe de agua
Minatitlán.- Leonarda Francisco Torres vivió y murió como quiso, en la tranquilidad del campo, en su bella comunidad de Limonta -a unas dos horas de la cabecera- y no se quiso salir ni con las inundaciones.
Así, en un recorrido efectuado por Liberal del Sur en la comunidad, se encuentra a sus deudos llorando en la iglesia al pie del ataúd que guarda los restos de Leonarda.
Sus seres amados cuentan que murió de causas naturales pero pese a la inundación, no se quiso ir a un hospital, pues eso hubiera significado morir lejos de Limonta.
Sus deudos perdieron algo más valioso, como fue la vida de su familia. Con el agua en algunas partes a la cintura en patios de hogar, otras agua en sus viviendas, así fue velada doña Leonarda por su familia y gente que en la comunidad la apreciaba.
Ayer cuando el reloj marcaba las 12 horas, el cuerpo fue sacado de su hogar en un ataúd de madera, forrado de satín de color azul marino, en una lancha de motor, con solo un arreglo floral, pero con decenas de vecinos que en otras lanchas y chalupas, fueron para la misa de cuerpo presente en la iglesia del señor de la Salud, donde tantas veces concurrió a misa y festividades.
Su hermana Margarita Francisco Torres, dice que su hermana nunca quiso salir de su comunidad, a la que amaba con todo y sus animales de traspatio, patos, gallinas, sus flores en su hogar, pero enfermó y la medicina ya no pudo hacer nada.
Margarita –dice- que ella sí se fue de su comunidad y está en Cancún con su familia, ahora vino solo para ver a su hermana y como falleció acompañarla en su último adiós, agradeciendo a la población de la comunidad por el cariño que le tenían a su hermana y que a pesar de todo “están unidos, que así sigan, que no pierdan la fe en Dios”.