Derrumbar para volver a empezar

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928E2102-6A04-4CEE-9E16-BCF801D4069CNuevo Centro de Documentación del Son jarocho comenzará a construirse de la mano de Natalia Lafourcade

POR MARÍA GÓMEZ ZAVALETA

En el número 108 de la Calle de Madero en Jáltipan, una floreada bugambilia es testigo de cómo se cierra un capítulo para dar inicio a uno nuevo.

Luego de los sismos de 2017, la estructura del Centro de Documentación del Son Jarocho que durante 20 años ha servido a la comunidad de músicos y artesanos, y a la sociedad jaltipaneca y de toda la zona sur, empieza su demolición para dar paso a un nuevo y renovado lugar que será pionero para la cultura a nivel nacional.

UN SUEÑO EN CONSTRUCCIÓN

Ricardo Perry Guillén, director de Los Cojolites y del Centro de Documentación del Son Jarocho, informó que el nuevo espacio va a tener dos plantas. En la parte de abajo se va a construir una cocina moderna para dar talleres, además de hacer un pequeño y sencillo restaurante de cocina tradicional.

El proyecto también contempla oficina, baños, sala de exposición, bodega para el resguardo del archivo histórico, salones para talleres de telar y zapateado, así como una laudería para elaborar instrumentos.

ESTUDIO DE GRABACIÓN

Uno de los espacios más celebrados es el estudio de grabación, pues los músicos de son jarocho podrán trabajar sus propias creaciones. «La idea de Natalia es ayudar a los jóvenes a que cumplan su sueño», aseguró Ricardo Perry.

BIBLIOTECA ESPECIALIZADA

Lo que no podía faltar, es una biblioteca que concentrará el enorme acervo que durante más de 20 años se ha preservado en el Centro de Documentación del Son Jarocho y que estará divida en cuatro secciones, dos en la planta alta y dos en la planta baja, donde los archivos en físico y digital estarán perfectamente catalogados y divididos para que sea más fácil y accesible su consulta.

CASA DE LOS COJOLITES Y DE LA FAMILIA SONERA

Al igual que en 1998, el nuevo edificio funcionará como Casa de Los Cojolites, pues en la planta alta habrá un espacio habitacional para los integrantes del multipremiado grupo. Además, habrá una sección especial para hospedaje con 24 camas. «La idea es hacer diplomados y que la gente que venga tenga dónde comer y dormir».

A4859549-3266-4CEE-B362-A608C857E028REDISEÑO OPERATIVO

El objetivo de este nuevo lugar, es que el Centro de Documentación del Son Jarocho genere ingresos por sí mismo para que esos recursos se utilicen en la operación y mantenimiento del recinto cultural.

«Hicimos un estudio para que cada una de las personas que colaboramos aquí tenga su propia carga de trabajo específica y reciba un sueldo por ello. Esto se logrará de la mano con asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales de varios países que ya conocen el trabajo de maestros y alumnos y se sumaron al proyecto.

Se prevé que la construcción inicie en un mes y que sea la cantante veracrazana la que coloque la primera piedra.

COMPROMISO PERMANENTE DE NATALIA LAFOURCADE

Ricardo Perry narra con alegría cómo se dio el acercamiento con Natalia Lafourcade y el nacimiento del proyecto de reconstrucción.

«Ya tiene años que Los Cojolites coincidimos con Natalia en un festival de música y acordamos hacer alguna colaboración. Originalmente se tenía contemplado que grabáramos juntos el disco Hasta la Raíz, pero fue todo muy rápido y no se dio en ese momento, pero luego vino y nos invitó a tocar con ella en el Auditorio Nacional.

Unos días antes de Semana Santa del año pasado la invité al Seminario de Son en el rancho Luna Negra, se animó a venir y quedó muy impresionada con la gente y sobre todo con la tradición».

EL SISMO DE 2017, UN PARTEAGUAS

Tras forjar un vínculo con la comunidad sonera, Natalia siguió muy de cerca los pasos del Centro de Documentación del Son Jarocho, sobre todo de los niños jóvenes que como ella, están aprendiendo a tocar y bailar.

Luego de los sismos que sacudieron el sureste del país en septiembre de 2017, la estructura del Centro se vio severamente afectado y fue necesario desalojar el inmueble y resguardar el archivo de emergencia. Ante la movilización, Natalia decidió involucrarse más.

«Yo le conté a Natalia lo que había pasado y la noté muy conmovida, pero dejó de escribir como tres días; cuando escribió de nuevo me dijo esa noche no pudo dormir pensando y tenía una idea para levantar el Centro, pero pedía nuestro permiso para ponerla en marcha. Y así empezó esta historia».