Cándido Ríos, de campesino a periodista

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Foto: Ángel Hernández

Cojeaba de una pierna. La arrastraba cuando el clima era malo y apretaba el frío. Los tendones se le contraían y le causaban dolor. Caminaba por las calles de Hueyapan, entre cañales y montes, apoyado en un bastón.

Pero ni el malestar silenciaban su voz. Donde hubiera un hecho sangriento o una protesta, ahí estaba.

A los 55 años, fue asesinado Cándido Ríos Vázquez, Pabuche, de voz chillona y correlona, todos los días religiosamente bajaba a Juan Díaz Covarrubias para mandar sus notas desde un ciber café.

El martes por la tarde fue asesinado con otras dos personas en el Oxxo la salida a Hueyapan. Se suma Pabuche a la lista de periodistas asesinados, en la presente administración de Miguel Ángel Yunes Linares, Ricardo Monlui y el hondureño Edwin Rivera Paz.

Cecilio Pérez cortés, director del diario de Acayucan, cuenta  que su corresponsal en Hueyapan contaba con diez años colaborando para el medio impreso y era uno de los más aguerridos.

Pabuche, dice, era empírico y solo contaba con tercero de primaria. Había sido campesino y trailero en su natal Hueyapan, donde siempre expresó  preocupaciones por las causas sociales y al defensa de las injusticias.

«Luego lo venían a buscar la gente de la sierra, pobres o cualquiera con algún problema y él se iba a defenderlos, a escribir cartas o llevar oficios», relata su esposa, Hilda Nieves Martínez.

Desde joven, antes de ser perodista , participaba y organizaba protestas de campesinos, colonos y vecinos de la cabecera para exigir servicios públicos al municipio o apoyos al campo.

Así fue como fundó un efímero semanario que él hacía llamado «La voz de Hueyapan», desde el cual, a como entendía, hacia sus notas y fotos, siempre de denuncia y protesta.

Eran apenas unas cuantas hojas de papel blanco sobre las cuales escribía, a máquina o a mano, les sacaba copias  y las repartía.

Después se fue al diario de Acayucan a pedir trabajo y se lo dieron de corresponsal y vendedor de periódicos.

Diariamente comerciaba 300 o más ejemplares  del diario de Acayucan, de lo mismo que en la sección de su localidad iban sus notas y fotos , lo que le ganó amplia popularidad y enemigos, uno de ellos, el ex alcalde Gaspar Gómez, quien en numerosas ocasiones le amenazó de muerte.

«Ese alcalde lo mandaba detener, a golpear y a cada rato lo amenazaba de muerte. Hubo un tiempo en que dejó el periodismo por las amenazas de Gaspar Gómez, pero regresó», cuenta Cecilio Pérez.

Pabuche contaba con 55 años de edad, y cojeaba de una pierna, «lo dejaron lisiado los policías de Gaspar Gómez la última vez que lo detuvieron y encarcelaron»… contó.

El día que lo mataron, Pabuche regresaba de un café internet de escribir sus notas para la edición del día, sin saber que sería el último.

De regreso a casa se topó con dos amigos, a los que pasó a saludar, y fue cuando llegaron sujetos armados que les dispararon y cazaron. Entre ellos un ex candidato a síndico y un ganadero.

Pabuche se ganó la enemistad del alcalde en cuestión después de la desaparición del regidor Leovigildo Ciau Medina, quien se había pelado como el presidente municipal y este le lanzó amenazas de muerte, durante su primer mandado, en 2001. Pabuche lo sabía y así lo publicó en diario de Acayucan, lo que al poco tiempo le acarreó acoso y persecución de la policía de Gaspar Gomez, un aliado y protegido del ex gobernador Fidel Herrera.

«Candido Ríos nos mandó la nota y siempre estuvo pendiente del seguimiento»… dijo Cecilio Pérez cortés, quien recordó que al poco tiempo vino la denuncia de Pabuche contra el alcalde y el mecanismo de protección a periodistas le puso cámaras en su casa y lo ingresó a sus esquemas de protección.

En representación del diario de Acayucan, Cecilio Cortés exigió justicia y una investigación puntual que esclarezca los hechos, igualmente, apoyo para la familia del comunicador.