Cambiarán los controles en la frontera Reino Unido-Irlanda

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LONDRES.

El gobierno británico descartó ayer el establecimiento de tradicionales puestos de control para vigilar la circulación de bienes y personas en la frontera con la República de Irlanda cuando Reino Unido abandone la Unión Europea (UE).

En su lugar, Londres recurrirá a las nuevas tecnologías para controlar la única barrera terrestre que le separará del bloque comunitario, además de la de España con Gibraltar, tras este divorcio, según explicó ayer el ministro británico para el Brexit, David Davis.

“No va a ser fácil, nos va a costar dinero y tendremos que trabajar mucho con la tecnología para desarrollar controles fronterizos sin puestos de control”, declaró.

Esta será una de la cuestiones que se abordarán durante las negociaciones sobre los términos del Brexit, que comenzarán cuando la primera ministra británica, la conservadora Theresa May, active en los próximos días el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

Dublín, Londres y Bruselas coinciden en que nadie quiere el restablecimiento de una barrera estricta en Irlanda, pero la UE advierte que la libre circulación de bienes y servicios también conlleva la de ciudadanos, a pesar de que May aspira a controlar la inmigración para cumplir con las promesas que motivaron, entre otras, el triunfo del Brexit en el referéndum del pasado junio.

“Estoy seguro de que los dos países y la Comisión Europea tratarán de resolver esto porque realmente lo queremos, porque la tecnología de ahora es mejor que la de hace 20 años”,
declaró Davis.

El responsable británico también reiteró que su gobierno hará todo lo posible para que la salida del club comunitario no afecte a la marcha del proceso de paz norirlandés, el cual se ha beneficiado de los fondos europeos para, por ejemplo, los programas de reinserción de paramilitares.

La libre circulación entre el norte y sur de la isla de Irlanda ha sido natural desde la creación en la década de 1920 de la llamada Área de Circulación Común (CTA).