Anabel Flores, acallada y criminalizada

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anabel

  • Vestía de futbolista para ver jugar a sus compañeros de trabajo, empleados de un periódico de Orizaba.
  • En las rutinas informativas le gustaban los tacos de “a perro”, de un restaurante de Río Blanco.
  • ”Los compañeros del periódico estamos encabronados porque la empresa la dejó sola” dicen reporteros.
  • Que la asesinaron por mensajear sobre el sucesor de «El Chichi», según el góber

 

Laura Rojas/Orizaba, Veracruz

blog.expediente.mx

 

Un grupo criminal acabó con la vida de la periodista Anabel Flores Salazar, pero también con los años de pasión en los que buscó servir a la opinión pública, siempre tras la pista de la noticia, siempre sonriente y de la mano de los riesgos, que al final le costaron la vida.

Una reportera que lo mismo se vestía de futbolista para ir a echar porras a sus amigos, le iba al Cruz Azul, comía tacos en un local de Río Blanco, o se trepaba en vehículos oficiales para cubrir inundaciones, o encaraba a los soldados para cuestionarlos por el crimen y violación de doña Ernestina Ascencio, una anciana, indígena de la sierra de Zongolica, presuntamente atacada por los militares y que falleció el 26 de febrero del año 2007.

Anabel era una joven inteligente, conservadora, celosa de su labor periodística, con olfato periodístico y hasta rebelde, pero no merecía morir se esa forma, según coinciden en señalar compañeros del gremio, amigos, conocidos y hasta docentes que convivieron con ella en las aulas de la Universidad, quienes también han criticado la forma en la que algunos medios de comunicación y el gobierno de Javier Duarte la criminalizó.

La madrugada del lunes 8 de febrero la reportera del diario El Sol de Orizaba, asignada a la fuente policiaca, en calidad de freelance o colaboradora, fue sacada de su casa por un grupo de sujetos con vestimenta tipo militar, quienes según las autoridades ingresaron al inmueble ubicado en la calle Río Lerma, número 5, entre Río Papaloapan y Río Usumacinta, del fraccionamiento Puerta Grande, municipio de Mariano Escobedo, aprovechando que otro familiar había abierto la puerta principal.

Casi 30 horas después, ya por la mañana del martes 9, la comunicadora fue encontrada ejecutada, maniatada y semidesnuda, a orillas de la autopista Cuacnopalan-Oaxaca, a la altura del kilómetro 1+580, en el municipio de Palmar de Bravo, en la demarcación de Tehuacán, Puebla. Según las investigaciones murió por sofocamiento, con una bolsa colocada en la cabeza, y por contusión de tórax, al haber sido golpeada.

 

ELLA EMPEZÓ CON PRÁCTICAS DE PERIODISMO Y DE AHÍ EMPEZÓ A REPORTEAR

 

Anabel egresó de la carrera de Ciencias de la Comunicación, de la Universidad del Golfo de México (UGM) en Orizaba. Luego, entre los años 2008 y 2009, ingresó a realizar sus prácticas de periodismo en el periódico El Mundo de Orizaba, donde hizo sus primeras publicaciones.

Tras la muerte de su madre, la joven se fue a vivir con su tía, Sandra Luz Salazar; luego unió su vida a la de un policía, con quien vivió varios años, y procreó su primer hijo.

“Pues como compañera era bien alegre, de hecho ella empezó a hacer sus prácticas en El Mundo, a donde entró junto con su compañera de estudios Xiomara, ellas entraron juntas. Las dos fueron contratadas y de hecho fueron las consentidas de la jefa de información en ese entonces”, cuenta uno de sus ex compañeros fotógrafos, hoy a la distancia, en otra entidad, hasta donde se ha enterado del crimen.

A Anabel, dice, le gustaba mucho participar en los deportes, iba a los campos deportivos, a ver jugar a los compañeros y hasta se vestía de futbolista para echar porras y jugar la cascarita. Y “le gustaba jugar apuestas con nosotros, por ejemplo, cuando jugaba el América contra el Cruz Azul, porque ella le iba a la Máquina Cementera; cuando yo trabajaba con ella en la región a ella le gustaba mucho ir a comer unos tacos a Río Blanco, que les decíamos los tacos de “aperro”, y que eran unas memelas de les ponían aguacate y estaban muy ricas por cierto”, dice un colega, sin dar su nombre.

Cuenta además que Anita, como le decían de cariño los reporteros, “empezó a andar con su esposo, un ex comandante de la Policía Municipal de Nogales, cuando ella reporteaba para la sección regional en El Mundo, y después se juntó con él”.

Otra compañera reportera, y también maestra de la carrera de Anabel, la describe como “una joven inteligente, que tenía lo que muchos jóvenes que hoy hacen periodismo no tienen, el olfato periodístico; ella recibía sus órdenes de trabajo y siempre veía cómo le hacía, pero las cumplía”.

La maestra, quien hoy trabaja para un importante medio impreso en la zona, recuerda que “en una ocasión Anabel fue al cuartel de la 26 Zona Militar, de Orizaba, para entrevistar a los soldados sobre la muerte de la indígena de la sierra de Zongolica, Ernestina Ascencio, la cual se dijo que la habían violado y asesinado los soldados, y ella fue a entrevistar a los militares y consiguió la entrevista, cosa que ningún otro reportero de aquellos años había logrado”.

Otra de las anécdotas que refiere la mentora sobre Anabel, la joven alegre y reportera aguerrida, es que una vez fue enviada a cubrir la información sobre unas comunidades que se hallaban inundadas y por lo mismo incomunicadas. En aquella ocasión, según recuerda, un grupo de reporteros se vio impedido para cruzar un camino anegado, y ella fue la única que lo logró, al colgarse de un camión recolector de basura que cruzó para llevar ayuda.

Con tristeza, la maestra, quien pidió el anonimato, expuso que “ella era una joven alegre porque siempre se le dibujaba una sonrisa, y yo creo que no merecía morir como murió, a la mejor con otras personas era rebelde, pero conmigo nunca hubo un gesto de ingratitud, y pienso que le cortaron la vida a una persona que por ser de luz y brillar se apagó”.

 

LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PERIODISTA

 

Desde el día en que desapareció la reportera, empezó a ser criminalizada, primero porque el Gobierno del Estado, que a través de la Fiscalía General del Estado (FGE), dio a conocer que el año pasado se encontraba en compañía de un sujeto, detenido por el Ejército por sus nexos con la delincuencia; y también fue satanizada por algunos medios de comunicación, que la acusaron de estar relacionada con el crimen organizado.

 

Mediante un boletín, la Fiscalía informó que se interpuso la denuncia que dio origen a la carpeta de investigación 211/2016, en la que se agotaron todas las líneas y se indagaron todos los probables vínculos de la reportera, como el del 30 de agosto de 2014 en Acultzingo, cuando se encontraba en compañía de Víctor Osorio Santacruz, (a) “El Pantera”, que fue detenido en ese momento por elementos del Ejército Mexicano, por sus probables nexos con un grupo de la delincuencia organizada.

 

Al día siguiente, tras la localización del cuerpo de la comunicadora, la dependencia volvió a emitir un boletín, en el que informó que el cuerpo de Anabel Flores Salazar, reportada como desaparecida en Mariano Escobedo, había sido localizado por autoridades del vecino estado de Puebla, a la altura del kilómetro 1+580 de la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, donde fue plenamente identificado por sus familiares.

 

El documento aseguró que “la identificación y entrega del cuerpo de quien se desempeñó como reportera fue hecha en Puebla, luego de agotarse los protocolos correspondientes que conllevaron a la plena identificación de Flores Salazar por parte de la familia, y que las autoridades de Puebla iniciaron la carpeta de investigación 152/2016/TECAM».

 

Dijo que al ser identificada plenamente por sus familiares, la Fiscalía General del Estado (FGE) asentó la localización del cuerpo de Flores Salazar en la carpeta de Investigación 211/2016, iniciada en Orizaba, con motivo de su desaparición.

 

Ese día, el Integrante de la Comisión Estatal de Atención para los Periodistas, Jorge Morales Vázquez, calificó de irresponsable a la Fiscalía de Veracruz por vincular a la reportera con un presunto integrante de la delincuencia organizada.

“Es irresponsable y temeraria la actitud de la Fiscalía, que lo que hace es descalificar el trabajo de la reportera. Si ellos tenían información de este presunto vínculo, por qué no actuaron en ese entonces y por qué nos lo dicen ahora”, acusó.

Agregó que “la Fiscalía está violando sus propios protocolos de investigación al filtrar esta información y no investigar su paradero y el trabajo periodístico que Anabel Flores realizaba como reportera de la nota roja”.

Además, organismos como el Comité Para la defensa de los Periodistas (CPJ), exigieron a las autoridades federales de México considerar el ejercicio periodístico como el motivo del asesinato.

El organismo precisó que un comunicado de la oficina de la Fiscalía del Estado de Veracruz, emitido poco después del secuestro de la reportera, señaló que en agosto de 2014 Flores Salazar había estado en compañía de un presunto miembro de un grupo del crimen organizado, cuando éste fue detenido. Pero la tía de la periodista, Luz Salazar,  indicó al CPJ que no estaba al tanto de ninguna amenaza contra Flores Salazar. Sobre la supuesta relación, dijo que su sobrina había estado cenando con su familia cuando el presunto delincuente fue detenido, pero aunque él estaba en el mismo restaurante, no convivía con ellos.

Carlos Lauría, coordinador del programa del CPJ para las Américas, consideró que “la administración del Gobernador Javier Duarte de Ochoa tiene un triste historial de impunidad, ha sido incapaz y poco dispuesta a perseguir los delitos contra la prensa”.

Por otro lado, los medios informativos para los cuales Anabel prestó sus servicios también se desvincularon de su relación con ella.

 

El Buen Tono, uno de los diarios en los que ella trabajó, informó que Anabel “fue despedida en septiembre de 2014 al constatarse que su nivel de vida no correspondía con el sueldo que percibía en la empresa. Manejaba una camioneta Patriot, de su propiedad, vehículo que difícilmente puede ser adquirido por un reportero, debido a su alto costo”. Mientras que el diario El Sol de Orizaba, sostuvo que Anabel Flores se desempeñaba como reportera freelance desde hace seis meses.

Estos hechos provocaron una condena enérgica de varios compañeros de la comunicadora, quienes desde el anonimato señalaron que “lo que sí podemos afirmar es que estamos encabronados, porque la empresa dejó sola a la compañera y a su familia, pues la acusan de algo que no está comprobado”.

Con todo, Flores Salazar es el periodista número 19 en ser asesinada en Veracruz durante el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa, miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), según reportes de la organización internacional “Artículo 19”.

 

ES MENTIRA LO QUE SACARON, DICEN FAMILIARES

 

De acuerdo con los familiares de la reportera asesinada, fueron falsos los señalamientos que se le hicieron a la joven, al relacionarla con presuntos delincuentes.

Aunque con temor y aún con el rostro desgastado por la tristeza, un hermano de Anabel descartó las implicaciones que se hicieron de ella.

“Ahorita ella ya está con Dios, y nosotros estamos viendo que se investigue lo que le hicieron, pero no podemos decir nada; de lo que se está manejando –de las versiones que la acusan de tener relación con delincuentes- son puras mentiras”, acotó en un breve diálogo.

Asimismo, su tía Sandra Luz Salazar, manifestó que “es mentira lo que están sacando, eso siempre hacen las autoridades para justificar la desaparición de personas».

Los afectados dijeron estar preocupados y desconcertados por lo publicado por la Fiscalía de Veracruz, al vincular a Anabel con “El Pantera”, presunto integrante de la delincuencia organizada, detenido por militares el pasado el 30 de agosto del 2014.

La tía explicó que ese día, se encontraban en un restaurante del municipio de Acultzingo, comiendo con varios familiares para festejar el cumpleaños de Anabel, cuando llegaron 3 patrullas y unos militares se llevaron a tres personas, con un despliegue que atemorizó a los asistentes.

“Mi sobrina se paró y le dijo a los soldados que espantaron a nuestra familia y ella se identificó como reportera, pero ni ella, ni nosotros conocíamos a las tres personas que se llevaron», aseguró.

La mujer dijo que su familia es de escasos recursos, y que Anabel era madre soltera, por lo que además la ayudaba algunas veces, dándole dinero. “A los sujetos se llevaron a mi sobrina les dijimos que ella tenía un bebé, de 15 días de nacido, pero no les importó y se la llevaron”.

 

MATAR PERIODISTAS NO MATA LA VERDAD

 

El columnista Javier Risco, al referirse al caso de Anabel, señala que “duele la violencia, la impunidad, la criminalización de la víctima, sólo queda recordar que matar periodistas no mata la verdad”.

Con material de la organización “Artículo 19”, da cuenta del trabajo que realizaba la reportera, como las notas informativas de los días 15 de abril y 10 de septiembre del año 2014, sobre la desaparición de personas.

1) Fecha: 15 de abril de 2014 / Título: Desaparecen dos jóvenes 

Nogales.- Ante la Agencia del Ministerio Público se presentaron dos padres de familia (por separado), para denunciar la desaparición de sus hijos, un estudiante originario de Orizaba y el otro con domicilio en la colonia Centro de Nogales.  La primera denuncia, con número de investigación 066/2014, es por la desaparición de Gilberto Heredia Morales de 33 años de edad, con domicilio en Nogales.  

Así consignaba, dice, las tragedias Anabel Flores Salazar, quien la madrugada del lunes 8 de febrero pasó de testigo a víctima, cuando un comando armado entró a su domicilio, la raptó y la asesinó.

 

QUE LA ASESINARON POR UN MENSAJE CONTRA LÍDER DELINCUENCIAL

 

En un mensaje vía Twitter, enviado por el gobernador, Javier Duarte, se estableció que a Anabel la asesinaron por difundir un mensajes relacionado con la detención de Josele o José Márquez Balderas, (a) «El Chichi».

El mensaje del gobernador indicó que «Anabel Flores, bajo el seudónimo de Mariana Contreras, publicó lo siguiente, luego de la detención de «El Chichi»: «Este es el tal Cachorro, Omar Escalona, hijo del director de la Policía de Ciudad Mendoza, este es el sucesor del Chichi, es el nuevo jefe de Los Zetas en la región, no tengan miedo de denunciarlo a las autoridades su ubicación».

Este sábado, el presunto delincuente Josele o José Márquez Balderas, (a) “El Chichis”, capturado en días pasados, fue trasladado del penal de La Toma, en Amatlán, al penal federal de Puente Grande, en Jalisco.

En medio de un operativo de elementos de la Policía Federal, estatal y Fuerza Civil, el líder delincuencial fue trasladado vía aérea al CEFERESO, debido a la peligrosidad que representa.

Las autoridades judiciales señalaron que tienen indicios y pruebas documentales para vincular a “El Chichi” con varios delitos, como el incendio del periódico El Buen Tono y el asesinato de la reportera Anabel Flores.