Ampliación del Puerto: Colosal proyecto, que no es viable

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Parte 2

La depredación ambiental a la que estaría recurriendo APIVER y el gobierno de Duarte con el colosal proyecto de ampliar el Puerto de Veracruz a 30 nuevos puntos de atraque, ha sido motivo de reproche en la propia Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), quien ha manifestado su inconformidad, asegurando que el MIA está incompleto, presenta irregularidades y que el proyecto de “aprovechamiento” y “explotación” de roca basáltica viola diversos artículos (28, 35, 45, 57) de la Ley General de Equilibrio Ecológico y de Protección al Ambiente.

La Conanp advirtió en el oficio No. FOO.7.DRPCGM.-0126/2014 –que consta de un legajo de 29 hojas (en poder del reportero)- que  si el proyecto se lleva a cabo se afectaría a especies de flora y fauna con “categoría de riesgo”, incluso, se advierte que el Manifiesto de Impacto Ambiental que ya avaló SEMARNAT ni siquiera fueron consideradas especies endémicas.

El organismo puso de ejemplo a la especie del “mono aullador”, el cual ha encontrado condiciones de hábitat necesarias para la supervivencia en el sitio del proyecto, donde se pretende extraer la roca basáltica.

“Por lo que de llevar a cabo el aprovechamiento de material basáltico, disminuirá la superficie necesaria, para la realización de sus diferentes actividades de alimentación, reproducción, descanso, desplazamiento, entre otros, afectando consecuentemente su papel como dispersor de semillas, importantes para la regeneración de la selva y que se viola el carácter preventivo de la evaluación del impacto ambiental”, señala el proyecto.

Alude también que hay diversas inconsistencias del MIA como pasar por alto que el ejido Balzapote fue incluido por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y por el propio gobierno de Veracruz como un sitio para desarrollo turístico y que la extracción de material pétreo dejaría de lado su uso inicial.

“Y así aprovechar las distintas vocaciones naturales del suelo, proponiendo usos que conserven el ambiente natural que permita el equilibrio ecológico, precisamente en la misma superficie solicitara para el aprovechamiento de material petreo”, expone el documento de Conanp.

En sus conclusiones, Conanp detalla que la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) no reparó que los 20 bancos de roca basáltica que pretende explotar, “jamás” realizó un “análisis amplio”, “detallado” “sustentado” de “otras alternativas” que justifiquen técnica, ambiental, social y económica, de que Balzapote es la única opción en el Estado de Veracruz.

El documento cobra mayor relevancia, pues José González Azuara, actual delegado federal de Semarnat, ya fue director general de Conanp y anteriormente fungió como director de la Reserva Biosfera de Los Tuxtlas, razón por la que sí alguien está consciente del daño ambiental, es Azuara mismo.

La UNAM también se opone

En abril pasado, la Estación de Biología Tropical “Los Tuxtlas”, organismo de investigación de la UNAM, advirtió que el proyecto de aprovechamiento y explotación de roca basáltica en el ejido Balzapote, promovido por APIVER y SCT se encuentran dentro de una área natural protegida, la cual se complementa con el sistema lagunar de Catemaco, la reserva ecológica de Nanciyaga y la cascada conocida como Salto de Eyipantla.

“Contraviene el marco jurídico aplicable y puede afectar a especies declaradas como amenazadas o en peligro de extinción”, expuso el instituto académico, pues alude que el fragmento de selva donde se pretende ejecutar el proyecto es esencial para la sobrevivencia de flora y fauna. Alude sobre todo a la conservación del mono aullador y la guacamaya roja.

“El reacomodo de estas especies amenazadas no es posible sin emplear técnicas invasivas que puedan perjudicarlas. Si bien esos animales pueden refugiarse en áreas aledañas, la mayoría necesita cierta extensión de áreas con vegetación para el desarrollo de sus actividades. La reducción de las zonas de bosque afectaría la dinámica de una diversidad de fauna”.

El documento recrimina que la utilización de explosivos tendría graves impactos ambientales para la Reserva de la Biósfera pues las selvas tropicales poseen los ecosistemas de mayor riqueza global en el planeta, por lo que los riesgos son eminentes.

“El fragmento de selva donde se pretende ejecutar el proyecto de referencia es esencial para la sobrevivencia de flora, fauna y micobiota de este ecosistema. En la actualidad se llevan a cabo incluso proyectos de reintroducción de especies amenazadas o en peligro de extinción en la Reserva”, expuso el comunicado de la Estación de Biología.

Además de que la extracción de materiales se propone a sólo tres kilómetros del área núcleo I y de la Estación de Biología Los Tuxtlas de la UNAM, lugares que mantienen 640 hectáreas del ecosistema de bosque tropical perennifolio, instituto que tiene el registro de 800 especies de plantas vasculares, de las cuales 600 tienen un uso económico potencial y 160 son ya aprovechadas regionalmente.

El organismo de la UNAM fustiga que el MIA no presenta información sobre la alteración del hábitat de especies que anidan en la región como el hocofaisán, el gavilán caracolero, las especies de halcones aplomado y murcielaguero, así como los loros frente blanca y cachete.

“Las franjas de vegetación son clave para el desplazamiento de los animales entre un parche de vegetación a otro y para la conexión de sus poblaciones”.

“Son empleos”, Duarte…

Aunque durante varios meses se mantuvo ajeno al conflicto, Javier Duarte salió a defender el proyecto de extracción de piedra en zonas ecológicas para lograr la ampliación del puerto, pues se trata –apunta- de una colosal obra, de las que no existía magnitud, ni antecedente, salvo en tiempos de Porfirio Díaz.

“Necesitamos esa inversión, la mayor obra en toda la historia de Veracruz era la construcción del recinto portuario con Porfirio Díaz, el megaproyecto de ahora es ampliar 3 veces más ese puerto…Lo necesitamos, ahora el puerto de Houston nos está comiendo”, justificó Duarte en entrevista realizada en Palacio de Gobierno hace dos meses.

El priista señaló que la “sustentabilidad” de apoyar dicho proyecto radica en que cada que un barco de gran calado no puede atracar en Veracruz se pierden empleos, inversiones y desarrollo económico: “Son empleos para ustedes, para nosotros, para los veracruzanos”.

Duarte de Ochoa admite que actualmente hay una “controversia” entre dependencias federales (Conanp con Semarnat): “Estaremos pendiente de ello, a nosotros nos toca cuidar que no se atropelle el medio ambiente”. Aunque advirtió que la liberación de permisos para los proyectos de aprovechamiento y explotación de roca basáltica corresponderá a las “autoridades federales”.

En esa misma sintonía, el director de APIVER, Ignacio Fernández antepone la inversión y la magna obra al medio ambiente, pues ante reporteros de Veracruz precisa que del 2014 al 2018 –cuando concluya el sexenio de Peña Nieto- la primera etapa de ampliación tendrá ya su rompeolas, dragado y construcción de terminal de contenedores con una inversión cercana a los 30 mil millones de pesos.

Mientras que –elucubra- Fernández del 2019 al 2030 se invertirán 70 mil millones de pesos para construir los 30 nuevos puntos de atraque, en donde la inversión será –aproximadamente- 39 por ciento del gobierno Federal y Estatal y 61 por ciento de la iniciativa privada.