Amarse en tiempos de dolor y zozobra…

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62265E31-A47F-4AA1-BE46-6124ACABFA38En el día del Amor y la Amistad, Crónica de Xalapa te cuenta la historia de Carlos Saldaña y Victoria Delgadillo quienes tienen desaparecidos a tres de sus hijos Karla Nayelli, Yunery Citlally y Jesús Alberto. El amor y la búsqueda incansable de sus seres queridos, hizo que Carlos y Victoria se encontraran entre fosas clandestinas, ministerios públicos y protestas. Haciendo, lo que el estado no ha podido hacer en diez años, encontrar a los suyos. En esa lucha incansable, Saldaña y Delgadillo hoy forman una pareja ejemplar.

 

Desde hace tres, cuatro años, Carlos Saldaña Grajales y Victoria Delgadillo Romero son pareja: El amor por sus hijos y el dolor de su ausencia los unió. Desde los últimos dos días de noviembre del 2011, Karla Nayelli Saldaña, Yunery Citlally Romero y Jesús Alberto Estrada fueron “desaparecidos”, junto con otras once jovencitas en la capital del Estado, sus victimarios fueron integrantes de una célula criminal.

Saldaña y Delgadillo han viajado por todo el país buscando pistas de sus hijos, marchado en Ciudad de México, protestado en Xalapa, Veracruz y en otras entidades del país, recorriendo cementerios clandestinos en las costas y montañas veracruzanas, exigiendo a gobiernos del PRI, del PAN y de Morena que encuentren a sus hijos. Y aunque hasta el momento ninguna autoridad ministerial, ni gobierno les ha dado razón de qué paso con sus hijos, ellos, siguen luchando por encontrarlos, los primeros cinco años de búsqueda los hicieron solos, hoy lo hacen como pareja. La de Carlos y de Victoria es una historia de amor, en tiempos de dolor y zozobra.

Carlos Saldaña padre de Karla Nayelli Saldaña y Jesús Alberto Estrada; Victoria Delgadillo madre de Yunery Citlally Romero, desde hace tres-cuatro años, ellos, ya no solo buscan a sus hijos biológicos, buscan por igual a los tres desaparecidos que les duelen en el alma, pero también a los hijos de los demás integrantes de Colectivos de Desaparecidos de Veracruz.

Sin tiempo para ir bailar o tener una cena romántica a la luz de las velas, Carlos Saldaña y Victoria Delgadillo se conocieron llorando, bufando contra la incompetencia de las autoridades e intercambiando información de redes sociales y de notas periodísticas para poder dar con el paradero de sus hijos.

“Abriendo el Facebook de Yunery, espulgando el celular y el whastapp de Nayelly o viendo los últimos inbox de Jesús, para tratar de encontrar indicios que les puedan ayudar a dar con el paradero de nuestros hijos”, expone Saldaña.

“Él me comprendía, sabía el dolor que sentía, nos damos la fortaleza, no hemos dejado ni un minuto de buscar a nuestros hijos”, expresa Victoria.

Carlos señala que ya no solo busca a sus dos hijos, busca a tres, incluye a Yunery, pero también a las otras adolecentes desaparecidas: “busco a 14”.

“Nuestra primera reunión no fue de enamoramiento, nuestras primeras citas fueron revisión de expediente, revisar notas periodísticas, redes sociales, Facebook, en un principio cada quien buscaba a sus hijos. Nuestra relación empezó con sufrimiento”, insiste Victoria.7FA2E205-D3BB-4304-BD7D-4E51FFBC6FE7

La relación de ambos, es palpable en las marchas, Carlos Saldaña ya carga las lonas y las cartulinas de la PGR con el rostro de Yunery, mientras Victoria hace lo propio y pone en primera fila las de Citally y de Jesús.

Con media sonrisa dibujada en el rostro, Delgadillo Romero asegura que comenzó a admirar a Carlos, porque en los distintos Colectivos que ha visto, es muy raro encontrar a un hombre, son las madres, hermanas, novias y tías quienes buscan a sus desaparecidos.

“Es raro que un papá se involucre, son pocos los hombres en los Colectivos, lo admiro por esa lucha incansable que tiene en buscar a sus hijos. Yo ahora busco a Karla y a Jesús, en las marchas, hemos intercambiado las lonas”.

Con esta relación atípica, Carlos y Victoria reparten roles, en donde entiende que ni uno de los dos puede estar al cien por ciento en una relación, pero ambos lo entienden, Victoria comprende las ausencias de Carlos, porque sabe que está “haciendo diligencias” en PGR o Ministerio Público. En las reuniones en la Fiscalía van juntos. En la presión en la Subsecretaria de Gobierno o en las entrevistas con medios para presionar a las autoridades se reparten la labor.

“Los dos estamos en esto, los dos estamos luchando por encontrar a nuestros hijos y encontrar a todos los desaparecidos de noviembre del 2011. Ha crecido un cariño, por todo lo que nosotros estamos pasando, nuestra vida es la búsqueda de nuestros hijos”, resumen ambos.

La última semana de noviembre del 2011, primer año de gobierno del priista Javier Duarte y de su jefe policiaco, Arturo “Capitan Tormenta” Bermúdez, Xalapa, la capital del estado de Veracruz se convirtió en un completo agujero negro, en un fin de semana, 13 jovencitas y un adolescente fueron “desaparecidos” por integrantes de la delincuencia organizada.

Karla Nallely Saldaña Hernandez, Yunery Citlally Hernandez Delgadillo, Luz Abril Landa Avila, Teresita del Rocio Vázquez, Nancy Hernandez Moreno, Adriana Sarahi Ceballos Vazquez, María de Jesús Landa Martinez, Mayra Salas Duran, Berenice Guevara Gomez, Roxana Retureta, Luisa Itzel Quintana, Lizbeth Yesil Amores Roldan, Ana Laura Hernández y Jesús Alberto Estrada Martínez salieron de sus casas, motivos diversos, una fiesta de edecanes, una fiesta en un rancho, ida a una discoteca y jamás volvieron a sus casas.

En 84 meses, ni el gobierno de Felipe Calderón, ni el de Enrique Peña Nieto, ni los gobiernos del priista, Javier Duarte, ni el de Miguel Ángel Yunes Linares, la Procuraduría General de la República (PGR), ni la Fiscalía General del Estado han podido dar con el paradero en vida o en muerte de las 13 jovencitas –varias de ellas edecanes-, ni el del joven Alberto Estrada.

La única pista que se tiene, ha sido investigada por los padres de estos desaparecidos. Y es que el 30 de noviembre de 2011 Karla Nallely Saldaña, Jesús Alberto Estrada e Itzel Quintanilla abordaron un Peugeot modelo 2005 número de serie VF39DXFX35S501362. Ese vehículo sería hallado seis meses después en manos del expolicía intermunicipal, Isaac Moreno, quien estuvo recluido en el penal de Pacho Viejo (causa penal 494/2011).

Moreno, terminó por confesar que un excompañero policiaco, llamado Filiberto Rojano se lo había dado a reparar. Las autoridades enviaron a Rojano una “orden de presentación”, pero solo la novia de Rojano se encuentra en prisión acusada de robo de vehículo, a los expolicías nunca se les fincó responsabilidad por desaparición de personas.

La presencia de Carlos Saldaña y de Victoria Delgadillo y del Colectivo Familias Enlaces Xalapa hoy es palpable en las diligencias de la barranca de La Aurora, en las fosas clandestinas de Úrsulo Galván, en el manejo irregular de fosas comunes en el Panteón Palo Verde, el cual sin el trabajo de ellos, la gran negligencia que ahí se cometió hubiera pasado inadvertida.

El Panteón Palo Verde se encuentra al oriente de la ciudad de Xalapa, de propiedad municipal, la mayoría de sus tumbas y lapidas lucen descuidadas y escondidas entre los matorrales, aquí la extinta Procuraduría General de Justicia (PGE) depósito cerca de 200 cadáveres en la fosa común.

Jóvenes encontrados en cementerios clandestinos, ejecutados, señores y mujeres privados de la vida arrojados al pie de la carretera o en terrenos baldíos y cuya identificación no se realizó en la inmediatez.

Integrantes de Familias Enlaces Xalapa se quejaron de que peritos y empleados de Servicios Periciales del Estado y de la Fiscalía General (FGE) cometieron diversas inconsistencias en la búsqueda de cuerpos arrojados a la fosa común que pudieran pertenecer a personas desaparecidas en la entidad.

Pedro Manuel Mávil Martínez, padre de Gemma Mávil, joven oriunda del Pueblo Mágico de Xico, encabezó diligencias en dicho panteón para recuperar los restos de su hija, mismos que fueron “extraviados” por autoridades del camposanto y de la Fiscalía, quienes se reprocharon de forma mutua la responsabilidad.

Gemma Mavil, joven estudiante de administración de empresas fue secuestrada en mayo de 2011, en aquella ocasión, le pidió prestados 50 pesos a su padre para salir de Xico e ir a Xalapa a una supuesta entrevista de trabajo que se haría a cuatro cuadras del Palacio de Gobierno.

Se desconoce cómo fue asesinada y más extraño resulta, que sus restos fueron extraviados en el panteón xalapeño. Este escándalo detonó que activistas (Familias Enlaces Xalapa) descubrieran más irregularidades en decenas de cuerpos enviados a la fosa común, entre ellas, la inhumación sin los protocolos adecuados, ni los mapeos genéticos correspondientes.

Los activistas denunciaron que Periciales y Forenses únicamente realizaron una “exhumación a medias”, para calmar las molestias de familiares de desaparecidos.