En Ciclo de Conferencias sobre Gastos Federalizados, el titular de Sefiplan, José Luis Lima Franco le agradece al titular de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), David Rogelio Colmenares Páramo haber señalado las irregularidades en el área educativa y sobre todo en el proyecto de las cámaras de videovigilancia: “sancionaremos en las partes judiciales y administrativas”, advierte.
José Luis Lima Franco, encargado de las finanzas de Veracruz alza la voz en el micrófono y voltea a ver a los ojos al Auditor Superior de la Federación (ASF), David Colmenares. En tres ideas concretas le delinea las acciones que planea el gobierno de Veracruz que preside –insiste Lima- el ingeniero, Cuitláhuac García: Sanciones judiciales y administrativas contra –atiza las palabras- servidores públicos de la administración pasada que cometieron “quebranto patrimonial” al simular contratos en la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y del proyecto fracasado de las cámaras de videovigilancia para la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Pero también –insiste el tesorero de Veracruz- buscar resarcir los más de 350 millones de pesos desfalcados al erario veracruzano, en el bienio del panista, Miguel Ángel Yunes Linares.
“Al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie”, subraya Lima Franco. El auditor general, David Colmenares asiente con la cabeza y esboza una tímida sonrisa. Sonrojadas de la emoción, la titular del Órgano de Fiscalización, Delia González Cobos y la Contralora General, Mercedes Santoyo quienes aplauden a su exjefe.
Desde la última fila del salón IMAC de Xalapa una luz brilla en la solapa izquierda del traje obscuro de José Luis Lima, es un pin de plata con el escudo estatal y el slogan “Veracruz me llena de orgullo”. Ahí mismo, casi en la puerta de salida, se encuentra un extesorero del PAN quien hoy es asesor de la Cuarta Transformación en materia financiera, éste se topa de frente con un vocero del exgobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, quien llego al evento “por casualidad”, ambos se ríen y se funden en un abrazo, bromean con el reportero y platican los últimos acontecimientos políticos y futboleros de la semana.
Ambos saben que el discurso estelar ha sido de José Luis Lima y lo demás será mero protocolo de fiscalización, ley General de Contabilidad Gubernamental, presentación trimestral de estados financieros, actualización de la ley de responsabilidades administrativas de servidores públicos y demás cosas diseñadas para los genios de las matemáticas, la contaduría y la administración. El discurso político –el importante- ya ha transcurrido. En la penúltima fila, dos contralores de municipios del norte de la entidad, duermen plácidamente en las butacas del IMAC –asientos que emulan a una sala de cine-, el viaje del norte a la capital por autobús los tiene exhaustos. Difícilmente estos servidores públicos municipales terminaran la última conferencia magistral de Gastos Federalizado. De mientras, ya pasearon por la Ciudad de las Flores.
En el turno al micrófono a David Colmenares resalta que en está austeridad republicana la Auditoria Superior de la Federación (ASF) prescindirá de los despachos externos. Será solo el equipo humano y financiero de la ASF quien se encargue de hacer las auditorias correspondientes.
Con discurso de tertulia, como si estuviera en un mesa del café La Parroquia, Colmenares le señala a los 210 contralores municipales ahí presentes –recordar que hay dos que están profusamente dormidos- y a medio centenar de empleados de la Secretaria de Finanzas y Planeación (Sefiplan) que en los estados la muestra auditable difícilmente superará el 4 o 5 por ciento.
En los guiños políticos, el auditor general no se quiere quedar atrás, Colmenares le “reconoce” a Lima Franco los esfuerzos del Gobierno de Veracruz para eficientizar los sistemas de recaudación financiera.
Como consejero de la fiscalización, David Colmenares le deja el siguiente consejo a Lima Franco y a los demás funcionarios del gobierno de Veracruz: “Recordar que el año más difícil para un gobierno estatal, no es el primero, ni el sexto, es el séptimo”. Más adelante, el funcionario federal agregaría: “Luego, pasan los años y alcaldes y funcionarios andan ahí chillando. Ni hipotecando la casa, les alcanzará para resarcir lo faltante”.