60 días de angustia en Tierra Blanca

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  • Acampados en la agencia del Ministerio Público, los padres de los cinco jóvenes levantados por policías de Arturo Bermúdez, cumplen dos meses durmiendo en el suelo

  • Detenidos ocho elementos de Seguridad Pública, redistribuidos en ocho penales de Veracruz… según para proteger la integridad física de los policías al servicio de los narcos

  • Preso Francisco Navarrete en la Ciudad de México, a quien Javier Duarte identificó como el jefe de la plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación, involucrado en droga, secuestros y crímenes

  • «¡Ayúdenos a encontrarlos!» piden sus padres en cuenta de Facebook/Una crónica más de Miguel Ángel LeónCarmona, quien desde entonces acompaña a los padres 

 

Crónica de Miguel Ángel León Carmona
blog.expediente.mx
 

tierra blanca (1)Se cumplen 60 días del caso Tierra Blanca. Dos meses para los padres, durmiendo en el suelo del ministerio público de Tierra Blanca, viviendo entre ratas de drenaje, a la espera de respuestas de sus cinco muchachos levantados. Al campamento sólo los han visitado 31 familias con el mismo cáncer de una desaparición. Un lugar ignorado por los políticos y religiosos de la región.

Hasta la fecha han sido capturados ocho ex elementos de Seguridad Pública del Estado, quienes fueron distribuidos en ocho penales distintos de Veracruz. La Fiscalía General, asegura que es para  proteger la intrigad física de los detenidos.

Por su parte, la Policía Federal capturó el 24 de enero a Francisco Navarrete Serna y a otras dos personas, identificados por el gobierno federal como integrantes del Cartel Jalisco Nueva Generación. Responsabilizados por la distribución de droga, secuestros y homicidios en Tierra Blanca, Veracruz.

Roberto Campa Cifrián aseguró, el pasado 1 de marzo, que los cinco muchachos fueron asesinados, quemados, triturados por una máquina de caña y arrojados sus restos a los brazos del Río Blanco; no obstante, los padres tienen clara su misión de protesta y la hacen pública en su cuenta de Facebook “Ayúdenos a encontrarlos”:

“Exigimos a las autoridades el regreso de nuestros hijos. Todavía nos faltan tres”. “Queremos ver el fin de las investigaciones. Recuperarlos como sea, pero que capturen a todos los agresores intelectuales y materiales”, así el pronunciamiento de los agraviados, ante la falta evidencias periciales, abandonados a su negra suerte, sin el apoyo de líderes sociales de la región.

 

 

EL CAMPAMENTO DEL MINISTERIO PÚBLICO, AL QUE MUCHOS IGNORAN

Por ejemplo, el presidente municipal, panista de credo, Saúl Lara González, jamás se ha aparecido por el inmueble, si acaso se tomó la molestia de enviar colchonetas del albergue municipal en señal de apoyo. Permanece enclaustrado en el palacio municipal, sin dar entrevistas a la prensa ni la cara a las víctimas de la desaparición forzada.

La diputada local del distrito VIII, la priista Marcela Aguilera Landeta, egresada de la Universidad Veracruzana y originaria de Tierra Blanca, tampoco se ha dado espacio en su agenda color escarlata para entrevistarse con los padres de Playa Vicente.

El plantón en el inmueble ministerial, pareciera ser un edificio radioactivo, de los tantos que describe Svetlana Alexiévich en su libro Voces de Chernóbil, pues el diputado federal Tarek Abdalá, priista también, se ha ausentado durante los dos meses. El de origen árabe fue vinculado con Francisco Navarrete Serna, presunto líder sicario, a quien señalan como su padrino político. La versión la desmintió Tarek Abdalá en una entrevista para Ciro Gómez Leyva.

Ante lo mencionado, el aspirante a diputado federal, que lució sus dotes de bailarín en su campaña política con una versión cuenqueña de la canción “Happy”, se ha abstenido de pisar los campos donde aguardan los padres de Playa Vicente. Ni siquiera ha tenido tiempo de regalar un Like a la página en Facebook, no obstante que los seguidores ya suman 10 mil 837.

Los padres victimizados a diario leen noticias y no supieron de Arturo Bermúdez Zurita sino hasta el 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer, cuando el Secretario de Seguridad Pública del Estado optó por armar una pachanga de la carne, desnudando a 12 de sus oficiales de confianza, ordenando que sacudieran sus pezones morenos al ritmo de Reggaeton.

Del gobernador Javier Duarte de Ochoa sólo permanece en el celular de Bernardo Benítez el registro de una llamada con lada 228. El máximo mandatario en Veracruz les dijo hace poco más de mes y medio: “Los entiendo, yo también soy padre”, frase similar a la que emitió el delegado Marcos Conde, cuando los padres externaron su tragedia ante él. Hoy el ex delegado de Tierra Blanca está en la cárcel, en el penal de Amatlán de los Reyes.

Y en misma sintonía a grises, los tres sacerdotes terrablanquenses y las monjas encargadas de socorrer a los migrantes tienen falta en los 60 cuadrados dibujados en una lámina de papel bond, donde los padres registran el correr del tiempo. Los agentes del catolisismo también se han olvidado del caso Tierra Blanca.

Sin importar que su líder, de acuerdo al organigrama institucional, Felipe Gallardo, obispo de Veracruz, emitió con una firmeza similar con la que sus colegas regatean el diezmo: “A Duarte le creció el hampa y se le salió de control”, resonó el toque de guerra. Sin embargo, sus hombres de sotana permanecen absolviendo infidelidades y pleitos de mercado.

 

Así se han largado 60 días. Dos meses que tampoco han sido suficientes para la Secretaria de Gobernación, pues no ha logrado obtener la acreditación de los padres victimizados, quienes ante  sus veredictos periciales optaron por recurrir a elementos extranjeros. “Ellos nos dirán la verdad, sólo así aceptaremos”, sostiene Bernardo Benítez, padre de desaparecido.

 

Y, además, no sólo las víctimas se abstienen de los resultados en las investigaciones federales,  se han vuelto escépticos de la justicia mexicana, o al menos dudan, pues estrecharon las manos con el Alto Comisionado de la ONU, además de haber direccionado su caso hasta Ginebra, Suiza, en busca de recomendaciones al consulado mexicano para una búsqueda certera.

 

Y así las víctimas deciden permanecer en su acto de protesta, se rehúsan a la resignación y a la imposición de una segunda Verdad Histórica:

 

“Dicen que los muchachos ya están muertos, que supuestamente los quemaron. Pero si a mí me entregaran un pedacito de hueso o un puño de cenizas y me dijeran: esta es tu hija, yo no aceptaría. Para estar conforme yo quiero recuperar por lo menos su cuerpo. Enterrar completa a mi niña”, la postura de la madre de la menor de edad desaparecida.

 

Mensaje que parece replicarse en el campamento. Producto de la ausencia de resultados por parte de la justicia estatal y federal. Sin importar que los actores sociales de la región los ignoren y abandones a su negra suerte.

 

Los días seguirán, ignorando qué llegue primero: la resignación, la justicia o la tragedia.

 

El secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, quien también es el jefe máximo del sistema penitenciario en Veracruz, ordenó redistribuir a sus ocho policías detenidos acusados de desaparición forzada por el Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, en igual número de reclusorios, bajo el pretexto de cuidar su seguridad de todos y cada uno de ellos, quienes según la versión oficial habrían entregado a los 5 jóvenes de Playa Vicente a los malandros.

 

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He aquí los nombres de cada policía detenido y el penal donde están recluidos.

 

1.- René Pelayo Vidal, está en Pacho Viejo

 

2.- Omar Cruz Santos, está en San Andrés Tuxtla

 

3.- Luis Rey Landeche, está en Acayucan

 

4.- Otoniel Cruz Linares, está en Coatzacoalcos

 

5.- Marcos Conde Hernández, está en Amatlán

 

6.- Edgar Ramón Reyes Hermida, está en Jalancingo

 

7.- Edgar Omar Ruíz Tecalco, está en Misantla

 

8.- Rubén Pérez Andrade, está en Cosamaloapan

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