Diciembre ¿tiempo de dar?
Con la llegada del mes de diciembre llegan también los buenos deseos, las caras alegres y el optimismo. Sea cuál sea la religión que se profese, el fin de año siempre es conocido como tiempo para dar. Pero ¿podrá el 2014 ser concluido con deseos de compartir?
Los xalapeños ya han dado mucho este año, el beneficio de la duda por ejemplo, cuando llegó hasta el gobierno municipal un personaje que no convencía a muchos por su historial familiar y priista.
Xalapa ha sido tolerante con las obras mal hechas para la ciudad, con los funcionarios groseros y prepotentes, con aquellos que abusan de su autoridad para levantar con jaloneos a un comerciante o que se suben a la acera peatonal con su lujoso automóvil.
La población ha sabido perdonar los robos menores, intentar comprender el incremento de tarifas en los servicios y hasta sacarle el lado divertido a un servidor público que se emborracha y hace desmanes, incluso a quien se droga en la casa del pueblo cuando a la población no la dejan pasar ni al baño.
Pero desde septiembre el hartazgo por ser personas tranquilas ha comenzado a alcanzar todos los rincones del país. Los mexicanos han enfurecido al recordar tanto crimen y robo por parte del estado.
El vaso se derramó cuando el asesinato y desaparición de normalistas en Ayotzinapa, Guerrero. Esa acción trajo a la mente las miles de veces que se han asesinado estudiantes, violado niñas, masacrado mujeres, golpeado a campesinos.
El hartazgo, el dolor y el coraje alcanzaron a Xalapa, que este año comenzó poco a revelarse, a no creer en el discurso del deporte para olvidar, de las manifestaciones controladas para desviar la atención.
A la sed de justicia y de un gobierno digno, se ha sumado el coraje por tenercada vez menos posibilidades de concluir un año con tranquilidad y estabilidad económica.
Nos hemos pasado tantos años dando que dentro de poco no quedará nada. Con salarios miserables, poder adquisitivo en picada, aumento en la gasolina, la luz, el agua. Los xalapeños saben que un voto más de confianza hacia el gobierno nos dejará en la calle.
Por eso, este mes de diciembre ya no es momento de dar, sino de exigir. Xalapa esta cansada de malos gobiernos, de desvío de recursos, de excusas tontas para justificar el aumento a los servicios.
De no recibir prestaciones y salarios como la ley lo indica, de leer que cada día hay una iniciativa nueva para perjudicar especialmente a la clase media, donde no habrá forma de manifestarse, no habrá forma de costear un automóvil, ni de ir a una buena escuela.
Este mes de diciembre incrementan los robos y las extorsiones porque mucha gente ya no tiene nada que perder, y la ley sólo da miedo si eres estudiante, académico o ciudadano crítico.
Pero ¿qué podrán robar este año que no se haya robado ya el estado? Sólo la dignidad sigue intacta en algunos casos, y esa podría ser la que este fin de año deje de dar y comience a exigir justicia, democracia, paz. Sólo así se tendrán buenas fiestas decembrinas y una pequeña esperanza para un mejor año.
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