Los artistas Cristina Vázquez y Vladimir Arzate ofrecen un breve show teatral cada vez que se enciende la luz roja del semáforo sobre la avenida Rafael Murillo Vidal, esquina con la calle Santos Degollado, en el centro histórico de la ciudad de Xalapa.
Los artistas independientes son pareja y realizan intervenciones callejeras con títeres en cruceros de la capital del estado de Veracruz para promover la apropiación del espacio público. Tienen varios espectáculos y han obtenido una buena respuesta, especialmente del público familiar.
“Es una intervención callejera que se usan títeres y es básicamente para un poco apropiarnos de los semáforos en un sentido en que Xalapa está como diseñada para puros carros y no para personas. Cuando hacemos como una pequeña escenita es como apropiarnos un poco del espacio humano”, expresó Vladimir.
Ambos utilizan un “carro de comedias” con títeres, haciendo amena la espera de los miles de automovilistas que circulan sobre la avenida Murillo Vidal y se detienen cuando el semáforo está en rojo.
Vladimir es originario del estado de Chihuahua y su pareja es de Oaxaca, ambos se interesaron por la carrera en Teatro, incluso, ella continúa sus estudios profesionales.
“Tenemos varios shows, este lo acabamos de sacar, que es un carro de comedias tenemos de hecho un foro que se llama Foro Godot que está por aquí por la avenida 20 de Noviembre”, expresó el joven artista.
Los titiriteros también han realizado presentaciones sobre el circuito Presidentes, en la zona del parque “Miguel Hidalgo”, mejor conocido como “Los Berros”, así como en las avenidas Ávila Camacho, Lázaro Cárdenas y la calle General Ignacio de la Llave, donde después de cada show piden una moneda a los conductores.
Lo mismo han replicado en calles y avenidas de otras ciudades de la entidad veracruzana, como en el puerto jarocho, pero también en sus ciudades natales: Chihuahua y Oaxaca.
“El semáforo o las escenas que hacemos ya llevamos un rato como unos cuatro o cinco años más o menos en semáforos y este también sacando espectáculos más grandes también teníamos un títere como de tres o cuatro metros que se comía a un súper adulto, que se comía una niña pues, y la niña le rompió la cabeza, o sea se las acababa volando pues, entonces sí son varios, pertenecemos a un grupo que se llama el elefante volador y otro que se llama ese perro está enroscado, de ambas agrupaciones de teatro independiente”, agregó Vladimir.