En una operación conjunta de inteligencia y ejecución, la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) asestaron un golpe contundente al cártel de “Los Beltrán Leyva” al asegurarle una tonelada de fentanilo en el municipio de Ahome, Sinaloa.
El impacto del operativo se traduce en miles de vidas potencialmente salvadas, ya que de esta tonelada de droga, se pudieron hacer 20 millones de dosis que, de haber llegado al mercado ilícito, habrían generado un valor superior a los 8 mil millones de pesos.
Más importante aún, estas dosis representan un riesgo mortal para millones de consumidores, considerando que tan solo dos miligramos de fentanilo pueden quitarle la vida a una persona en un tiempo menor de una hora.
No es un secreto que este aseguramiento, el mayor en su tipo en los últimos años, representa un duro revés para el Cártel de “Los Beltrán Leyva”, encabezado por Fausto Isidro Meza Flores, alias “Chapo Isidro”.
La acción fue producto de un meticuloso trabajo de inteligencia liderado por la Unidad de Inteligencia Naval (UIN) y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que, a través del uso de medios tecnológicos avanzados, identificaron dos inmuebles utilizados como bodegas de almacenamiento y un laboratorio clandestino dedicado a la producción de comprimidos de fentanilo.
Impacto en el Cártel de los Beltrán Leyva
Las investigaciones permitieron ubicar a los líderes de las células criminales del cártel, entre ellos Elier Jassiel Esquerra Félix y Javier Alonso Vázquez Sánchez, alias “Tito”. Estos operaban bajo las órdenes de “Chapo Isidro” y Pedro Inzunza Coronel, alias “Pichón”. Este es el último hijo de Pedro Inzunza Noriega, exlíder del cártel.
Con este golpe, las autoridades federales debilitan significativamente las estructuras operativas y financieras del cártel, además de acercarse a la detención de figuras clave como el químico Adrián Cebrero Pereyra, alias “Gallero”, y Ramón Guillermo Quintero Bejarano, alias “Flaco”.
El consumo de fentanilo en México: Una alarma en crecimiento
Desde 2018, el consumo de fentanilo ilícito ha mostrado un incremento preocupante en México. Los casos de atención en centros de rehabilitación han escalado de manera alarmante, pasando de representar el 10 por ciento de los tratamientos por adicción en 2018, a casi el 96 por ciento en 2023.
Los primeros antecedentes documentados del consumo de fentanilo en México de acuerdo con documentos de la Secretaría de Salud, Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (CONASAMA) y el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Adicciones del periodo del año 2013 al 2017, ocasionalmente se recibían casos de consumo en centros de tratamiento, en los que los usuarios indicaban consumir fármacos legales usados fuera del contexto médico; es decir, era un caso entre 50 de acuerdo con las estadística.
Sin embargo, a partir de 2018, el número de casos recibidos en tratamiento, cuya sustancia psicoactiva de impacto era el fentanilo (principalmente de tipo ilícito) han crecido consistentemente, contándose en decenas hasta 2020 y en centenas desde 2021.
En 2018 se tenía un tratamiento por adicción de fentanilo de 10 jóvenes por 50 que se atendían, para 2019 se incrementó a 25 por 50 adictos en tratamiento, para 2020 se atendieron 72 jóvenes por cada 100 pacientes de los centros contra adicciones.
La voz de alerta se inició en el 2021 cuando los centros contra las adicciones a nivel nacional reportaron un incremento en el consumo de fentanilo al atender a 184 personas por casa 200 que tenían una adicción.
Para 2022 se atendían a 333 personas por cada 350 jóvenes, para el siguiente año 2023 se atendieron a 430 personas adictas al fentanilo de 450 que ingresaban por adicción a estos centros de rehabilitación de entidades como Baja California, Sinaloa, Sonora y Chihuahua.
La falta de regulación en la composición del fentanilo ilícito eleva el riesgo de sobredosis, debido a que no se tienen conocimiento de cuantos miligramos de esta sustancia ilícita puede llevar a la muerte de un joven ya sea por su estado físico o emocional en el momento del consumo.
Decomisos de fentanilo: Un desafío constante
Si bien las cifras de decomisos de fentanilo crecieron de manera sostenida entre 2015 y 2022, con un pico de más de 2 mil kilos anuales, en 2023 se registró una disminución a 1.848 kilos. Sin embargo, el reciente aseguramiento en Ahome refleja el compromiso de las autoridades en la investigación y aseguramiento de estupefacientes en el país.
Las principales entidades donde se han realizado decomisos son Baja California, Chihuahua, Jalisco, Sinaloa y Chiapas, lo que coincide con las rutas de tráfico y consumo más activas en México, rutas utilizadas para la entrada y salida de diversas drogas, sobre todo en la frontera norte.
Un futuro incierto, pero con esperanza
El aseguramiento de la tonelada de fentanilo por los elementos de Semar y SSPC marca un hito en la lucha contra el narcotráfico en México. Sin embargo, el incremento en el consumo y los desafíos para controlar la producción y distribución de esta sustancia subrayan la necesidad de fortalecer las políticas de seguridad, inteligencia y prevención.
Con operativos como este, México da un paso firme en la lucha contra el narcotráfico, pero el camino para erradicar por completo el impacto del fentanilo aún se ve más lejano, debido a que cárteles como el del Pacífico, Jalisco Nueva Generación, Familia Michoacana, Los Beltrán Leyva, Lo Cuinis desde hace años iniciaron una carrera para ser los principales distribuidores de este estupefaciente en el mercado negro de Estados Unidos y México.
*EXCELSIOR