Las cenizas del poeta y ensayista Gerardo Deniz (1934-2014), cuyo nombre de pila fue Juan Almela Castell, permanecerán en la casa de su hija Laura, ubicada en la colonia Condesa, luego de que sus restos mortales fueran cremados ayer a las 15:45 horas en el Panteón Francés de San Joaquín.
La decisión fue del poeta, quien, muy serio, le dejó instruido a su hija: “Muero, me cremas y me pones encima de tu chimenea”, pues para él no quería ningún velatorio, homenaje, ceremonia… nada. “Eso me dijo y tengo esa instrucción”, reconoció la actriz y directora escénica Laura Almela, durante la velación del autor de Gatuperio, Adrede y Mansalva.
“Así que pondré las cenizas de papá en la chimenea de mi casa. Y como estoy loca, le hablaré como loro todo el tiempo. Mi amigo Daniel me decía que no le hable, porque no lo voy a dejar ir, pero está perdido porque no voy a dejar de hablarle tooodos los días sobre lo cotidiano, de lo que voy a cocinar, los gatos, los perros y los días”, expresó entre lágrimas.
Además, se le consultó si la familia consideró la posibilidad de algún homenaje o ceremonia en algún recinto como el Palacio de Bellas Artes, luego de que el poeta dejara instrucciones precisas de no aceptar este tipo de reconocimientos.
“No sé y está fuera de nuestro alcance, pues nos implica un respeto, una distancia y por otra parte creo que es algo que él habría descartado.”
Horas después, hacia las tres de la tarde, María Cristina García Cepeda, directora del INBA, asistió al Panteón Francés, en representación de Rafael Tovar, titular del Conaculta, y comentó que aún existe la posibilidad de realizar un homenaje discreto al poeta, aunque la idea será evaluada durante los próximos días por su viuda Josefina y sus hijas.
La capilla Bretagne del Panteón Francés fue abierta hacia las 10:30 de la mañana, donde asistieron poco menos de cien personas entre familiares y amigos, para rendir el último adiós al poeta que llegara a México en 1942, como parte de la penúltima tripulación del exilio español a bordo del Nyassa, un barco lisboeta procedente de Marsella.
Apenas unos cuantos funcionarios se dieron cita y algunos intelectuales de la comunidad cultural como Martí Soler, editor del Fondo de Cultura Económica (FCE); el poeta David Huerta y el escritor Fernando Fernández; José María Espinasa, editor y director del Museo de la Ciudad de México y Eduardo Vázquez Martín, de la Secretaría de Cultura local.